“No hay compromiso de Venezuela para luchar contra el narco”, Marta Lucía Ramírez

La vicepresidenta de Colombia culpa a su vecino de permitir la estadía del ELN, las Farc y el narcotráfico en Venezuela, a lo que se suma la falta de un compromiso de otros países para atacar las finanzas de grupos organizados 


Marta Lucía Ramírez. 


Para Colombia, su vecino Venezuela es un obstáculo en la lucha contra el crimen organizado y ordenar la migración irregular con destino a Estados Unidos.

Colombia es el primer productor de pasta de cocaína cuyos principales mercados de consumo se centran en Estados Unidos, Europa y Asia.  De acuerdo con la canciller y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, luchar contra el narco en su país resulta muy complicado sin la cooperación de sus vecinos. Es en Venezuela, afirma, “donde están los grupos terroristas de Colombia, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Farc, el narcotráfico y no ha habido compromiso de Venezuela para luchar contra el narco”.

En su paso por Panamá durante la Reunión Ministerial de Migración, Ramírez conversó con La Estrella de Panamá sobre los resultados de la cita, narcotráfico y  el rol de Colombia en la Organización del Atlántico Norte.

La siembra de coca en los años recientes alcanzó las 160 mil hectáreas, según cifras de la vicepresidenta, un esfuerzo hasta ahora insuficiente de Colombia para erradicar los cultivos, que en este momento superan las 100 mil hectáreas. Desafortunadamente para Colombia, la demanda es un factor determinante en la producción de cocaína, no obstante, elogia que han efectuado decomisos al narco.



A finales de mayo los colombianos escogerán a su nuevo presidente. 


Por otro lado, dice, “tampoco vemos un compromiso en varios países de perseguir los arqueos del narcotráfico para lograr una cooperación mucho más efectiva en el tema judicial para intercambiar información de inteligencia para que todos juntos podamos afectar la cadena del narco”.

En el tema de Venezuela, este medio preguntó a Ramírez su visión sobre las recientes conversaciones entre Washington y el régimen de Nicolás Maduro, que pretendían suplir demandas energéticas a la economía norteamericana para paliar el alza del precio del crudo debido al conflicto en Ucrania. Ramírez recordó que cuando el equipo de Biden viajó a Caracas, ella se encontraba de visita oficial en la Casa Blanca con el presidente Iván Duque. En ese momento la explicación que Biden brindó a Duque fue que “el interés de ellos era rescatar a unos americanos que estaban secuestrados en Venezuela”.



La siembra de coca en los años recientes alcanzó las 160 mil hectáreas. 


A mediados de marzo la administración Biden informó que por el momento no está en contacto o tenía algún plan para importar petróleo de Venezuela.

“Creemos que la posición de Estados Unidos en cuanto a Venezuela sigue siendo totalmente coherente”, afirma la canciller, sin dejar de lado de importancia de “insistir en el fin de la dictadura de Venezuela” y dar paso a elecciones democráticas, transparentes, limpias, justas para el pueblo venezolano.

Hablando de elecciones, a finales de mayo los colombianos renovarán presidente. La pelea se resume entre las corrientes de izquierda y de derecha, aunque Ramírez prefiere no etiquetar, en vez, habla de democracia.

Comprende los cambios en la composición del gobierno, pero pidió a sus compatriotas votar por instituciones sólidas “donde no se ponga en riesgo de ninguna manera el desarrollo económico, la propiedad privada, donde no haya un populismo que el día de mañana afecte la solidez de la democracia colombiana”.

La revista Semana publicó una reciente encuesta de intención de voto en la que Gustavo Petro, exmiembro de la guerrilla M-19, exsenador y fundador del movimiento político Colombia Humana, aventaja por 10 puntos a su rival Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, que registró un 23%.

Si ningún candidato logra más del 50% de los votos, se programa una segunda vuelta en junio.
 
MIGRACIÓN IRREGULAR
La Reunión Ministerial de Migración celebrada en Panamá la semana pasada (19 y 20 de abril) dejó claro una cosa: todos los países de la región deben hacer lo propio para contener la migración irregular en sus territorios. En la práctica, no obstante, hace falta homologar acciones y estrategias.

La migración hacia Estados Unidos no cesará, al igual que los grupos criminales que se aprovechan de los migrantes irregulares. Es un efecto dominó, mientras que en la frontera colombo-panameña se concentran flujos masivos de migrantes irregulares, lo mismo ocurre en la zona limítrofe de Colombia con Ecuador, por ejemplo. Un principio de corresponsabilidad.

Entre los planes futuros que se alcanzaron en Panamá, se mencionó la clasificación de la población según nacionalidad, censos y trazabilidad.

“Nosotros nos vamos a quedar con dos millones de venezolanos que es lo que ofreció Colombia. Ya los hemos legalizado, los hemos metido en educación, seguridad social”, ilustra la canciller colombiana.
  
Disminuir el paso irregular requiere de ajustes de larga data que los países de origen no se han podido atender como, la pobreza, la sostenibilidad de empleo, educación y emprendimiento para mejorar la vida de los ciudadanos.

Una prioridad de Washington que pretende atacar el desplazamiento forzado a largo plazo con programas de financiamiento en materia socioeconómica.  

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