Anayansi Barrantes: “Creo que todavía no hay un precandidato que realmente ponga esa semillita de interés”

La coordinadora de la promoción de la lectura de la Biblioteca Nacional hace un llamado a los precandidatos presidenciales sobre la importancia de implementar un plan cultural, no solo en papel, sino con un presupuesto suficiente




Anayansi Barrantes, es la coordinadora de la promoción de la lectura de la Biblioteca Nacional.


Anayansi Barrantes ha recorrido cientos de comunidades promoviendo la lectura. Se traslada en el Bibliobús, mediante el cual lleva a niños y jóvenes de comunidades apartadas a un mundo infinito. Aquél que en esas zonas no compite con las Tablet o los móviles. Se entusiasman tan sólo ver el autobús que se acerca. La coordinadora del Programa Infantil de Lectura de la Biblioteca Nacional tiene más de 20 años sembrando cultura en los pueblos. Su labor la llevó a ser considerada como una de las 25 mujeres más destacadas de La Estrella de Panamá. A pesar del esfuerzo, un grupo no puede cubrirlo todo. Hace falta irradiar la cultura desde la cúspide de los gobiernos. Por ahora, dice, no ve ni siquiera el tema de la cultura en la agenda de los precandidatos interesados en gobernar en los próximos cinco años. Los gobiernos no dedican el presupuesto necesario a la promoción de la cultura, la lectura, las artes escénicas o plásticas. Actividades que colaboran en la reconstrucción del tejido social de la población, y que requiere también de la participación de los padres de familia.

¿Qué considera que la hace ser una de las 25 mujeres más destacadas del país?

Primero que todo ha sido una sorpresa para mí haber sido electa entre las 25 mujeres más destacadas. Mi trabajo me ha llevado a promocionar el hábito de la lectura entre niños y jóvenes. Es como mi base para trabajar por la cultura con ellos, quienes son parte del premio. Tengo 20 años de estar laborando en la Biblioteca Nacional, pero el Bibliobús nació en el 2010, aunque anteriormente había un programa de Unesco España que constaba de una donación grande de libros para las bibliotecas públicas y un bus que estaba estacionado en la biblioteca.

¿Qué tantos políticos visitan la Biblioteca?

No tantos como quisiéramos que vinieran. Son muy pocos realmente. Si lo vemos como visita, para lo que puedan ayudar son muy pocos. Y los que lo han hecho quedan maravillados con los programas, se entusiasman, pero luego nos quedamos esperando. Las bibliotecas públicas necesitan mucho apoyo económico.

¿Lo que van, qué cargos tienen?

Han ido diputados, representantes, pero por ejemplo con el Bibliobús hemos encontrado a políticos que colaboran mucho porque los centros educativos los sacan para que asistan a la biblioteca. Cuando hacemos programas especiales, o que celebramos algo puntual sí colaboran, pero son asuntos puntuales.

¿Considera que los precandidatos a la Presidencia tienen presente el tema de la cultura en sus campañas?

Creo que todavía no hay uno que realmente ponga esa semillita de interés. Necesitamos que incluyan la cultura en sus planes, pero no sólo en papel, sino en el presupuesto y la desarrollen.

¿Por qué no se destinan fondos para la cultura?

Creo que los presupuestos tienen prioridad en otras cosas. El de la cultura también es alto, no todo se lo podemos dejar a los políticos, también a las personas que asistan a los programas. Pero hay que llegar a hacer un presupuesto y desarrollarlo. Así como nombran a algunas personas en ciertos cargos y les dan un buen salario, vamos a hacer que hagan su trabajo.

¿Son cargos por amiguismo?

Yo pienso que son más por las campañas. Debe haber supervisión también de todas las actividades.

¿En qué cambiaría nuestra sociedad con un buen plan cultural?

La sociedad puede cambiar muchísimo. Puede dar más, implementar más proyectos de cultura y artes, en todos los aspectos. Hay mucha diferencia entre lo que pasa en la ciudad y otras áreas. Yo tengo anécdotas increíbles. Cuando comenzaron con los proyectos de becas a los niños en las escuelas, llegué a recoger los libros prestados para regresarlos a la biblioteca, revisarlos y evaluar si era necesario nuevos libros. Cuando busco los libros un niño se me acercó y me dijo: no quiero beca, quiero un libro. Porque cuando llega al bibliobús ellos se asombran. Ellos no están con la Tablet, con el celular, no tienen esos recursos. Aman la lectura y hacen un mundo maravilloso que los va cambiando.

Con tantas distracciones, ¿cómo se atrae la atención de los niños a la lectura?

Hay que apoyar los programas culturales. Hay escuelas de ballet para jóvenes, por ejemplo, en el Municipio de Panamá y otras entidades. Es que no podemos dejar todo en manos del gobierno, hay que participar para atraer a los niños.

¿Qué hay del Plan Nacional de Lectura, se implementa?

Hay que seguir las recomendaciones, ese plan existe. Tenemos que abrir el baúl y ver lo que hay, lo que da resultados y lo que no. No hay que inventar nada, las cosas ya están, solo hay que desarrollarlas. Debe haber interés del que está llevando el programa, puede ser de cualquier institución que estaba involucrada en eso. Nosotros buscamos a las personas que nos pueden ayudar a desarrollar, pero debe ser entre todos, no uno solo. También deben incluir a los padres de familia, ellos son el ejemplo. En las bibliotecas hay muchos programas que se hacen, no solo de leer, hay juegos de ajedrez, por ejemplo. El padre debe acompañarlo porque si no los llevan, cómo van a llegar ellos solos.

¿Qué libro le recomendaría leer a los políticos?

Le puedo recomendar El Príncipe de los enredos, es un libro interesante. Un cuento que habla sobre de un cuervo que llega a un árbol y lo empieza a hostigar de por qué él es así. Luego llega a las raíces, a las hojas, a cada uno le va diciendo por qué tiene que depender de él, pero en resumidas cuentas es quítate tú pa ponerme yo. Eso es muy bueno.

¿Qué candidato considera más culto?

Ahora mismo no veo a ninguno. Porque estoy segura de que los que pueden ser más cultos no están en la lista.

Hay candidatos que escriben con faltas de ortografía... 

No solo así, sino cuando se expresan verbalmente es terrible.

¿Qué tipo de sociedad cultivamos entonces? 

Tengo esperanza en las nuevas generaciones, en la niñez y en los jóvenes. A medida que va avanzando el mundo vienen con otro chip. Ellos vienen con otros intereses que van buscando en la biblioteca y en las actividades culturales porque vemos muchos jóvenes participando.

¿Cuántas comunidades visita al mes con el bibliobús?

Visitamos alrededor de cinco. Nosotros vamos con el bibliobús algunas veces a las comunidades, pero en periodo escolar vamos a los centros educativos porque es una herramienta de apoyo para los profesores y maestros. Ellos llegan al bibliobús y eligen el libro que quieren leer, en quince días regresamos y los cambian.

¿Qué diferencia observa desde la creación del Ministerio de Cultura a la fecha? ¿De qué ha servido?

Creo que sí va a cambiar porque estamos iniciando. Antes teníamos el Instituto Nacional de Cultura. Creo que el nivel ha cambiado. Hay buenos programas.

¿El costo de los libros suele ser una limitante?

Claro que sí. Es un costo. Pero se puede reemplazar visitando las bibliotecas públicas, es la única manera. Ahí puede seleccionar el libro que quiera. Tenemos la biblioteca digital, en la Biblioteca Nacional digitalizamos los libros y también hacemos préstamos a domicilio. Seleccionan los libros y se los llevan por 15 o 20 días. También tenemos la caja viajera que sirve a las comunidades, se les suministran algunas cajas de libros para las comunidades distantes. Así tienen acceso.

¿Cómo ha impactado el Bibliobús a las comunidades apartadas?

Mucho. Por ejemplo, si vamos en un mes preguntan cuándo volvemos. Ellos van haciendo sus grupos de lectura que van leyendo, nos van pidiendo. Les gustan mucho las sagas, como Harry Potter, El Principito les encanta. Nosotros los incentivamos para que lean a autores panameños.

¿Qué libro no debemos dejar de leer?

En mi concepto El Principito, también El pájaro del alma, que es muy interesante. A mucha gente le gustan los libros de autoayuda, especialmente a los adultos. El menú de la biblioteca cada vez se amplía más, recibimos muchas donaciones también. En la sala panameña tenemos a todos los autores del país.

Hay muchas ideas de lo que significa la cultura de un país. Se puede reflejar en las condiciones de las calles, la disposición de la cultura, la empatía. ¿Cómo definiría la cultura de Panamá?

Nos falta trabajar muchísimo en más promoción de esa cultura. La debemos iniciar desde casa. Me da mucha tristeza, por ejemplo, cuando vamos al área de Panamá Este con la biblioteca móvil, por lo general llegamos a San Miguel y en el camino observamos la recolección de la basura, pero al regreso, vemos nuevamente la basura acumulada como si no hubiera pasado nada. En las áreas por donde nos movemos, en los centros educativos, se trabaja mucho con eso, con el reciclaje.

Las últimas mediciones de lectoescritura revelan grandes falencias en comprensión, ¿cómo maneja este tema?

Eso es algo que todavía digo, cómo salimos tan mal, o a quiénes se les hace esa prueba porque realmente sí se está leyendo. Lo veo porque somos una herramienta para las comunidades y centros educativos. Llevamos le lectura y un programa para la comprensión lectora. Tenemos la Asociación para niños de lectura, promotores en el Municipio que nos ayudan a llevar talleres y programas a las comunidades.

Usted afirma que sí se está leyendo, pero si fuera así no tendríamos estas falencias en los exámenes y la falta de análisis crítico en los estudiantes... 

Es que de nada vale que yo lleve un libro si no se le da seguimiento. Hay que hacerlo, nosotros estamos dando una herramienta para que el profesor le dé seguimiento, así como las familias en la casa. Yo tengo muchos chicos que cuando inicié tenían cuatro años. En estos círculos de promoción de la lectura ya muchos son universitarios, son profesionales. Son abogados y van a la biblioteca a agradecer, que gracias a que se inclinaron por la lectura pudieron seguir y tener una carrera.

¿Cómo desasociamos el concepto de obligatoriedad del placer en la lectura? Los estudiantes muchas veces lo ven como una tarea, no como un placer leer... 

En la biblioteca no obligamos. Claro, porque tal vez la lectura que dan en los centros educativos no es la correcta. Tal vez les están dando lecturas muy profundas que el niño no entiende. Nosotros tenemos que empezar de a poco. Es por pasos, primero hay que hacer que la lectura sea por placer, no por obligatoriedad. Yo muchas veces les pregunto a los padres si están seguros de que sus hijos quieren seguir en el círculo de lectura, que si les gusta. Nosotros damos talleres en las escuelas y las comunidades para atraerlos.

Pero entonces el plan curricular debe contemplar eso... 

En Panamá hace muchos años se dio el Plan Nacional de Lectura en el que intervinieron el Municipio, el Ministerio de Educación, por nombrar algunos. Ese plan se trabajó muchísimo y cada ministro que llegaba lo veía, pero esa ley ahora no está implementada, por eso el país no cuenta con eso.

¿Eso qué le dice?

¿De qué vale un grupito? No puede caer sólo en los que estamos en la promoción de la lectura. El gobierno tiene que meterle cariño, tiene que buscar la forma y ver si realmente estamos cumpliendo con el plan del libro y la lectura. Porque cada uno que llega pone su forma. Se dan talleres y todo, pero no hay seguimiento al plan y no podemos implementarlo de la forma correcta.  

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