Exdirectores de la CSS plantean que unificación debe definir roles concretos

El Gobierno ordenó la creación de una Comisión para unir el sistema de salud de la Caja de Seguro Social y el Minsa. Hace falta inyectar confianza en el sistema y planificar las asignaciones. La pregunta es ¿cómo se definirán los roles?

Unificar el sistema de salud de la Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud (Minsa) implica varias cosas: una inversión millonaria; inyectar confianza en el usuario; y entre otras, planificar los roles de cada entidad.

El gobierno de Laurentino Cortizo inició los pasos para una integración del sistema sanitario que desde hace décadas se planifica pero que ha dado muy pocos resultados.

El primer paso se publicó el 9 de julio en uno de los primeros Decretos Ejecutivos que firmó Cortizo, el 290, del 9 de julio de 2019.

El documento busca iniciar un proceso de coordinación funcional, gradual y por etapas, con evaluación de su cumplimiento a nivel nacional para garantizar el acceso a los servicios integrales de salud.

Para ello, el mandatario tomó como referencia los Lineamientos Propuestos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema de Salud, y las propuestas que se obtuvieron en la Mesa de Concertación Nacional para la transformación del sistema.

Finalmente, el Decreto propone un sistema de monitoreo del proceso y de evaluación.

El proceso será lento, afirma la exdirectora de la CSS Marianela Morales. “Decir que vamos hacia un sistema integrado requiere por definir el mismo sistema. Si hablamos de prevención siempre ha sido el Minsa, por ejemplo”, explica la doctora Morales.

Otro dato que no puede pasar por alto el Gobierno es de devolver al usuario la confianza del sistema. Este es un elemento sumamente importante para el exdirector de la CSS Juan Jované. Lo dice a raíz de que la unificación puede causar temor al asegurado de que el sistema puede deteriorarse aún más por la limitada capacidad que tiene tomando en cuenta que atenderá a los no asegurados también.

Aunado a esto, resalta Jované que “si se llega a un sistema con un solo proveedor de salud, ¿quién lo proveera? ¿Cómo se definirán los roles y quién evaluará el sistema?, no puede ser el mismo que imparte y que planifica porque sería juez y parte”, cuestiona el exdirector.

“El Minsa no puede ser juez y parte, si va a planificar y ejecutar, no puede evaluar, es bueno diferenciar al juzgador”, recomendó Jované.

Con respecto a la compensación de fondos que debe aportar el Estado a la CSS, la exdirectora Morales no recuerda aún, en la historia de la salud de Panamá, una factura que se haya aceptado.

“Después de la Ley 51 han pasado más de 10 años y no se ha aclarado el sistema de compensación. El Estado le da a la CSS $25 millones anuales que se supone que son para la atención de los no asegurados. Un programa que era por tres años y después se modificó”, acotó Morales.

La unificación del sistema implica que el Estado invierta al menos $600 millones anuales, según el cálculo que efectúa a grandes rasgos el médico Kevin Vanegas, oftalmólogo que ha seguido de cerca los resultados de la Mesa de Concertación Nacional.

El doctor pone el dedo en la yaga cuando apunta a que actualmente se invierte en el sistema casi lo mismo que se destinaba hace 20 años. “Tomando en cuenta que las necesidades se han multiplicado, el sistema de salud no se ha alineado a la realidad que vive el país y su población”, exclamó Vanegas.

RECOMENDACIONES
El Libro Blanco que se publicó como resultado del trabajo de 15 grupos del sector salud en la Mesa de Concertación Nacional efectuó algunas recomendaciones. Entre ellas hacer un mapeo de la legislación del sistema que permita ordenar las normas que se han fraccionado en el tiempo y competencia de la rectoría sanitaria.

De igual forma propone crear una Ley para organizar al Ministerio de Salud que contenga normas que definan las integraciones y coordinaciones con todos los ectores.

Pide también valorar si con la cantidad de migración extranjera actual se deben crear legislaciones que contengan condiciones especiales para atención de la población migrante o definir los límites que se deben brindar a los extranjeros.

Aconseja también revisar cada normativa existente por grupo ocupacional y crear la Carrera de las Ciencias de la Salud.

En el documento se resalta la falta de planificación en casi todos los renglones.

EL SISTEMA DE SALUD YA CUENTA CON UN DIAGNÓSTICO: LIBRO BLANCO
De acuerdo al “Libro Blanco” como se le conoce al documento que se emitió de la Mesa de Concertación Nacional para la transformación del Sistema de Salud, la población asegurada para el año 2014, era de 2,877,829 y un año más tarde de 2,951,344, lo que representa el 74.2% del total del país. Mientras que lo no asegurados se agrupan en un 25.8%.

Este documento logró definir más de 500 nudos críticos en el sistema, de los cuales se priorizaron 275, con 108 recomendaciones.

Los asegurados, según la Ley 51 que rige la Caja de Seguro Social, son aquellos afiliados conforme a los requisitos en la Ley, ya sea obligatorio o voluntario que cotizan y los dependientes. El documento indica que la población del país es de 4.1 millones de personas.

Entre los nudos críticos que identificaron 15 grupos del sector salud se enumera un sistema de información desarticulado, descoordinado a todos los niveles por insuficientes controles de datos en las instituciones.

La ausencia de datos es uno de los elementos más importantes al momento de compilar los datos de los usuarios, ya que es una herramienta que permite identificar las falencias del sistema. Este es uno de los primeros diagnósticos que debe atender el sistema.

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