Cultivos de coca en Colombia incrementaron un 43% en 2021

El informe de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de las  Naciones Unidas atribuye el aumento al  posicionamiento de nuevos grupos criminales, el deterioro de las condiciones socioeconómicas a causa de la pandemia y la reducción de la intervención del gobierno en las áreas cultivadas



Los grupos criminales sacan la droga de Colombia principalmente por vía marítima en lanchas rápidas, semisumergibles. 


El narcotráfico en Colombia se fortaleció en 2021. Las tierras dedicadas a la siembra de coca incrementaron un 43% y como consecuencia también se elevó la cantidad de droga exportada al mundo, las organizaciones criminales se fortalecieron financieramente y a nivel organizacional.

El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la Oficina de las Naciones Unidas publicó este octubre un informe que retrata un incremento del área sembrada con coca en Colombia, pasando de 143 mil hectáreas en 2020, a 204 mil en 2021.

El informe calcula que la producción en ese país alcanzó un máximo histórico de 1,400 toneladas de cocaína (2021), con tendencia a la alza. En ese mismo año en que se registró el incremento en cultivo y producción de coca, los países de Centroamérica incautaron al menos 248 toneladas de droga, según el recuento efectuado por la agencia AFP, de las cuales 128 toneladas fueron decomisadas por las autoridades panameñas, rompiendo su propia marca de años anteriores. A solo un mes de culminar el año, las autoridades panameñas han incautado más de 100 toneladas, casi igualando la cifra anterior.

Los datos anunciados recientemente recalcan que la lucha contra las drogas está rebasando la capacidad de los gobiernos, que en la mayoría de los países de la región -en algunos con mayor acentuación que otros- las organizaciones criminales han logrado penetrar a las instituciones, ampliar su operatividad, haciendo de esta una lucha más complicada.

Colombia sigue siendo el país del mundo que más droga produce, más del 90%. Y el 85% se siembra en los mismos territorios desde hace más de una década.

Además, los grupos criminales han mejorado el rendimiento significativamente en pocos años. Por ejemplo, en 2014 el rendimiento promedio de hoja de coca por hectárea era de 5.6 kilos, pero el año pasado pasó a casi ocho kilos por hectárea.

¿POR QUÉ EL AUMENTO?
El reporte de Simci atribuye, como uno de los factores que propiciaron el aumento de cultivos al posicionamiento de nuevos grupos criminales y al deterioro de las condiciones socioeconómicas a causa de la pandemia. Éste último factor redunda en la contratación de nuevos integrantes para sus filas aprovechando la falta de empleo para los grupos de jóvenes entre 15 y 29 años.

La dinámica de estos grupos también se ha modificado según el reporte de las Naciones Unidas. Retratan tres grupos armados ilegales predominantes que tienen el control hegemónico de más de 60 estructuras criminales organizadas con roles divididos entre producción, tráfico, custodia de los laboratorios de clorhidrato de cocaína y de los cultivos, entre otros.

Algo a destacar es que las condiciones de servicios y bienes de los pueblos cercanos a la coca son mejores que en los distantes, de lo que disfruta tanto la población como los involucrados en la cadena del narcotráfico.

Las mejoras se deben a que la población recibe un mayor flujo de recursos financieros que dinamiza el comercio y permite acceder a bienes y servicios que sin la actividad ilícita no hubieran consolidado. Esto se traduce, por ejemplo, en una gran cantidad de farmacias, supermercados, restaurantes, electrodomésticos, expendios y bares en los que también se ejerce la prostitución.

Además de lo anterior, existen otros factores que impulsan el crecimiento de cultivos ilícitos. El principal hace honor al principio de oferta y demanda. En el 2020, se estimaron 21.000.000 de consumidores de sustancias tipo cocaína. Al observar las tendencias de los últimos 10 años, se evidencia un aumento constante a largo plazo en el número de usuarios estimados de este tipo de drogas.

Aunado a esto, los gobiernos no han logrado robustecer los municipios en los que se produce más coca en Colombia. Siguen enfrentando condiciones de pobreza y limitaciones de acceso a los mercados. La esperanza que emanó de los acuerdos de paz se desinfló.

Existen bajos niveles de implementación del acuerdo de paz en el país: solo ha concluido el 2% de las disposiciones del acuerdo en relación con la Reforma Rural Integral, un punto clave para el intercambio de cultivos.  

Toda esta vorágine también ha ocasionado la expansión de las redes del narcotráfico a las zonas con condiciones favorables para la producción de coca. Al 2021 los grupos armados posFarc-EP se localizaron en 138 municipios ocupados anteriormente por esa guerrilla.  

El narco se ha beneficiado también de la constante devaluación del peso colombiano, que en los últimos meses ha rozado picos insospechados, doblando su valor a casi mil pesos por dólar.  La estructura criminal del narcotráfico abarca todo lo necesario para el negocio, incluso el financiamiento de cultivos ilícitos.

RUTAS
En cuanto al tráfico, Centroamérica es un cordón en la ruta hacia Estados Unidos desde hace décadas. Sin embargo, mercados más atractivos como Europa, por el valor que adquiere la droga, han abierto nuevas rutas desde los puertos de Panamá y Costa Rica.

Los grupos criminales sacan la droga de Colombia principalmente por vía marítima en lanchas rápidas, semisumergibles (de los cuales al menos cinco han aparecido en aguas panameñas) y sumergibles más sofisticados con mayor capacidad de carga y navegación.

El informe de drogas publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en junio pasado identifica la vía marítima como la principal ruta para sacar la droga de Colombia por el Pacífico hasta la costa de México en submarinos y en contenedores desde la región andina de Colombia a Europa central y occidental.

El Servicio Nacional Aeronaval (Senan) desmanteló en junio pasado una banda conformada por operadores portuarios, miembros de empresas de transporte, presuntamente vinculados a la contaminación de contenedores con destino a Bélgica, Suecia, Finlandia y Países Bajos.

No obstante el operativo, en septiembre ubicaron 50 paquetes de droga que iban a Bélgica en un buque porta contenedores, en la modalidad de contaminación subacuática. Lo que da una idea de la infinita pelea para acabar con el mercado ilícito y del poder que tienen para infiltrarse en cualquier espacio que les represente ganancias.

La variación al alza en los cultivos también se debe a la reducción de la intervención del gobierno en las áreas cultivadas, que no han variado: El 62 % se concentran en Nariño, Norte de Santander y Putumayo.  Un 10% del incremento de los cultivos se registró en nuevas áreas, mientras que un 33% fue en la periferia de los enclaves mencionados.

En Colombia, el 45 % del total de la coca se concentra en sólo 10 municipios colombianos. En estas regiones, en años anteriores, se reportó una reducción en el área con coca, asociada en gran medida con la intervención de la erradicación forzosa. Sin embargo, las dificultades para sostener este tipo de mecanismos y la falta de medidas complementarias que logren cambiar las condiciones de vulnerabilidad, resultaron en el aumento del área sembrada en el 2021.

La concentración y permanencia de los cultivos de coca pueden ser explicadas por una relación geográfica funcional al tráfico. 12 de los 14 enclaves se localizan en departamentos fronterizos o con salida directa al mar. En estos enclaves existe una convergencia de los grupos armados ilegales, los narcotraficantes y los productores.

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