En 2018 de cada 10 personas traficadas, cinco eran mujeres adultas y dos niñas. Alrededor de un tercio de las víctimas eran niños, mientras que un 20% eran hombres adultos. Son datos revelados por las Naciones Unidas en el quinto informe sobre tráfico ilegal de personas
Como sucede en casi todos los países, en Panamá la mayor parte de las mujeres víctimas de este delito son sometidas a explotación sexual, mientras los varones a trabajos forzados.
Entre 2015 y 2019 en Panamá se detectaron 267 víctimas de tráfico por parte de organizaciones criminales. De ellas, 199 corresponden al género femenino. Los datos forman parte del quinto informe de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc) que divulgó este martes el quinto reporte global sobre la trata de personas.
Como sucede en casi todos los países, en Panamá la mayor parte de las mujeres víctimas de este delito son sometidas a explotación sexual, mientras los varones a trabajos forzados (ver tabla).
En el mismo periodo mencionado (sin datos del 2018), se han condenado a 21 personas en el país por el delito de trata de personas, de los cuales 14 son hombres. Los condenados eran ciudadanos de Panamá, Centroamérica y otros países de Suramérica.
En cuanto a la nacionalidad de las víctimas, entre 2014 y 2017, la mayoría eran de Panamá, quienes fueron traficados internamente en el país (195), seguido por venezolanos (67); Nicaragua (18); Cuba (6) e igual número de República Dominicana. En el año 2019 se identificaron 28 víctimas colombianas y 13 venezolanas. Un número más pequeño eran de Panamá y otros países de Centroamérica.
En 2018 de cada 10 personas traficadas, cinco eran mujeres adultas y dos niñas. Alrededor de un tercio de las víctimas eran niños, mientras un 20% eran hombres adultos. No obstante, el perfil de las víctimas varía según el país de origen.
VISIÓN GLOBAL
El informe de Unodc se nutre de las estadísticas emitidas por 148 países del mundo y ofrece una descripción general de los patrones y flujos de la trata de personas a nivel mundial, regional y nacional, basándose principalmente en los casos de trata detectados entre 2016 y 2019.
En él se detalla que las mujeres han sido particularmente afectadas como víctimas.
En 2018 de cada 10 personas traficadas, cinco eran mujeres adultas y dos niñas. Alrededor de un tercio de las víctimas eran niños, mientras un 20% eran hombres adultos. No obstante, el perfil de las víctimas varía según el país de origen. Por ejemplo, en lugares como África subsahariana, se han detectado más niños que adultos. En cambio, en naciones de Europa del Este y el centro de Asia, se informa de más adultos en comparación a otros países del mundo. Una situación similar ocurre en la región de África del norte y el Medio Oriente.
El tráfico de menores ha ganado terreno entre las víctimas detectadas a lo largo de 15 años, alcanzando un 30% del total.
Durante el 2018 los números señalaron que la mayor parte de las mujeres (77%) eran forzadas a actividades de explotación sexual, no obstante, el reporte de Unodc determinó que un número significativo de varones también eran traficados con el mismo objetivo y un 14% de las mujeres terminaron en trabajos forzados.
De acuerdo a Unodc, las tasas de desempleo, asociadas al Covid-19 especialmente en países que están experimentando una crecida y persistente pérdida de desempleo incrementarán las estadísticas de trata.
Las necesidades económicas resultan la primera razón por la que cae una víctima de tráfico, lo que hace pensar que el impacto del Covid-19 en la economía de los países será un factor agravante en esta situación. Los traficantes reclutan a poblaciones marginales y desventajadas, que son los más vulnerables. También utilizan técnicas coercitivas de carácter económico para controlar a sus víctimas.
De acuerdo a Unodc, las tasas de desempleo, asociadas al Covid-19 especialmente en países que están experimentando una crecida y persistente pérdida de desempleo incrementarán las estadísticas de trata.
La forma más detectada es la explotación sexual 50%, seguida de trabajo forzado 38%, actividades criminales 6% y otros. No obstante, el tráfico para explotación laboral se ha incrementado en comparación a años anteriores, 2006 por ejemplo cuando era 18%.En cuanto al tráfico laboral incluye domésticas, sector de la construcción, la pesca, agricultura, servicio de banquetes, comercio en las calles, minería y otros. Estas personas reciben salarios miserables y son sometidos a intenso trabajo, labores riesgosas y permanecen bajo la supervisión de la agencia que los reclutó. Tienen pocas alternativas ya que trabajan jornadas largas sin derechos humanos y prácticamente se vuelven invisibles porque algunos sectores los esconden.
GRUPOS DELINCUENCIALES
La mayor parte de las personas que han sido investigadas o arrestadas continúan siendo hombres (60%) y un 36% eran mujeres. Los traficantes también incluyen en sus filas a jóvenes varones y éstos a su vez reclutan a compañeros de escuela para someterlos a explotación sexual. También se tiene información de padres que explotan a sus hijos sexualmente, que los meten en bandas criminales, o los negocian su trabajo en fincas rurales.
Las organizaciones estructuradas pueden traficar con más víctimas para periodos más largos que afectan a varios individuos en una zona, versus traficantes individuales que normalmente operan a menor escala. La trata de personas es perpetrada por actores con diferentes niveles estructuras organizativas y puede dividirse en categorías: grupos que cumplen con la definición de grupos delictivos organizados y grupos oportunistas traficantes que operan solos o en cooperación con uno o más personas.
Los grupos delictivos pueden clasificarse en grupos organizados de tipo gobernabilidad, es decir, que tienen control de la seguridad en una comunidad o territorio ejerciendo miedo y violencia, y pueden estar involucrados en múltiples mercados ilícitos.
Por otra parte, los grupos delictivos organizados de tipo empresarial involucra a tres o más traficantes de manera sistemática para trabajar juntos en la trata de personas como un componente central de sus actividades delictivas.
En cambio, los traficantes oportunistas se pueden agrupar en asociación donde dos o más personas trabajan sistemáticamente más allá de un solo acto criminal.
Los grupos con características tipo empresarial tienen más impacto sobre las mujeres como víctimas de explotación sexual, así se demostró en el 88% de los casos analizados en el reporte. Mientras que los operados por traficantes individuales parecen tener más influencia sobre las mujeres en un 91% y el 97% de los casos pueden ser considerados tipo gobernanza de grupos criminales o por una asociación oportunistas.
Los grupos delictivos pueden clasificarse en grupos organizados de tipo gobernabilidad, es decir, que tienen control de la seguridad en una comunidad o territorio ejerciendo miedo y violencia, y pueden estar involucrados en múltiples mercados ilícitos.
En cuanto a las víctimas masculinas, el 12% son objeto de trata por grupos delictivos de tipo empresa, principalmente para trabajos forzosos.
Hay otros ejemplos de grupos criminales trasnacionales implicados en el tráfico de drogas, blanqueo de capitales y otros comercios ilícitos entre África Occidental y Europa, que también participan en el tráfico de personas con fines de explotación sexual. Este tipo de actividades se han reportado en Francia, Italia y España, por ejemplo.
Mientras tanto, en Estados Unidos las autoridades contaron sobre una gran pandilla especializada en tráfico con fines de explotación sexual cuyas víctimas provienen de Centroamérica y que operó durante más de una década con ganancias de cientos de miles de dólares. Los miembros del grupo tenían lazos familiares y amenazaban a sus víctimas en casa. Situaciones similares se encontraron con la trata de varones que eran explotados en el sector de la construcción en Canadá.
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