Samira Gozaine: “La migración irregular no debe ser protegida porque estamos propiciando el tráfico de seres humanos”

El tema ha superado la capacidad de los gobiernos de la región en la ruta hacia Estados Unidos. Es el crimen organizado el que se beneficia mayormente de las necesidades de los migrantes irregulares. La directora de Migración propone analizar el tema en las Naciones Unidas y cambiar la óptica por una migración organizada y segura entre todos los países involucrados 


Samira Gozaine. 


La migración irregular se ha transformado en un negocio redondo para los grupos criminales. Cobran pasajes, comisiones, extorsionan, se aprovechan de la vulnerabilidad de los viajeros. Esta situación ha cambiado el debate de una migración irregular a una ordenada y segura. Elevar la discusión en las Naciones Unidas, el ente que protege este derecho, se hace cada vez más inminente por las consecuencias que representa el paso de migrantes irregulares a través de la ruta hacia Estados Unidos.
 
La directora de Migración, Samira Gozaine, está a tope con todos los migrantes venezolanos que no pudieron llegar al norte debido a las nuevas restricciones migratorias y que se encuentran varados en Panamá ingeniando como retornar a su país. El gobierno ha realizado varios vuelos humanitarios, aunque no son suficientes, tampoco puede encargarse de volar a todos los migrantes que tengan deseos de llegar a su país de origen. Es hora de cambiar el foco, los gobiernos, dice la directora, están propiciando el tráfico de migrantes y esto no es proteger el derecho de las personas que buscan un mejor futuro.

¿Centroamérica tiene una sola voz en cuanto a la migración irregular?
Esta discusión tiene que ir a nivel de Naciones Unidas, que se entienda que no estamos protegiendo a la gente. El 20% de la población que pasa son niños y de ellos el 80% son menores de cinco años. Es un trauma. Unicef debería empezar a hablar, hemos detectado varios casos de desnutrición también. Es verdad que la migración es un derecho, pero regulada y segura. La migración irregular no debe ser protegida porque estamos propiciando el tráfico de seres humanos. Eso lo estamos permitiendo las naciones. Hay una noción en la gente que ve derechos humanos que no es completa, la migración irregular solo está beneficiando al crimen organizado. Multiplica, $500 por 210 mil personas. La conversación tiene que elevarse a otro nivel para encontrar soluciones.

¿Qué busca Panamá de sus homólogos de sus países vecinos exactamente?
Pensaría que lo que podríamos pedir a Colombia es que regularice la cantidad de personas que pasan. La pandemia nos demostró que existe la posibilidad de cerrar un poco las fronteras porque durante ese tiempo no nos llegó nadie. Tratemos de cumplir las famosas cuotas de las que hablábamos.



El 20% de la población que pasa son niños y de ellos el 80% son menores de cinco años. Es un trauma. 


Pero si han conversado los mandatarios de Panamá y Colombia al respecto…
No nos queda más que seguir insistiendo y explicar las razones por las que nuestras comunidades donde llegan estos migrantes son de 100 personas o 200, no tienen servicios básicos muchas veces. Necesitamos insistir a Colombia que traten de ver cómo logramos las cuotas. Mientras tanto observar quién se está beneficiando de esto.

¿Cerrar la frontera es una opción?
Creo que no es posible en el Darién por la porosidad que hay.

Pero la posición oficial, decir que cerramos la frontera, ¿es una alternativa?
Creo que el presidente es el único que puede responder eso. En Darién de forma práctica no es posible de hacer.

¿Va a otorgar permisos temporales a los venezolanos?
En realidad, no estamos planteando nada de eso.

¿Podrían optar por quedarse en Panamá los venezolanos que no pueden ingresar a Estados Unidos?
Realmente si hay ilegales es difícil de detectarlos. Tendríamos que hacer operativos. Quienes se van a quedar de alguna forma necesitarán un trabajo e introducirse a nuestra economía. Ahora mismo no hay proceso de regularización, el año pasado salió un Decreto Ejecutivo que eliminaba eso. En 12 años que existió regularización extraordinaria en Panamá se regularizaron más de 280 mil personas, siendo los colombianos, venezolanos y nicaragüenses las más comunes.

¿Qué está haciendo Panamá para hablar con Estados Unidos?
El lunes nos reunimos inclusive con senadores del comité de presupuesto de Estados Unidos. Por alguna razón dentro de su lista Panamá está catalogada como un país desarrollado. No es real, se lo hemos explicado. Pero es lo que ellos nos dicen porque US AID no está aquí porque dicen que Panamá no cumple con los requisitos de un país pobre. No se nos da una ayuda más directa como lo hacen con Colombia, hemos pedido una ayuda más directa y estamos esperando respuesta.

¿Prefiere un escenario con restricciones en Estados Unidos o que no las haya?
Creo que, de convenirnos, debe ser encontrar una solución regional al problema. Hay interés y voluntad de que los países nos pongamos de acuerdo qué cuota pueden absorber. Por ejemplo, en Panamá hay trabajos que los panameños no quieren hacer.

¿Usted habla de un modelo migratorio similar al de Europa?
Cada país una cuota.

Eso es interminable…
Pero es la única forma.

Colombia ya tiene 2 millones de venezolanos en su país…
Pero ellos no los han absorbido en su economía porque si lo hubieran hecho no estuvieran caminando. No han tenido un trabajo formal. Por eso hay que hacerlo de una manera organizada, porque nosotros necesitamos muchas profesiones que los panameños no quieren hacer, igual los países de la región. Hay que tener conversaciones e insistir en el medio diplomático. Mientras tanto hay que buscar la manera de minimizar la crisis y lo hemos logrado con trabajo en equipo en el gobierno en pleno que ha estado dirigiendo esto.

¿Cómo se está manejando el tema de los venezolanos que no tienen plata para retornar a su país?
El tema es complicado. Ambas fronteras nuestras son muy porosas, existen puestos formales en Costa Rica y Darién, pero hay muchos puntos ciegos por donde pasan. Hemos tenido ese problema anteriormente con los nicaragüenses que vienen de norte a sur, ingresan de manera ilegal a Panamá y luego son detectados en nuestros puestos de control en Divisa. Esto está pasando ahora con los venezolanos. Tenemos noticias de que algunos han llegado a México y se han regresado a Panamá por muchas razones.
No obstante, el número de migrantes de esta nacionalidad ha disminuido considerablemente, desde la semana pasada que empezó la crisis hemos recibido en el albergue temporal que tiene la misión diplomática de Venezuela, casi dos mil personas. Se han ido 1,400 en vuelos humanitarios y pagados por ellos, pero aún hay 600 personas. Todos se quieren regresar.

La cifra es muy distante a la cantidad que ha pasado…
Han pasado por nuestro país 210 mil personas, de los cuales 170 mil eran venezolanos.

¿De ellos cuántos se han quedado en Panamá?
Es complicado saberlo. Las personas que entran por trocha ilegal no tenemos manera de saber si están aquí, salvo cuando hacemos operativos. En este momento estamos concentrados en proteger a los que están en las calles, traerlos a los albergues de las iglesias y las misiones, pero no estamos haciendo operativos en las calles para detectar a los ilegales. Estamos hablando de la frontera del Darién y la de Costa Rica, ambas tienen puntos ciegos. En la de Costa Rica hay puestos de control, pero se meten por trochas que no podemos controlar.  En Darién hay más de 265 kilómetros que no podemos controlar, adicionalmente esta gente llega con los pies deshechos, las mujeres dando a luz, los niños deshidratados, los hombres picados de serpientes.

¿Cuántos rescates han hecho este mes?
Más de 15 rescates. En esto hay personas que se fracturan, personas que están dando a luz en la selva, personas que se caen y se golpean y no pueden seguir caminando. Para eso el Servicio Nacional Aeronaval y el Servicio Nacional de Fronteras nos ayudan con vuelos para rescatarlos.

¿Cómo están manejando el retorno de quienes no tienen dinero para comprar un boleto de avión?
Ahora tenemos unos vuelos humanitarios que han salido por decisión del presidente de la República. Pero son finitos porque los recursos son limitados. Hemos dado preferencia a mujeres embarazadas, familias. La misión diplomática de Venezuela ha recogido fondos de inversionistas, también muchos han pagado sus viajes. Los migrantes dicen que desde Panamá consiguen los precios más baratos de avión y por eso regresan a Panamá para hacer el retorno. Todos tienen algo en común, quieren regresar a Venezuela porque les ha sido muy difícil el camino.

¿Qué tipo de control estamos teniendo de los migrantes que quedan en Panamá?
Lo que pasa es que son demasiados frentes abiertos a la vez. El personal de migración somos 1,600 personas y los operativos son reducidos. Migración tiene funciones administrativas, pero también operativas y estamos tratando de ampliar la capacidad operativa. Cuando hemos hecho los operativos no hemos detectado gente ilegal, sino con los carnét vencidos. Estamos en el camino para hacer operativos a finales de año para saber dónde se ha quedado gente ilegal.

Luego del anuncio de Estados Unidos en el que exigió visa para esta nacionalidad, cuál ha sido el comportamiento del migrante, ¿insiste en ir al norte?
Te puedo decir que ha disminuido el número de personas que ingresan por el Darién. El martes ingresaron 960, el miércoles 693, pero anteriormente no bajaban de mil. En un día recibimos 4,500. A pesar de que han disminuido los venezolanos, otras ciudadanías han aumentado porque ellos creen que sí pueden llegar a Estados Unidos.

Esto es algo infinito, ¿cómo vamos a manejar este tema a futuro, hay una estrategia en la región?
Lo que pasa es que es un problema regional que requiere de una solución regional. La canciller ha dicho que se va a reunir con los países para buscar alternativas. Nuestra posición ha sido que esta migración irregular solamente está beneficiando al crimen organizado. Están lucrando con la migración. Hemos concebido que la migración es un derecho universal, es verdad, pero la posición de Panamá es que debemos hacerlo de forma regular, ordenada y segura.

¿Cómo es el negocio del bus que los lleva de Darién a la frontera con Costa Rica?
Existe una cooperativa de transporte en Darién que tiene su bus y su registro. Esa ruta de Darién que ha estado abierta desde 2016 la tiene una cooperativa y cuenta con más de 60 buses. Es un servicio privado que los migrantes toman. Migración los acompaña en el bus para asegurarse que no se bajen en el camino y no les pase nada.

¿Cada bus qué capacidad tiene?
Unas 30 a 40 personas. Pero ahora que los migrantes estaban sin dinero nos pusieron a disposición 10 buses gratis para transportarlos. Es un negocio rentable, pero también están apoyando a las personas.

¿Por qué los dejan en Gualaca, donde no saben a dónde se van después, y no los llevan a Paso Canoas?
Muchos de ellos no traen dinero y necesitan llegar a un lugar donde les manden dinero, y es en Gualaca porque ahí está Western Union. En Paso Canoas tampoco tenemos dónde ponerlos. Ellos se quedan en Gualaca hasta que les notifiquen que ya pueden ir a buscar su dinero. En ese momento ellos toman otro bus de ruta y los llevan a recoger su dinero.

Pero les pierde el rastro…
Al final esta migración está protegida por las Naciones Unidas y ellos no están detenidos.

Pero cada país tiene sus políticas migratorias. ¿Quién queda en el país?
Solo el .01% solicita refugio. Las personas quieren seguir. Ahora mismo estas personas se quieren ir a Estados Unidos, hay quienes insisten en seguir la ruta.

¿Cuántos criminales o terroristas pudieron haber entrado sin ser detectados?
Panamá es el único país que hace detecciones. En los últimos años hemos detectado más 130 personas, pero no somos infalibles, y es verdad, se pudieron haber colado algunos.

¿Cuánto ha invertido el país para enfrentar el tema migratorio hasta ahora?
Más de $50 millones incluido el personal, horas extra, viáticos, horas de vuelo que Migración ha tenido que contratar. Este monto es de todas las entidades, un costo global de todas las instituciones.

¿Cuántos menores sin acompañantes han llegado?
Los menores sin acompañamiento son entregados a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) de inmediato. Hemos tenido aproximadamente 130 o 140 niños en estos tres años en esta situación. La Senniaf se pone en contacto con sus familias en el país de origen y con el consulado para retornarlos.

Es un proceso largo…
Pero lo han hecho porque ahora mismo no hay muchos niños en custodia de Senniaf. Estos niños pueden ser que empezaron la travesía con un familiar. Puede ser que los padres estén más avanzados porque muchos padres se van y dejan a los hijos en cuidado de otra persona porque piensan que les van a dar mejor vida. Puede ser también que su familiar murió en la selva, porque como no tenemos una lista de quienes vienen, que debería entregar Colombia, no sabemos a quién esperar.

O sea que ni siquiera sabemos cuántos han muerto en la selva…
Realmente es imposible saberlo. Sabemos los que vamos a recuperar, lo que la gente nos dice, pero no sabemos cuántos pudieron haber muerto.

Además, hay una gran contaminación ambiental producto de la basura que tiran los migrantes, y nadie sabe cómo controlar…
Por eso es importante que el esfuerzo de los países sea para disminuir o regular la migración. Por lo menos controlar o disminuir, pero las conversaciones diplomáticas tardan tiempo, pero es la única forma.

¿Los cadáveres que quedan en la selva cómo los ubican y cómo actúan en caso tal?
Nosotros los ubicamos por reportes de los migrantes y los recoge la fiscalía del Ministerio Público y hacen los contactos para que las familias los puedan reclamar. Nos mandan fotos y Senafront se acerca con las autoridades para hacer el levantamiento del cadáver.

¿Cómo vamos a controlar los daños al medio ambiente por la basura que tiran los migrantes? 
Hemos tratado de que entiendan un grado de responsabilidad, a veces para pedirles que recojan la basura de lo que comen se hace imposible. Por lo menos en nuestras comunidades de acogida se han organizado, por ejemplo, en Bajo Chiquito, con el dinero que les entra han mejorado sus escuelas, sus casas y han hecho un grupo que recoge la basura. No se me olvida lo que me dijo un cacique una vez: a nosotros nos han olvidado todos los gobiernos, pero Dios no nos olvidó y nos ha mandado a nuestros hermanos migrantes que es lo que nos permite subsistir. Eso me impactó. De todos los que me han hablado en los albergues, los migrantes nos agradecen el trato. No podemos cerrar la selva, insistir que en el sur se hagan estos procedimientos.

1 comentario

  1. HE AHÍ DOS DAMAS INTELIGENTES Y BIEN PREPARADAS PARA SU MISIÓN. RECIBAN UN CORDIAL Y RESPETUOSO SALUDO. INGENIERO HUMBERTO E. REYNOLDS DE UNAMUNO

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