Martinelli es un perseguido político, por lo que espera la protección de EEUU, país del que demostró ser ‘buen amigo' cuando era presidente
Con una hora y más de retraso que él mismo provocó, se celebró esta semana en Miami la tercera audiencia para definir si Ricardo Martinelli vuelve a Panamá en calidad de preso.
El expresidente panameño se presentó en la sala de audiencias de la Corte del Distrito Sur de la Florida con su uniforme de presidiario, esposado de manos y pies, sin barba, y con unos lentes que usaba de cuando en vez para leer documentos. Quienes estuvieron presentes dicen que parecía "apagado", que no cruzó mirada con nadie y caminaba taciturno. Parecía entre "aterrado, enojado y frustrado".
La comparecencia acabó con el único anuncio de una nueva fecha, el 22 de agosto, para analizar un punto específico, si la Convención contra el Cibercrimen, de la que Panamá es signataria desde 2014, puede ser retroactiva para aplicarla en este caso, ya que los delitos que involucran la investigación se inician en 2012. Esta duda la logró sembrar la defensa en el juez Edwin Torres, que presidió la audiencia y que solicitó a Adam Fels, fiscal del caso, investigar si ha ocurrido un hecho similar en otras ocasiones para documentarlo y tomarlo como base.
El tratado de extradición entre Panamá y Estados Unidos firmado en 1904 no contemplaba ni siquiera un perfil de delito similar, teléfonos móviles o computadoras.
La defensa ya había presentado un documento en la Corte en el que respondía a un memorándum que resumía las pruebas presentadas contra el expresidente y rechazaba la mayor parte de los cargos, como, por ejemplo, que Martinelli haya dirigido a los exfuncionarios del Consejo de Seguridad para que espiaran o vigilaran a su criterio y sostiene que su cliente es un perseguido político.
También acusaron a Gustavo Pérez y a Giacomo Tamburrelli de la compra de los equipos para el espionaje, y del control de los reportes.
‘En Panamá se han iniciado numerosas investigaciones, hay un fiscal de la causa que admite que no hay independencia judicial y que la Corte es corrupta, donde manda el dinero y se efectuó una orden ‘defectuosa' de detención contra Martinelli. Por lo tanto, la solicitud de extradición enviada a esta Corte contiene mentiras que fueron vertidas bajo declaraciones juradas', cita el documento presentado por la defensa.
El debate se concentró en la adquisición de las máquinas, por la supuesta malversación de fondos o peculado del que también se acusa a Martinelli, además de que las máquinas y/o software no aparecen.
Se discutió, asimismo, el tema de las escuchas, las víctimas que fueron afectadas y cuyas conversaciones privadas se difundieron. Pero la defensa trató de separar el tema de las escuchas y/o la data obtenida por los ‘pinchazos'. Aunque, al final, la Fiscalía dijo que de cualquier forma se trataba de una violación a la privacidad.
Al parecer la estrategia de la defensa se centra en establecer que, en Panamá, Martinelli es un perseguido político, por lo que espera la protección de Estados Unidos, país del que demostró ser ‘buen amigo' cuando era presidente.
La audiencia sirvió además para que la defensa presentara una solicitud de traslado para Martinelli, que ha protagonizado un inciente con uno de los guardas de la prisión en la que está recluido desde el 12 de junio y donde le han reprendido por faltas de conducta.
El tratado de extradición entre Panamá y Estados Unidos firmado en 1904 no contemplaba ni siquiera un perfil de delito similar, teléfonos móviles o computadoras.
La defensa ya había presentado un documento en la Corte en el que respondía a un memorándum que resumía las pruebas presentadas contra el expresidente y rechazaba la mayor parte de los cargos, como, por ejemplo, que Martinelli haya dirigido a los exfuncionarios del Consejo de Seguridad para que espiaran o vigilaran a su criterio y sostiene que su cliente es un perseguido político.
También acusaron a Gustavo Pérez y a Giacomo Tamburrelli de la compra de los equipos para el espionaje, y del control de los reportes.
‘En Panamá se han iniciado numerosas investigaciones, hay un fiscal de la causa que admite que no hay independencia judicial y que la Corte es corrupta, donde manda el dinero y se efectuó una orden ‘defectuosa' de detención contra Martinelli. Por lo tanto, la solicitud de extradición enviada a esta Corte contiene mentiras que fueron vertidas bajo declaraciones juradas', cita el documento presentado por la defensa.
El debate se concentró en la adquisición de las máquinas, por la supuesta malversación de fondos o peculado del que también se acusa a Martinelli, además de que las máquinas y/o software no aparecen.
Se discutió, asimismo, el tema de las escuchas, las víctimas que fueron afectadas y cuyas conversaciones privadas se difundieron. Pero la defensa trató de separar el tema de las escuchas y/o la data obtenida por los ‘pinchazos'. Aunque, al final, la Fiscalía dijo que de cualquier forma se trataba de una violación a la privacidad.
Al parecer la estrategia de la defensa se centra en establecer que, en Panamá, Martinelli es un perseguido político, por lo que espera la protección de Estados Unidos, país del que demostró ser ‘buen amigo' cuando era presidente.
La audiencia sirvió además para que la defensa presentara una solicitud de traslado para Martinelli, que ha protagonizado un inciente con uno de los guardas de la prisión en la que está recluido desde el 12 de junio y donde le han reprendido por faltas de conducta.
No hay comentarios
Publicar un comentario