La constructora ideó una estructura para aumentar precios de materiales y crear contratos ficticios, a través de subcontratistas, que eran cobrados en su totalidad pero no se ejecutaban. En Panamá, esta práctica se comprobó en la Autopista Madden Colón; Cinta Costera 3; Saneamiento de la Bahía; Agua Potable; Patrimonio Histórico y ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen, según la confesión de uno de los empleados de la brasileña
Otro modo de sobrefacturación se hizo con trabajos no ejecutados por la constructora que cuando culminaban, Odebrecht emitía un boletín de medición que contenía la descripción de los trabajos recibidos y aprobados, junto a los correspondientes montos.
La multinacional Odebrecht contaba con un mecanismo calculado mediante el cual sangraba las arcas del estado a través de los proyectos que le fueron adjudicados. La empresa no solo se aseguraba de obtener un trato preferencial, sin importar el gobierno de turno, a través de mordidas a políticos y pagos de dinero a lobistas, sino que estructuró un esquema de sobre precios, contratos ficticios y materiales que concretaba con subcontratistas quienes cobraban un porcentaje a la brasileña.
Pareciera un círculo completo y complejo que le generaba millones de dólares para luego repartir el excedente en efectivo entre altos directivos de la empresa en Panamá. La empresa creó muchas formas de obtener dinero para las coimas. Cada proyecto tenía una partida oculta (con nombre) en el precio para coima.
Barco arribó a Panamá para trabajar en Odebrecht en el área de subcontratos como encargado para el proyecto de la Autopista Panamá Colón, ejecutando obras hasta julio de 2017. Entre ellas, Odebrecht subcontrató a otras empresas, una era Grupo Diacelec, de la familia ecuatoriana Arias Ish, que intervino en las obras del Aeropuerto Internacional de Tocumen, Saneamiento de la Bahía Fase 2 y Cinta Costera Fase 3.
Panamá este bosquejo se comprobó en los proyectos Autopista Madden Colón; Cinta Costera 3; Saneamiento de la Bahía; Agua Potable; Patrimonio Histórico y ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen. Así lo confesó a la Fiscalía Especial Anticorrupción Fredy Barco, imputado por el presunto delito de blanqueo de capitales.
Esta práctica se ha visto en otras obras investigadas a nivel internacional, en España, por ejemplo, que vincularon a la española FCC en los precios inflados por acero a costas del erario público panameño en las obras del Metro.
Barco arribó a Panamá para trabajar en Odebrecht en el área de subcontratos como encargado para el proyecto de la Autopista Panamá Colón, ejecutando obras hasta julio de 2017. Entre ellas, Odebrecht subcontrató a otras empresas, una era Grupo Diacelec, de la familia ecuatoriana Arias Ish, que intervino en las obras del Aeropuerto Internacional de Tocumen, Saneamiento de la Bahía Fase 2 y Cinta Costera Fase 3.
Barco detalló que las facturaciones realizadas a través de las compañías Limbertoni, Entremares Construction y Acero Dos Mares, conformadas por Edgar Arias (quien falleció en abril de 2020 en Ecuador), Alexandra Ish y José Luis Arias, fueron con el objeto de facturar las obras como si se ejecutaran a su totalidad o con personal propio, pero en realidad no fue así. Edgar Arias y Alejandra Ish le indicaron en principio que el dinero que se le devolvía a Odebrecht correspondía a ventas de equipos, pero que posteriormente tuvo conocimiento que respondía a ejecuciones de trabajos realizados por Odebrecht, pero facturados por las empresas Entremares, Acero Dos Mares, Sarawak y Columbia Management.
Los cheques, según parte del vista fiscal a la que tuvo acceso este medio, proveían de las cuentas del Grupo Diacelec, es decir de Sarawak, Columbia Management, Acero Dos Mares y Entremares.
EL MECANISMO
La mecánica era la siguiente: Odebrecht usaba su personal para hacer las obras con empleados ya contratados y Entremares facturaba por esos trabajos como si hubiese contratado personal nuevo, y de ahí nacía el excedente, dinero que luego Entremares tenía que devolver a Odebrecht.
Otro modo de sobrefacturación se hizo con trabajos no ejecutados por la constructora que cuando culminaban, Odebrecht emitía un boletín de medición que contenía la descripción de los trabajos recibidos y aprobados, junto a los correspondientes montos. A ese boletín la empresa agregaba otros montos que supuestamente se habían ejecutado. Dicha circullar era firmada por el Gerente del Proyecto, Gerente de Subcontratos, Jefe de Subcontratos y el Subcontratista.
Una vez que Odebrecht tenía las facturas, se encargaba de confeccionar un cheque y luego hacía un ACH. Cuando giraba el cheque Barco lo retiraba y realizaba el depósito a las cuentas que correspondían, teniendo en mente que la familia Arias Ish le cobraba un sobrecosto del 8%.
Por ejemplo, Barco señaló que, en el proyecto de Saneamiento de la Bahía ejecutado en 2014/2015, en las compras de las tuberías de hormigón existía un sobre costo entre las ventas de las tuberías realizadas por una empresa en Costa Rica y Odebrecht.
Barco recibía órdenes de entregar dinero en efectivo a los colaboradores de la constructora Paulo Levita y Oscar Salazar. Lo hizo hasta el 2017, pero cuando estalló el escándalo de Odebrecht a nivel internacional el grupo DIacelec se retiró de Panamá.
Una vez que Odebrecht tenía las facturas, se encargaba de confeccionar un cheque y luego hacía un ACH. Cuando giraba el cheque Barco lo retiraba y realizaba el depósito a las cuentas que correspondían, teniendo en mente que la familia Arias Ish le cobraba un sobrecosto del 8%.
Narró que en un viaje a Panamá que hizo la señora Alexandra Ish, estaba muy preocupada porque el banco la cuestionó sobre información de Sarawak para respaldar las transacciones que se hacían a Sigma Investment, Nashville Financial Corp, Columbia Management, Drumilan Engineering, Inmobiliaria Csani, Contratos and Trdades Inc. Para abrir la cuenta de Limbertoni, se utilizaron contratos de Odebrecht como sustento de la actividad financiera.
En ese contrato que ejecutó Limbertoni del Saneamiento de la Bahía de Panamá se emplearon tuberías terciarias, pero se pagaron como instalaciones de ramales principales con un costo mucho mayor. El sobre precio estaba en la utilización de equipos, grúas, palas, mayor cantidad de personas, desalojo y relleno que su personal no ejecutaba pero que Odebrecht pagaba en el boletín de medición al que agregaban incrementos por los supuestos trabajos ejecutados. Era un acuerdo entre Edgar Arias y Odebrecht, después definían cómo se devolvería el sobre costo incluido en la obra, que se hacía con transferencias internacionales, transferencias a personas o sociedades que Odebrecht indicaba y/o a través de cheques de gerencia que Barco cambiaba y entregaba en efectivo a Paulo Levita y a Oscar Salazar en torre de las Américas piso 32, oficinas de la sede de la constructora en Panamá. La ilicitud consistía en pagos que no se ejecutaban por el personal de Entremares pero Odebrecht pedía incluirlo en la facturación del contrato.
Entre 2011 y 2016 la suma ascendió a más de $32 millones. Barco confesó que cambiaba cheques hasta dos veces por semana y llevaba el efectivo a estas personas.
TOCUMEN
Con respecto al Aeropuerto, Barco manifestó que el sobre costo consistía en hacer toda la instalación de las tuberías de aguas lluvias de la pista de ampliación, pero en realidad se ejecutaron trabajos menores como la construcción de aceras, cercas y mantenimiento de obras que no correspondía a lo que se facturaba en el contrato que era de $5,219,371. Dijo que nunca se ejecutó el contrato, pero sí se cobró la totalidad.
Entre 2011 y 2016 la suma ascendió a más de $32 millones. Barco confesó que cambiaba cheques hasta dos veces por semana y llevaba el efectivo a estas personas.
En este proyecto Sarawak emitió una factura fechada el 15 de enero de 2014 por 1065 toneladas de acero por un monto de $801,365, sin embargo, la sociedad anónima nunca importó el material, ni lo entregó. Barco lo sabe porque él era el encargado de todas las entregas.
CINTA COSTERA
De igual forma, en el proyecto Cinta Costera 3 que suscribieron Odebrecht y Limbertoni en 2012 por un valor de $7 millones, la mayor parte del proyecto lo ejecutó Odebrecht y solo una parte Limbertoni, pero éste último cobró todo el monto.
En cuanto al valor de las facturas, Barco dijo que eran indicados por el ingeniero Firmino Sodre y luego se coordinaba con José Luis Arias las transferencias o devoluciones del dinero que se debían hacer. Todas las devoluciones en este proyecto se hicieron a la cuenta Sigma Investment, del Meinl Bank.
A estos excedentes en efectivo, Odebrecht asignó el término Programación Fiscal (PF), que se repartían algunos directivos a través de transferencias al extranjero a empresas como Dumilan Engineering and Overseas Construction y a Sigma Investment.
De acuerdo con Barco, para calcular el PF, Edgar Arias y Alexandra Ish determinaban en qué contratos se haría, ya que no en todos se utilizaba ese sistema. En los que sí, se incrementaban los artículos o trabajos del proyecto, por ejemplo, materiales como acero, conformación de acero, excavaciones, relleno, y en otros el contrato completo era PF, es decir, ficticio, pero se cobraba. También se incrementaban los precios y cantidades de materiales para crear una sobre facturación y después sacaban los costos reales del proyecto y de esa diferencia era tomado un 8% a favor de la familia Arias Ish.
AUTOPISTA MADDEN-COLÓN
Este sistema de sobre facturación en las distintas modalidades se empleó en la Autopista Madden-Colón con el acero. Se facturaba lo que realmente se entregaba, pero los renglones de conformación y colocación de acero eran PF en su totalidad, es decir, eran facturados, pero no eran realmente ejecutados por Limbertoni, el subcontratista de Odebrecht. Una vez que la brasileña giraba el pago de la obra a Limbertoni, se depositaban los cheques en el banco y luego Alexandra y Edgar se encargaban de organizar las devoluciones que se hacían con cheques de su empresa que Barco cambiaba en efectivo y devolvía a Paulo Levita.
CINTA COSTERA 3
En el proyecto de Cinta Costera 3, el contrato consistía en dos materiales, corte de acero y dobles de acero. Pero sufrió una adenda en la que se incluyó el sobreprecio que consistió en un aumento de un 15% en ambos renglones y además se agregó otro, que fue el armado del acero, el cual también tenía un incremento del 15%.
Para el control de estos precios, Odebrecht asignaba a Miguel Nunes, que era el encargado de enviar las cantidades a facturar y controlar la devolución, esto se puede observar en los correos que entregó Barco a la Fiscalía que contienen conversaciones entre Nunes y Arias y se adjunta un cuadro con el detalle del monto del PF, y los porcentajes de cómo se repartirían el dinero entre ambas empresas.
Nunes también coordinaba las compras de equipos que se solicitaba se hicieran y se hacían en otros contratos. De ese PF que se debía devolver, Nunes solicitó la compra de dos grúas que luego fueron alquiladas al proyecto y esto lógicamente genera un sobre costo para la obra.
INTERCONEXIÓN
En el proyecto de interconexión entre la avenida Balboa y la Avenida de los Poetas, que se hizo con Entremares y se envía un mail para facturar, todo el contrato era ficticio, ya que Entremares nunca lo ejecutó, pero sí lo facturó.
AGUA POTABLE
Proyecto Agua Potable: en otra visita de Edgar Arias y Alexandra Ish, fueron al proyecto, pero previamente habían realizado la negociación. Firmaron un contrato con fecha del 10 de octubre de 2013, este contrato era para la construcción de todas las cajas de la línea oriente 2 tramo 1 y 2, así como las cajas de María Henríquez Gonzalillo, válvulas de limpieza, aire, control e interconexión para tuberías de mil milímetros. El contrato empezó en 2014, pero la mayoría fue sobrefacturación, ya que solo puso un personal mínimo a trabajar en el proyecto y la mayoría de los rubros los ejecutaba Odebrecht, enviaba a José Luis Arias la información de los costos a su personal y luego cuadraba las cuentas.
En este caso, se puso un personal mínimo y luego se facturó como si Limbertoni lo hubiera ejecutado en su totalidad, pero la mayoría de los trabajos los hizo Odebrecht u otro subcontratista.
SANEAMIENTO DE LA BAHÍA
En el Proyecto Saneamiento de la Bahía, en el cual se debían suministrar tuberías prefabricadas de concreto para la construcción del micro túnel de Curundú, para el diseño y conducción final de las aguas residuales de la capital, lograron sobre facturar de la siguiente forma: Entremares compraba a una empresa de Costa Rica llamada Productos de Concreto la tubería que iba a ser utilizada para este contrato, pero Odebrecht previamente conseguía precios más bajos sobre este material con esta empresa, sin embargo hacían que Entremares facturara los materiales por otros montos, lo cual producía un sobrecosto para la obra, el cual debía ser devuelto a Odebrecht.
De igual forma, la mano de obra de este proyecto no la ponía Entremares aunque la facturaba, solo se le pidió poner un mínimo de personal a nombre para que hiciera trabajos menores del proyecto y justificar su presencia.
PATRIMONIO HISTÓRICO
En mayo de 2014, se efectuó un subcontrato de Entremares con la obra de Patrimonio Histórico, era un contrato ficticio porque a pesar de que el contrato era corte y figurado de acero, Entremares no tenía personal asignado para la ejecución de este.
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