Papa pide salida "pacífica y justa" para Venezuela

En su último día en Panamá, Francisco dijo que se sentía unido a los venezolanos, recordó el Holocausto y ofreció su pésame para México, Brasil, Filipinas y Colombia por los recientes trágicos incidentes

En el último día de la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco pidió que se “busque una solución justa y pacífica para superar la crisis en Venezuela, respetando los derechos humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país”.

En el marco a una visita a la Casa Hogar Buen Samaritano, que aloja a personas que padecen del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, Francisco confesó que desde que llegó a Panamá, el 23 de enero, ha tenido en mente al pueblo venezolano.

"He pensado mucho en el pueblo venezolano al que me siento particularmente unido en estos días y ante la grave situación que atraviesa el país, pido al Señor que se busque y se logre una solución justa y pacífica para superar la crisis respetando los derechos humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país", manifestó el papa, mensaje que divulgó en un twitt posteriormente. Enseguida pidió amparo el de “nuestra señora de Coromoto, la santa patrona de Venezuela”.

Desde que arribó a Panamá, el papa no había tocado temas políticos ni había lamentado las tragedias que azotaron a países vecinos.

El mensaje sobre la preocupante situación de Venezuela, donde el miércoles pasado el líder de la Asamblea Nacional se autoproclamó presidente interino del país, cumplió con la expectativa de más de 60 mil venezolanos residentes en Panamá, que esperaban escuchar unas palabras del pontífice para empujar una solución pacífica a la situación política de su país dividida en dos poderes.

En el décimo y último discurso durante su estadía en Panamá, el Pontífice hizo una pausa para recordar el día internacional en memoria de las víctimas del holocausto. Seis millones de judíos que murieron en campos de concentración bajo el régimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

“Necesitamos mantener vivo el recuerdo pasado de las tragedias pasadas y aprender de las páginas negras de la historia para no volver a cometer nunca más los mismos errores. Sigamos esforzándonos por cultivar la justicia y aumentar la concordia y sostener la integración para ser instrumentos de paz y constructores de un mundo mejor”, subrayó.

También expresó sus sentimientos de pesar por las tragedias que golpearon a la ciudad brasileña Brumadinho, y al Estado de Hidalgo, México.

En Brasil la rotura de una represa ha dejado al menos 37 muertos y 200 desaparecidos, mientras que en Hidalgo, México, la explosión de una toma clandestina de gasolina dejó más de 100 víctimas fatales.

El Papa condenó el acto terrorista que ocurrió este domingo en Filipinas contra una catedral en la localidad de Jolo, en la provincia de Sulu, Filipinas, que dejó al menos 27 víctimas mortales y más de 71 heridos.

“Reitero mi más firme reprobación por este episodio de violencia que enluta de nuevo a esta comunidad cristiana y elevo mis oraciones por los difuntos y por los heridos. El señor príncipe de la paz convierta el corazón de los violentos y conceda a los habitantes de aquella región una serena convivencia”, expresó.

Después pronunció uno por uno los nombres de los 21 cadetes de la Policía de Santander, Colombia, “asesinados por el odio terrorista” el pasado 17 de enero. El atentado se produjo luego de que estallara una camioneta en la escuela de los cadetes. “Estos jóvenes fueron ofrenda en la misa y como recuerdo de ellos me permitió en este angelus nombrarlos”, dijo.

LA INDIFERENCIA
La visita a la Casa Hogar del Buen Samaritano, también sirvió de escenario para que el papa hiciera un llamado a la sociedad a no discriminar a quienes padecen de esta enfermedad.

“La indiferencia también hiere y mata. Unos por unas míseras monedas, los otros por miedo a contagiarse, por desprecio o disgusto social no tenían problema en dejar tirado en la calle a ese hombre”, dijo Francisco ante un auditorio que copó la casa hogar.

Elogió el ejemplo del Buen Samaritano, símbolo de instituciones de la vida que Dios quiere regalar, y que muestra “que el prójimo es en primer lugar una persona, alguien con rostro concreto, real y no algo a saltear o ignorar”, añadió.

Así, pasó a mencionar la importancia de tener un hogar. Un espacio en el que se tejen lazos, se crea una familia, uno en el que se hace de la vida días menos inhóspitos, indiferentes y anónimos.

Elogió la labor de la casa Hogar donde se experimenta el milagro de nacer de nuevo y que posibilita soñar con un mundo más humano.

La cifra de enfermos de VIH en Panamá asciende a más de 29 mil aunque existe una cifra gris desconocida que encierra a la población que aún no se ha examinado.

El papa recibió regalos de los enfermos, niños huérfanos y discapacitados que asisten instituciones católicas.

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