La facción Martinellista busca destronar a la junta directiva que alega, su término vence en 2023. Hay mil firmas, supuestamente ante notario, que darían luz verde a una convencional. Los oponentes desconfían
El partido Cambio Democrático (CD) está enfrentado entre dos facciones, un sector que apoya al expresidente Ricardo Martinelli que busca la renovación de la junta directiva, mientras que quienes ostentan el cargo piensan mantenerse en el mismo hasta el 2023, como lo dictan los estatutos del colectivo, pues afirman que su elección fue producto de un proceso democrático.
Al parecer existe un conflicto en la interpretación del artículo 36 y 37 del estatuto del partido, y en la ausencia de un mecanismo para remover y nombrar una nueva junta directiva. Situación que obligará al Tribunal Electoral, regente en la materia, intervenir para esclarecer las contradicciones entre ambos lados.
Los primeros están listos para presentar ante el Directorio Nacional las 1,018 firmas recolectadas con las que pretenden forzar al presidente del colectivo, Rómulo Roux, a fijar la fecha de la convocatoria extraordinaria para remover a los directivos actuales y escoger los nuevos cargos, uno por uno, sin nóminas. Las firmas presentadas, según Cortés, han sido avaladas ante un notario público quien “fue muy celoso en el cotejo, porque hubo que darle copia de todas las cédulas de los convencionales que firmaron. Ningún notario va a certificar una firma correcta sin la copia de la cédula”, asegura Cortés.
No obstante, Rony Araúz, actual secretario de organización del CD, cuestiona la veracidad de las firmas recolectadas por su copartidaria: ¿Cómo vio (el notario) las cédulas de estas personas?, se pregunta. ¿Cada uno asistió a cotejarlas en el despacho del notario?, continua. “Hay convencionales que están desconociendo sus firmas en la lista que presentó la facción de Martinelli. Adicional hemos encontrado convencionales que firmaron dos veces y suplentes”, asegura Araúz.
La idea de los directivos es someter a revisión del Tribunal Electoral las firmas recolectadas por sus adversarios, de esa forma, encontrarían un juez natural para discernir si se repiten, si son apócrifas o son verdaderas.
Rómulo Roux, presidente del segundo partido del país más importante en número de adherentes, no está dispuesto a soltar las riendas hasta que no se cumpla el término para el cual fue electo él,y la junta directiva en forma democrática.
La justificación que brinda la convencional del partido, Alma Cortés, para sustituir a los directivos en funciones, es que la mayoría está integrada por diputados que no fueron reelectos en las pasadas elecciones generales (mayo 2019), y otros enfrentan procesos penales por el caso de las auditorías de la Asamblea u otros casos. “Eso los ha tenido apartados de la atención que deben dar a un partido en oposición para hacer las críticas constructivas que permitan la gobernabilidad del presidente”, indicó Cortés.
Invoca los artículos 36 y 37 de los estatutos del colectivo, que supuestamente les permiten convocar a una Convención Nacional Extraordinaria cuando lo solicite el 10% de los miembros inscritos o por la tercera parte de los miembros principales de la Convención Nacional, el cual estará obligado a convocar a más tardar en 30 días.
“En el escenario de que ellos hayan recogido las firmas y que sean válidas, pueden llamar a cambiar los estatutos del partido, pero no pueden cambiar la directiva”, asevera Araúz. Añade que los estatutos adolecen del método para efectuar cambios extraordinarios de los directivos, lo que enrarece más las diferencias entre ambas facciones.
“El dedo en el CD se acabó, el liderazgo no se presta, se gana caminando y buscando los votos, ése el nuevo CD del siglo XXI”, expresa Araúz.
Cortés alega que la actual junta directiva no es funcional, que todo está paralizado, que el partido “no cuenta con un vocero, no hay una actividad interna, rendición de cuentas sobre el subsidio electoral, se deben cuotas de la Caja de Seguro Social a colaboradores, y otras cosas. Se hizo una auditoría por parte de la CSS y Roux no dio instrucciones de pagar la cuotas desde hace mucho tiempo”.
Advierte que si se enfrenta a resistencia por parte del directorio nacional para hacer la convocatoria, acudirán al Tribunal Electoral para forzar la acción. “El lunes se presentará un memorial a Roux para que otorgue cortesía de sala con el directorio nacional para que decidan la fecha de la convocatoria.
La norma ordena convocar, no hacerlo es romper los estatutos y tendríamos que poner la denuncia ante el Tribunal Electoral”, avanza Cortés.
Añade que una vez se convoca la convención, corre un término de 15 días para hacer las convocatorias a nivel nacional y los interesados se apuntan. “Todo el que tenga el voto de los convencionales debe hacer su campaña”, explica Cortés.
Primero, responde Araúz, “hay que ver esto desde el ámbito jurídico, hay un reglamento del partido que establece los lineamientos de cómo manejarlo y cómo administrarlo. También hay un Código Electoral por el cual debe regirse. La junta directiva actual fue electa democráticamente, dos tercios de la convención nacional le dio el voto”. Añade que se requiere como mínimo la suma de 830 firmas de la convención nacional para hacer cambios, en estas convencionales vota la Junta Directiva con sus 15 miembros, 20 de la Comisión Política Nacional, 58 de la Junta Consultiva Nacional y 5 del Tribunal de Honor. En total suman 2,489 convencionales, y una tercera parte totaliza 830 firmas.
Para Araúz este es un asunto comparativo de resultados. Reclama a Cortés por qué ella y el resto de la Junta Directiva no renunciaron en 2014, cuando el partido prácticamente lo tenía todo para ganar, pero el candidato José Domingo Arias perdió por un 10% que aventajó a los Panameñistas. En las pasadas elecciones, Roux casi logra la presidencia por un 2%, lo que representó 40 mil votos y el partido estaba en condiciones mucho más desventajosas que en 2014. La derrota, según Araúz, les obligó a reunirse y analizar los datos, hacer catarsis, y parte de las conclusiones a las que arribaron es que “dentro del partido hay un egoísmo y traición entre ellos mismos. Por eso no ganamos las elecciones”, analiza.
Pero según Cortes, los directivos no han sido transparentes en su actuar, pues no han dado cuentas del uso del subsidio electoral, y niega que el expresidente Martinelli busque la presidencia del partido para refugiarse en el fuero penal.
“Tengo entendido que los presidentes, vicepresidentes y secretarios generales de los partidos, tienen fuero penal permanente. Pero eso no es garantía de nada, no es una inmunidad, si acaso dilata unos quince días un proceso. Lo cierto es que Ricardo se está dejando asesorar por gente que no debe, que lucra de él. Esa gente lo está llevando por el camino incorrecto”, manifiesta Araúz.
Hasta el momento no ha habido un acercamiento de las partes para poder mediar un acuerdo, según conoció este diario.
La secretaria general, Yanibel Ábrego, hizo un llamado a la unidad como alternativa a la única forma de alcanzar el triunfo en 2024, reconoce que todos tienen derecho a aspirar a los cargos de la directiva, y se debe respetar la elección democrática de los miembros.
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