Una tragedia que no se olvida. Familiares y víctimas del bus B6 pintaron 18 corazones azules en la vía Martín Sosa para recordar a los fallecidos de aquel incendio ocurrido el 23 de octubre e 2006.
El abogado de las víctimas, Víctor Martínez, manifestó su intención de demandar al estado panameño por los daños y perjuicios causados a los sobrevivientes y a los familiares de quienes murieron calcinados.
El enojo de los sobrevivientes se acentúa porque hasta la fecha no han recibido compensación alguna del Estado. Alegan que no se tomaron las medidas de control con el gas refrigerante HC-12A, de uso prohibido en Estados Unidos, fabricado por la empresa Northcutt. Después de una larga batalla legal, en septiembre de 2018, las víctimas anunciaron que lograron un acuerdo con la empresa que aceptó pagar una indemnización (cuya cifra no fue revelada) tras una demanda interpuesta en Estados Unidos. Las víctimas se basaron, entre otras evidencias, en los informes periciales que daban cuenta de restos de partículas químicas de dicha sustancia luego de la explosión.
Aquel día fue uno de los más tristes para los panameños. Las imágenes del bus en llamas se transmitían en vivo por televisión. Algunos se salvaron porque lograron escapar del fuego por las ventanas, otros quedaron con quemaduras graves y secuelas permanentes.
El bus tampoco contaba con las medidas de seguridad para sofocar un incidente de esta naturaleza, no tenía extintores, o puertas de emergencia, lo que impidió que muchos pasajeros pudieran escapar pereciendo en su mayoría quienes estaban sentados en la parte trasera del autobús.
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