El sociólogo y catedrático Enoch Adames evalúa los primeros 100 días de gobierno de Laurentino Cortizo. Logros y debilidades de su gestión, además, la relación con otros órganos del Estado son parte de su análisis
En 100 días, por lo general, los gobiernos dictan la tónica que continuará para los próximos años de administración. En este tiempo, el gobierno de Laurentino Cortizo consiguió que la Asamblea Nacional le aprobara 3 leyes; logró un préstamo multimillonario de bancos extranjeros que sirvió para tapar el déficit fiscal heredado por la administración de Juan Carlos Varela, dinero que subsanó viejas deudas con proveedores; implementó un plan de austeridad ante la apretada situación financiera que encontró al tomar el mando; echó en marcha las reformas a la Constitución; eliminó la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos; celebró gabinetes logísticos, sociales, y de seguridad, entre otras actividades. El académico, sociólogo y politólogo Enoch Adames, considera que el mandatario tiene un concepto tan rígido del respeto a los demás órganos del Estado, que le impide mantener una relación fluida con la Asamblea. En su criterio hay que afinar la capacidad del equipo de gobierno para poder cumplir con las promesas de campaña. En este escenario, el vicepresidente Gabriel Carrizo ha jugado un papel más activo al resto de los vicepresidentes que han ostentado el cargo.
Evaluar a un presidente en los primeros 100 días ¿cómo se traduce?
Viene de los días del presidente norteamericano Franklin Roosvelt, después de la gran crisis de los años 30s, y la gran capacidad que Roosvelt le pone a su gestión. Hecho que conlleva a grandes pactos políticos y acuerdos con el Legislativo, que resultan en la aprobación de 15 proyectos de Ley e instituir lo que se conoce como el new deal (nuevo trato). Esos 100 días nos han permitido en otros ámbitos, pensar que es posible establecer un registro de tendencias en torno a tres elementos: liderazgo o la capacidad que tiene el presidente de generar un gran ascendiente en torno a su persona y a las directrices que de él emanan; el capital político producto de una elección que gana, aunque no ampliamente, es un triunfo político que tiene que reconocerse; y la capacidad de la negociación que por el liderazgo y victoria electoral tendría un gran ejercicio en torno a realizar acuerdos e impulsar leyes en la Asamblea. Es decir, la relación con la Asamblea tendría que ser una relación fluida y sin sobre saltos. Ahora, el registro muestra varias cosas importantes. En términos de liderazgo no hay duda que el presidente se proyecta como lo que es, el presidente de la República. No obstante comparte administrativamente con el vicepresidente, y pareciera ser que para algunos temas no es él el vocero, no es él que representa el Ejecutivo, sino que es el vicepresidente quien interpreta, define y genera políticas, y crea algunas confusiones y al menos ciertas complejidades en torno a dónde está el liderazgo real.
¿Crea confusión que una figura con funciones específicas, tradicionalmente desapercibida, tenga esta beligerancia? ¿Qué refleja ante la ciudadanía?
Bien, la Constitución establece funciones muy específicas al vicepresidente y poca beligerancia en lo que a la toma de decisiones se refiere. La responsabilidad está en el presidente. No obstante, su capacidad de incidencia esta en la medida en que forma parte del gabinete, como ministro de la Presidencia, eso es lo que le permite al vicepresidente tener una capacidad política y liderar en temas importantes en cuanto a la vocería. Los momentos en el que vicepresidente actúa como vocero o como responsable visual del Ejecutivo en algunas comunicaciones que hace en representación del Ejecutivo surgen porque el presidente le ha dado ese espacio.
¿Cuál es el mensaje que recibe la comunidad?
En una comunidad que ha construido un imaginario sobre la base de que el presidente es una figura visible, quien expresa en última instancia la vocería y la imagen clara de las decisiones, no hay duda de que esa imagen disloca cuando se tiene que salir a dar declaraciones importantes como por ejemplo, las reformas a la Constitución en la cual no fue el presidente que hizo el anuncio, sino el vicepresidente. Son temas cruciales.
¿Cómo ha empleado el gobierno el capital político?
Si se incrementa debe hacerse sobre la base de organizaciones en relación a la propuesta programáticamente. Es decir, frente a lo que se propone como programas, si están siendo acompañados a partir de estos 100 días. Cuántas leyes se han aprobado en la Asamblea, tengo entendido que tres importantes. Sin embargo, pareciera que no hay una relación de coordinación, de fluidez, en acuerdos básicos en la gestión de gobierno en relación a lo propuesto. Hay una fuerte desconexión entre el programa de gobierno y lo que la gestión política del Ejecutivo se orienta realizar, y una Asamblea Legislativa que no es receptiva en torno a estos lineamientos programáticos. Está actuando de otra forma contra programas y con acciones que no tienen mayor incidencia en las políticas públicas de mayor importancia en el país.
La percepción es que el presidente no quiere interferir en los otros órganos del Estado, pero este gran respeto, no debe traducirse en un abandono...
Una cosa es el respeto formal que debe tener el Ejecutivo con respecto a otro poder, y otra lo que en términos de negociación y coordinación lógica, relaciones políticas y programáticas, el Ejecutivo debe establecer con su bancada en el Legislativo. Lo importante es que la relación con la bancada opositora es absolutamente nula, y muy complicada la relación del Ejecutivo con su bancada en la Asamblea. Hay una multiplicidad de actores que indican vocerías en torno a la bancada oficial, y pareciera ser que no está claro quién es el interlocutor válido en una bancada que tiene que moverse orgánicamente.
¿Qué panorama percibe de un gobierno que no interfiere en los otros órganos del Estado?
Esto cuestiona el liderazgo, porque el liderazgo no es solamente un ascendente intelectual, político, sino que es una capacidad de gestión y negociación en la cual el presidente como figura visible del Ejecutivo tiene que realizar.
¿Qué quiere decir?
Le está faltando liderazgo, así es. Es decir, aparentemente tiene un concepto muy rígido de la separación de poder, muy formalista, cuando en la práctica tal vez debe haber entre los poderes una relación de acuerdos políticos importantes en función de un programa de gobierno. La pregunta es si realmente tenemos un programa de gobierno que permita una base importante de identificaciones a nivel de actores políticos entre el Ejecutivo y la Asamblea, o lo que tenemos es un conjunto de lineamientos administrativos que carecen de horizontes.
Dijeron que se habían preparado por meses para gobernar...
Gran parte del discurso en la campaña era la capacidad, la preparación de un equipo sólidamente construido y un liderazgo probado en donde el presidente se proyecta como un gran articulador y gestor de políticas públicas. En ese sentido el discurso era uno que se centraba en un político experimentado y con conocimientos de la gestión. Es posible que dentro de los elementos ideológicos, el imaginario colectivo del partido, con el tema de la incorporación histórica y la continuidad, se piense a Cortizo como un miembro del partido Solidaridad, no del Partido Revolucionario Democrático (oficial). Eso se ha planteado en algunos corrillos y espero que no obstaculice su labor.
Respetar los cargos en el campo judicial, aunque estén cuestionados, ¿cómo afecta eso al gobierno de Cortizo en el futuro?
Si bien no hay una carrera judicial en el sentido pleno, reclamo de jueces y abogados que piden una solidez institucional, tenemos una institucionalidad débil. Con una imagen poco transparente y muy cuestionada por el tráfico de influencias y selectividad en la investigación. El Ejecutivo debe esperar las condiciones para una reforma judicial, pero debe ser éste órgano quien tome la iniciativa y lanzarse de manera enérgica en torno a una reestructuración integral. En el tema de los nombramientos de los magistrados, la Constitución dice que el gabinete, el Ejecutivo, tiene la prerrogativa de nominar a los magistrados. Ahora hay una discrecionalidad del presidente que ha permitido que una comisión haga ese trabajo y sugiera una serie de nombres que al final será responsabilidad del Ejecutivo. Es un elemento que ayuda pero no altera en lo fundamental el orden que le da a esa institucionalidad características discutidas y cuestionadas por la ciudadanía.
La escogencia de estas personas es un mensaje claro del Ejecutivo acerca del concepto que se tiene de la justicia... ¿cuál es el mensaje del presidente?
Debemos pensar que la lista que recibe es una lista absolutamente transparente con personas altamente calificadas. La comisión están integrada por notables que ellos mismos pueden ser magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Es un equipo con mucha capacidad formativa.
Políticamente hablando, ¿el presidente debería hacer caso a esa lista o nombrar otros profesionales?
Definitivamente sí. Debe nombrar a alguien de la lista ceñirse de la sugerencia y acogerla con plenitud. No hacer lo que hizo el otro (Juan Carlos Varela) que nombraron aquellos y al final tomó una decisión de magistrados que no estaban ni siquiera en la lista, fue una tomada de pelo.
En materia económica, el gobierno logró cumplir con los proveedores que se adeudaba plata. ¿Por qué teniendo un déficit tan grande no le explicaron a la ciudadanía la causa, o tomaron acción legal contra los responsables?
Hay dos cosas, uno el administrativo sobre la deuda, un hueco fiscal, que hay que subsanar de alguna manera. La forma en que se hizo fue a través de un préstamo multimillonario sin alterar la estructura impositiva del país. Eso es sin duda un gran problema porque gran parte de la materia económica nuestra está fundada en una fuerte desigualdad. No solo en lo que refiere a ingresos y acumulaciones y bienes, sino también la tasa impositiva es absolutamente regresiva y nunca fue objeto de discusión programática en la campaña presidencial discutir el modelo de crecimiento y lo que tiene que ver con los ingresos de Estado y lo que puede significar para incidir en una sociedad más igualitaria. Eso tiene que ver con la relación entre economía y política ente los poderes económicos y el político, pero no deja de ser un problema la fuerte asociación o vínculo entre los poderes económicos y políticos del país. Para no avanzar en un modelo impositivo fiscal, sino en un modelo de crecimiento distinto y generar nuevos empleos decentes. En este momento no están dentro del horizonte de la acción pública política del Estado. El presidente planteaba generar una fuerte cantidad de empleos, sin embargo, queda claro que la estructura económica tal cual la tenemos, es incapaz de generar empleos de calidad. Hay un problema muy serio, por lo que hay que plantear una reestructuración, sin abandonar el crecimiento económico, que busque actividades productivas más articuladas socialmente con capacidad de generar empleo decente, ampliar el mercado interno con capacidad de consumo. Esto debe estar más allá de lo que se ha planteado, con una visión estadista.
El gobierno ha recortado presupuestos a varias instituciones en las que el Ejecutivo apostaba, educación por ejemplo. ¿Crea falsa expectativa?
En parte creo que el capital político ganado con una elección y una victoria firme ha quedado cuestionado por decisiones que contradicen lo propuesto. Educación quedó totalmente en discusión cuanto el ministro de finanzas planteó un recorte cerca de los $160 millones, siendo la estrella de su programa. Es un problema político que toca la consistencia, sin decir lo que se hace y hacer lo que se hace.
Se preguntará el lector si fue engañado...
Yo creo que el presidente no sopesó las consecuencias que tienen afirmaciones de esa naturaleza. Pensar que el tema educativo era meramente administrativo cuando es sistémico, implica procesos complejos, inversión amplia y alteración de la estructura educativa del país. El modelo está agotado, con un soporte institucional atrasado y sin grandes inversiones.
¿En qué tipo de proyectos debe centrarse el Ejecutivo lo antes posible?
Hay un programa que planteó y tiene que cumplir, y en gran medida lo que le corresponde es ser vigilante entre lo propuesto y lo realizado. Hasta ahora en estos 100 días ha habido inconsecuencias entre lo propuesto y lo realizado, es justamente un tema de capital político que se ve disminuido frente a una gran confianza y una gran expectativa que se tiene en un gobierno que llega planteando cosas muy importantes, proyectando una gran capacidad, con un programa que cubre distintos aspectos donde la educación era algo muy importante, y en donde temas de gobernabilidad con respecto a actores políticos e instituciones estaban resueltos por el liderazgo que el presidente estaba proyectando. Hay temas muy serios de liderazgo muy por lo pronto que tienen que ser resueltos. Hay temas programáticos que tienen que ser ajustados en relación a su factibilidad y posibilidad, hay temas de gobernabilidad que tienen que ser resueltos especialmente los conflictos que tiene con otras instituciones dentro de su gobierno, de su partido, y con la Asamblea.
¿El hecho de que el vice sea prominente, es bueno para el presidente, o no?
La personalidad del presidente es de un empresario, político que de pronto tiene toques mesiánicos. Es un líder que nos va a llevar a la tierra prometida en medio de esta crisis, y eso lo ha llevado a realizar un conjunto de actividades que de alguna manera lo sacan de los temas meramente administrativos del gabinete. Está mucho en el campo, rodeado de gente...
¿Herencia Torrijista?
Esa conexión trascendente que él tiene, lo lleva a despreciar temas administrativos esenciales. Quizás ahí es donde empieza a delegar los temas administrativos al vicepresidente y él piensa que la labor de proyección, de abrazarse con gente, es lo que a él le corresponde. Sin duda que incrementa un capital político personal, pero el capital político del gobierno se ve disminuido porque no se percibe un liderazgo ejecutivo real. Pero la percepción que se tiene es que el vicepresidente dice más allá de lo que debe de decir.
Hasta ahora muchos perciben: no ha habido denuncias del gobierno de Varela, ergo, fue un gobierno ejemplar, ¿qué le dice esto a la ciudadanía?
Pareciera que la confrontación no es un rasgo de su personalidad. En este país todo lleva a la confrontación, pero creo que hay un toque de personalidad que hay que descifrar del presidente. El presidencialismo nuestro no solo pasa por el exceso del poder en el presidente, sino por su personalidad. Fíjate, Varela, gran parte de la gestión descansaba en un estilo que solo puede ser explicado por la personalidad del individuo, lo mismo ocurrió con Ricardo Martinelli, o con Martín Torrijos, o Ernesto Pérez Balladares.
¿Cuáles son los temas mas inmediatos que pueden causar problemas a este gobierno?
El tema presupuestario tendrá que estabilizarse de alguna forma. En el tema de generación de empleo no hay acción o política pública en esa dirección. Los servicios básicos y seguridad social y seguridad ciudadana.
¿Qué va a pasar cuando llegue el paquete de reformas constitucionales a la Asamblea?
Si el presidente no logra un compromiso programático claro, antes de que eso se discuta, se va a convertir en un pandemonium. Porque todos van a meter la mano.
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