Falta de agua, comida e Internet en las escuelas, causas de deserción

El Centro de Competitividad y el Pnud identificaron las razones por las que los estudiantes de la región occidental del país abandonan los estudios, se elaboró un plan con metas para lograr identificarlos y reincorporarlos al estudio, el mismo se realiza de forma interinstitucional


Según datos del Ministerio de Educación, durante el 2020 contaron a 46 mil estudiantes que no estaban en el sistema.


El Centro de Competitividad de la Región Occidental (CECOMRO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo efectuaron un proyecto dirigido a la región occidental del país (sectores Bocas del toro, Chiriquí, Comarcas Ngäbe Buglé y Naso Tjër) con el objeto de identificar las causas que generan la deserción escolar en dicha zona.

Según datos del Ministerio de Educación, durante el 2020 contaron a 46 mil estudiantes que no estaban en el sistema.

Entre los resultados preliminares, los anteriores identificaron que los factores asociados a la deserción escolar son la desnutrición, la falta de atención de salud, el alto porcentaje de embarazos adolescentes en áreas comarcales y la ausencia de agua en las escuelas que en pandemia se convierte en una cuestión de bioseguridad, según se recoge en el informe del Primer Congreso de Educación de la Región Occidental de Panamá que se celebró del 19 al 21 de enero pasado.

Además, aunque el Meduca no lo tiene identificado como una de las razones, los pre diagnósticos realizados en el congreso de Cecomro, se determinó que en áreas comarcales el hecho de que los niños tienen que aprender y escribir forzados a renunciar a su lengua materna es uno de los factores que contribuye al abandono escolar.

Otro factor íntimamente asociado a la deserción escolar se focaliza en la falta de Internet para que el estudiante se conecte a las clases remotas. Especialmente en tiempos de pandemia, esta herramienta es imprescindible para atender las clases ya que el 80% de los alumnos lo hacen a través de WhatsApp.

En materia de salud, el congreso contó con la participación de una salubrista pública, Lisbeth Benites, quien enfatizó sobre la necesidad de extender en la población controles prenatales de salud y salud sexual integral, en las Comarcas. De igual modo se dejó establecido que en la situación prenatal o de desnutrición en un menor de cinco años genera serios problemas de aprendizaje.

Otro factor íntimamente asociado a la deserción escolar se focaliza en la falta de Internet para que el estudiante se conecte a las clases remotas. Especialmente en tiempos de pandemia, esta herramienta es imprescindible para atender las clases ya que el 80% de los alumnos lo hacen a través de WhatsApp.

En este sentido, una solución de cobertura debe ir equiparada a la realidad económica de las familias que se debaten entre poner dinero en la tarjeta o en la mesa, lo que contradice el derecho universal a la educación. La idea es tener un alcance saludable y articulado con las proveedoras del servicio para integrar a estos alumnos.

Según datos de la Unesco, en Panamá existen 140 líneas móviles por cada 100 habitantes, y 60 de 100 hogares están conectados a Internet. Sólo países como Uruguay, Brazil, Costa Rica, Argentina y Chile superan a Panamá en estas estadísticas. Ahora bien, al analizar la tecnología disponible en el hogar, la Unesco revela que, en el Istmo, el 68 de cada 100 hogares tienen conexión a Internet, de ellos el 28% accesa al software educativo, y el 60% de las familias tiene una computadora.

El plan del Centro de Competitividad es que en febrero de este año se capaciten equipos de apoyo para la aplicación de los censos escolares y en junio contar con la información sobre los niveles de digitalización para en julio diseñar proyectos y aplicarlos para que en octubre del próximo año todas las escuelas y familias de la región tengan las herramientas tecnológicas e Internet.

Estos factores se suman además al del entorno socioeconómico insoslayable que afecta a las familias y por ende en la permanencia de los estudiantes en el sistema escolar.

El trabajo plantea, por ambas instituciones, una hoja de ruta con metas específicas en un proyecto que pretende expandirse a otras regiones del país luego de su implementación.

En octubre de este año la meta es haber identificado, incorporado y atendido al 20% del total de los niños en condición de abandono escolar, en marzo de 2022 al 45%; un año después (2023) al 80% y en 2025 la meta es lograr una región sin abandono escolar.

Una de las etapas para alcanzar los objetivos consiste en incluir a las autoridades locales de diferentes corregimientos, capacitar al personal y crear un formulario digital para ubicar, identificar y contactar a los jóvenes y niños en condición de abandono escolar.

Dichos resultados se formalizarán ante el Ministerio de Educación para articular un plan de atención continuo e implementar acciones preventivas. Así, por ejemplo, en octubre de este año la meta es haber identificado, incorporado y atendido al 20% del total de los niños en condición de abandono escolar, en marzo de 2022 al 45%; un año después (2023) al 80% y en 2025 la meta es lograr una región sin abandono escolar.

El problema hay que dimensionarlo con cifras estadísticas. El Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) contabilizó que entre el 2013 y 2019 abandonaban las clases 14 mil estudiantes cada año. Lo que da una idea de la gravedad de la situación y la necesidad de contener el chorro de estudiantes que no siguen sus estudios. Entre 2015 y 2017 se contaron cien mil. Las estadísticas del Meduca señalan que en el sector de primaria de cada 100 estudiantes se gradúan 90; en premedia terminan 69 y en media 62 de cada 100. Si a esto se suma el reporte de reprobados y aplazados, se contabilizarían otros 60 mil alumnos.

La situación se profundiza con los porcentajes de estudios superiores, de estos graduados, sólo el 20% ingresa a la universidad, pero sólo la mitad culmina la carrera.

Para atender el problema del agua, Ceconro tiene una estrategia para integrar a las autoridades encargadas del tema, como el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, así como el Consejo Nacional para el Desarrollo Sostenible (Conades), para que a junio de este año se cuente con un plan en blanco y negro que se ejecute en forma gradual.

De tal forma que, entre octubre de 2021 y marzo de 2022, se cuente con el servicio de agua potable en el 5% del total de los planteles. Luego, en octubre de 2022 se llegue al 10%; un año después el 40%; en octubre de 2024 el 80% y en marzo de 2025 tener la totalidad de las escuelas habilitadas con proyectos de mantenimiento preventivo.

En materia nutricional no se plantearon fechas tentativas pero el objetivo es que todos los estudiantes de las escuelas de la región se beneficien con una atención alimentaria y nutritiva de calidad.

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