Aún con resultados alentadores, Minsa no aflojará medidas de movilidad para evitar recaídas

En el peor mes que se espera del Covid-19, Julio Sandoval, médico del Ministerio de Salud (Minsa) que forma parte de la Comisión de tratamiento del virus, hace un llamado a sus colegas con especialidades a fines para que se sumen a los intensivistas, quienes no se dan a basto en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Tal vez antes no se le había dado tanta importancia a esta especialidad como en estos momentos, que pareciera la diferencia entre la vida y la muerte del 5% de los casos positivos que termina en la UCI y que se complica su recuperación debido a enfermedades preexistentes.

El Minsa le da vuelta al reloj para atender y habilitar áreas de cuidados intensivos, camas y ventiladores, tanto en los hospitales de la entidad como en la Caja de Seguro Social.

Siendo un intensivista, Sandoval hace un llamado a sus colegas: "Me preocupa el recurso humano porque no hay suficientes intensivistas en Panamá, una especialidad súper sacrificada que nos ha enseñado a conocer a los intensivistas y vamos a necesitar el relevo de otras especialidades como anestesiólogos ", indicó a La Estrella de Panamá.

Es temprano aún como para pensar que el virus presentará una meseta en cuanto al número de casos. Su comportamiento ha escalado en los últimos días debido a la masificación de pruebas administradas que pretenden ampliarse aún más gracias al método serológico que se implementará esta semana con el propósito de incorporar nuevas diagnósticos. El doctor Julio Sandoval alertó que en las siguientes dos semanas conoceremos el impacto de transmisibilidad y disminución de los efectos del virus, luego de las medidas de cuarentena implementadas.

Dependiendo de ello, se reevaluarán las medidas, pero seguramente las autoridades no bajarán la guardia aún si reciben resultados positivos. "Al ver la tendencia uno debe continuar con los horarios de circulación por lo menos por las próximas dos semanas. Luego de eso se pueden tomar algunas decisiones de flexibilizar la cuarentena de manera intermitente, abrir el horario para que las personas puedan salir a hacer sus mandados", manifestó el intensivista.

Los médicos no se atreven a predecir cuántos casos positivos terminaremos contando. Hay varios ejercicios de modelos de algoritmos que nacen de fórmulas matemáticas según el comportamiento del virus desde el día cero. Algunos proyectan que habrá 3,500 casos mientras el viernes pasado ya sobrepasaban los 1500. Sin embargo, éste cálculo debe tomar en cuenta la incidencia de las restricciones de movilidad y su acatamiento por parte de la población. Es una medición de todos los días.

"La cuarentena nos va ayudar a ver un aplanamiento de la curva, no se si sea tan rápido en una semana", añadió el galeno.

El balance que realicen las autoridades sanitarias esta semana será importante para el desarrollo de la pandemia en Panamá, un análisis de las medidas, la cantidad de recuperados, de contagiados, la disponibilidad de camas en sala y en cuidados intensivos, que ya empiezan a escasear.

"En abril esperamos un mes difícil, con más casos por la tendencia que hemos visto mundialmente, sin embargo con la esperanza de que con la cuarentena total logremos disminuir contagios y viendo gente recuperada desarrollando anticuerpos que permitan investigarse para ayudar a otros panameños. Habrán los casos pronosticados, pero somos optimistas en que llegaremos a controlar los contagios y estudiar mejor a nuestra población", añadió Sandoval.

La idea de restringir la circulación de hombres y mujeres según el día de la semana, no respondió directamente a un comportamiento del virus, es medida que elogiada y adoptada por otros países que respondió que coadyuva a los estamentos de seguridad a tener un mayor control sobre la población que viola las normas del toque de queda.

En este momento las estadísticas siguen un comportamiento esperado con el 85% de los casos manejados en hoteles y hospitales aislados en tratamiento y vigilancia clínica. El quince por ciento son moderados a severos que están hospitalizados, 10% en sala y 5% en cuidados intensivos donde la mortalidad es del 50%, como ocurre en las grandes potenciales mundiales. La preocupación de los médicos se centra en tratar de disminuir la mortalidad y aumentar la sobrevida en la Unidad de Cuidados Intensivos. Anestesiólogos, cirujanos y cardiovasculares se incorporan al pase de visita multidisciplinario junto a los intensivistas en el hospital Santo Tomás.

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