El gremialista y médico Mauro Zúñiga compareció al juicio por pinchazos en contra del expresidente Martinelli a quien señaló como el responsable de interferir sus comunicaciones y amedrentarlo
El doctor Mauro Zúñiga parece estar tan seguro de que Ricardo Martinelli lo mandó seguir a él y a su familia, y que le interceptó sus correos, que este jueves en la sesión de juicio contra el expresidente se levantó de la silla, giró su cuerpo hacia la izquierda, reparó con la mirada la sala, levantó el brazo derecho y con el dedo índice de su mano señaló directamente a Martinelli con el propósito de que el Tribunal lo identificara como el responsable de los pinchazos.
El jueves por la tarde Zúñiga compareció por cuatro horas como el testigo décimo quinto de la fiscalía, en calidad de víctima y querellante, en el juicio que se le sigue al expresidente Ricardo Martinelli acusado por pinchazos y seguimiento.
En medio de la sesión, el médico de 76 años, dijo que le consta que el acusado fue quien lo mandó a seguir porque durante su mandato "no se movía ni una mosca sin su autorización", porque "él era el número uno, el bos y que todo era bajo su mandato".
A las tres de la tarde ingresó a la sala de audiencia vestido con un saco oscuro y corbata rojo vino, y se hizo acompañar de su esposa quien se sentó en una de las primeras filas detrás de la barra de fiscales.
Narró que mientras estuvo al frente de la Asociación de Médicos, Odontólogos y Afines de la Caja de Seguro Social (Amoacss) por ocho años consecutivos, fue un ácido crítico del gobierno de Ricardo Martinelli.
Por eso es que afirma que le seguían a él y a su esposa con un carro sin placas, y que cuando increpaba al conductor, éste le respondía que seguía ordenes del "número uno". Sobre este episodio, relató que los autos se paraban en la calle afuera de su edificio y que cuando salía lo seguían. Pero, en vez de hacerlo de forma encubierta como se sospecharía una tarea de esta naturaleza, el conductor del auto bajaba la ventana para hacerse visible e intimidarlo.
Contó que en una ocasión su esposa viajaba en la carretera por el sector de la playa cuando se percató que un auto sin placas la seguía. Ante esta situación, buscó refugio en la estación policial de San Carlos, pero nunca puso una denuncia. "Para qué", dijo el doctor, "si Martinelli era el presidente, no serviría de nada", recalcó.
Carlos Carrillo, defensor del exgobernante, alega que los señalamientos de Zúñiga son producto de la retroalimentación de su abogado quien le proporciona un resumen de lo que sucede en la audiencia. "Eso de nombrar al boss, y de conocer lo que dijo otro testigo previamente en la audiencia que el hecho de la dilatación lo que promueve es sustentar una acusación que no tiene fundamento. Aquí nadie puede discutir que la autoría de los correos son de Rolando López, actual secretario del Consejo de Seguridad", manifestó el abogado.
A Zúñiga le costaba recordar detalles de algunos hechos. Por ejemplo, lo mencionado en su declaración jurada ante la Fiscalía Auxiliar y ante el magistrado de la Corte Suprema de Justicia Harry Díaz. En la sesión recordó que cuando lo citaron en el despacho de éste último le mostraron unas fotografías y unos memes, que hicieron de su familia y de él.
Cuando la fiscal Diana Callender, a cargo del interrogatorio se los mostró, reconoció cuatro de ellos que tenían como denominador común mensajes intimidatorios, que dejara de estar hablando tanto con su lengua larga, y cosas similares.
También habló de dos correos interceptados que había enviado a un grupo de 15 personas, y que aunque se trataba de comunicaciones privadas, tampoco tenía forma de comprobar de que ellos no lo reenviaron a terceros.
PARTICIPACIÓN DE JUAN CARLOS VARELA
Sin embargo, Zúñiga no solo mencionó a Martinelli en la declaración que hizo ante Díaz, también habló del vice presidente Juan Carlos Varela.
En la entrevista que sostuvo el 2 de octubre de 2015 frente al fiscal Harry Díaz, para sustentar sus acusaciones proporcionó un cable de la embajada de Estados Unidos que se filtró por WikiLeaks, en el que Martinelli solicitaba a la embajadora de ése país en Panamá, Barbara Stephenson, ayuda para realizar pinchazos. A lo que la diplomática se negó toda vez que las escuchas incluían a personalidades políticas y porque EEUU, a través de la DEA, llevaba a cabo con Panamá la Operación Matador, en la cual se hacían intervenciones telefónicas, pero solo contra el narcotráfico.
Al proporcionar este documento a Díaz, el médico pronunció que "sería muy penoso que un vicepresidente y canciller (Juan Carlos Varela) estuviese interviniendo en esa actividad de pinchar teléfonos". Esto a propósito de que Varela estuvo presente en la Presidencia cuando Martinelli hizo la petición a la embajadora norteamericana. Luego la alianza entre Varela y Martinelli se rompió, justo en 2012, el año en que inicia la investigación contra el expresidente por pinchazos. A inicios de la administración, en 2011, cuando el matrimonio político estaba vigente, el gobierno adquirió de la empresa M.L.M. Protection, uno de los programas para interceptar correos que culpan a Martinelli de su desaparición.
"Zúñiga mencionó al presidente Juan Carlos Varela en términos de la contradicción que se leyó y dijo que lo recordaba, y evidentemente el fiscal magistrado Harry Díaz y el fiscal Auxiliar Marcelino Aguilar no abrieron ninguna investigación o comunicaron a la Asamblea que era la autoridad competente de investigar los graves señalamientos de Zúñiga. Lamentablemente en este caso hemos comprobado que la teoría de la acusación no tiene ningún fundamento y trata de vincular a Ricardo Martinelli solo por el hecho de ser presidente de la República", señaló el defensor Carlos Carrillo.
La mención del presidente Varela fue un punto que resaltó la defensa en el contra interrogatorio. Al médico le costaba recordar con claridad lo que había manifestado ante los fiscales, así que en reiteradas ocasiones fue necesario presentar su declaración para que pudiera refrescar la memoria. En un principio negó que había mencionado a Varela frente al fiscal Díaz, pero luego de que Sidney Sittón, abogado defensor, le mostró el documento, lo admitió.
Para ilustrar otra de las formas en que fue amedrentado, Zúñiga contó que cuando él usaba su teléfono celular nunca tuvo la costumbre de colgar al finalizar la conversación. Cuando terminaba de hablar con el interlocutor, manifestó, aparecía una voz masculina de un hombre joven que le decía que se cuidara y que dejara de hablar mal del gobierno de Martinelli. Por estos hechos tampoco interpuso una denuncia ante las autoridades.
En el contra interrogatorio, el abogado Sidney Sittón preguntó al doctor si se consideraba enemigo de su cliente, a lo que éste manifestó que no, pero que Martinelli si lo consideraba su enemigo.
Después explicó que las desavenencias con el exgobernante se generaron por el manejo de los fondos del programa Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social (CSS). Esto provocó una huelga de los médicos que motivó la salida de Martinelli como director de la CSS durante el gobierno de Ernesto Pérez Balladares.
Añadió que mientras ostentó el cargo de director de la Caja, Martinelli se dedicó a hostigar al gremio que Zúñiga representaba.
Zúñiga no quiso responder a varias preguntas de la defensa que le recordaron previas declaraciones dadas ante el fiscal que giraban en torno a que "Martinelli era uno de los criminales más grandes del mundo, que era un narcotraficante, o que secuestró a Valentín Palacios", un originario que participó en las protestas de Bocas del Toro en 2010 y que posteriormente apareció vivo y sano.
Luego la defensa hurgó la razón por la que los artículos del galeno se dejaron de publicar en el diario La Prensa. Éste respondió que "Martinelli le prometió a Berguido una magistratura en la Corte cuando éste era codirector del diario. Él me lo dijo, en esa época eran amigos", aseveró Zúñiga.
Finalmente pidió al Tribunal justicia y que se cumpla la Ley, que castiguen a las personas que están en el poder y que abusan del mismo.
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