"Vivo un infierno terrenal", describe Ricardo Martinelli

Desde la prisión Federal de Miami, el exmandatario reseña su día a día, critica el sistema carcelario norteamericano, "donde no hay privilegios"

Ricardo Martinelli quiere volver a Panamá en forma voluntaria. Vive un ‘infierno terrenal', como él mismo describe su confinamiento en la prisión Federal de Miami. Este sitio de Estados Unidos es descrito en las matrículas de los autos como el Estado del Sol (sunshine state), pero en el cuerpo de Martinelli no se refleja ni un solo rayo. En esa caja de cemento en la que se encuentra detenido desde el 12 de junio de 2017, no le permiten tomar sol, no es fácil sentirlo desde la angostas ventanas que se aprecian en la fachada.

Mañana será su cumpleaños número 67, el primero de su vida que pasa en una celda con un número en el uniforme que lo identifica, el 14813-104. Eso le recuerda que en la cárcel no hay privilegios sobre los demás, a pesar de su condición de expresidente y su acaudalado patrimonio.

Por cinco años sus deseos eran más que órdenes. Cualquiera pudiera imaginarlo alzando su dedo meñique e impartir instrucciones en aquellos tiempos.

Hoy no vive momentos tan dichosos. En su cuenta de Twitter, @rmartinelli, publicó una carta en la que critica al sistema carcelario norteamericano, se queja del trato de los custodios y alerta sobre un posible regreso bajo el principio de exclusividad por los delitos de inviolabilidad del secreto, interceptación de las comunicaciones y peculado.

Con esto Martinelli pretende evitar que se le enjuicie por otros delitos que no sean los que se contemplan en el pedido de extradición que hizo Panamá a este país. En la Corte Suprema de Justicia, aguardan 8 casos más; pero el gobierno panameño nunca formuló a Estados Unidos la petición del expresidente por el resto de los expedientes.

En este tiempo de confinamiento, Martinelli conoció que no puede pelear contra el sistema; una lección aprendida del resto de sus compañeros. ‘Cuando vas al ‘Martillo', o sea, la Corte, es mejor que aceptes lo que te ofrecen el fiscal junto con el juez y tu abogado', señala en la nota.

Afirma que en la cárcel ha cultivado otro tipo de amistades. Unas muy distintas a las que él estaba acostumbrado, de esas en las que prima la camaradería, unidas por un silencio obligado y con la única posibildiad de comunicación cuando coinciden en los escusados, o en el tiempo de visita; pero con las que se comparte el mismo sufrimiento sin importar los años de condena o el delito que cada cual haya cometido.

En una ocasión Martinelli se refirió, en uno de sus tuits, a Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna', un narcotraficante y paramilitar colombiano que dijo le había puesto al tanto de las operaciones del crimen organizado que ocurren en Panamá. O la amistad que mantiene con el profesor que le ayuda a escribir un libro sobre sus vivencias antes, durante y posterior a la presidencia.

‘La comida es horrible y generalmente está vencida. Las frutas son de desecho. Lo único que abunda es el hielo. Los microondas se dañaron y jamás los han repuesto, al igual que la plancha de planchar. Te quejas y es lo mismo que nada', se queja amargamente.

En la cárcel de máxima seguridad las peleas son esporádicas y se hacen dentro de un cuarto, describe el expresidente.

Es la primera comunicación tan detallada que redacta, o alguien le redacta, sobre el día a día de los prisioneros.

‘Nadie tiene celular (a diferencia de Panamá), hay 6 computadoras con 25 teléfonos y 20 correos autorizados. En las cercas te supervisan y ven y escuchan todo lo que haces y dices', menciona.

‘Hay guardias buenos y decentes, pero también los que hay que no lo son', reseña.

La relación con los guardias en un principio le costó que lo metieran ‘al hueco' por mal comportamiento. Esto motivó a sus abogados a solicitar su traslado a una cárcel de menor seguridad, pero la Fiscalía se opuso bajo el argumento de que podría fugarse, y se frustró el intento.

‘Privilegios no tengo ninguno, pero sí tenemos una radio y un mp3 con canciones. Leo y escribo mucho, comemos y trato de jugar con los jóvenos, pero qué va, este viejo ya no está para eso', detalla.

Martinelli compara su encierro de 9 meses como un parto, ‘ni más ni menos, por eso cuento los diás, las horas, minutos y segundos. No veo el momento no solo de salir de este infierno terrenal, sino de ir a mi país a enfrentar al minotauro que me persigue políticamente en un caso sin pruebas ni evidencias, pero sí un gran morbo mediático de mis enemigos y de quienes desean desviar la atención de otros problemas', escribe el expresidente.

La nota cierra con una alerta del expresidente en la que anuncia, casi de forma oficial, que por motu proprio quiere volver a Panamá. ‘No puedo hacer lo que hizo el exgeneral Noriega' (quien cumplió condena en la misma cárcel) ‘que por hablar de más, el acucioso magistrado suplente Wilfredo Sáenz interpretó mal sus palabras y lo juzgaron por hechos fuera de lo que fue extraditado', concluye Martinelli.

El exgobernante espera un proceso de extradición a su país. El 14 de febrero pasado, la jueza Marcia Cooke le concedió una fianza por $1 millón. No obstante, pasadas 24 horas, la suspendió después de atender una moción de emergencia de la Fiscalía que se opuso a la medida.

La jueza suspendió la fianza hasta esperar el fallo del Tribunal Federal de Atlanta, que dirimirá sobre la situación que enfrasca a ambas partes.

Martinelli acusa al presidente Juan Carlos Varela de efectuar una persecución en su contra. No obstante, en el caso por los ‘pinchazos' hay 150 víctimas que reclaman justicia al verse vulnerados en su intimidad. La acusación que efectuó la Corte, en manos del magistrado fiscal Harry Díaz, señala que Martinelli recibía a diario un reporte que elaboraban cuatro miembros del Consejo de Seguridad en el que describían conversaciones, seguimientos y otorgaban información de los blancos. Entre ellos, se enlistaban a periodistas, diplomáticos, empresarios, adversarios políticos de Martinelli, religiosos, etc, a quienes les interceptaba sus teléfonos, computadoras y otros equipos, que daban cuenta de su vida entera, supuestamente sin contar con una orden judicial.

DATOS DEL CASO
  • Ricardo Martinelli fue detenido el 12 de junio de 2017 en Miami.
  • El 14 de febrero la jueza Marcia Cooke concedió una fianza al expresidente e impuso un monto de $1 mill.
  • La Fiscalía se opuso y la jueza suspendió la fianza hasta que el Tribunal de Atlanta emitiera un fallo.

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