Policías recibirán un nuevo aumento salarial en el 2017

El desembolso que tendrá que asumir el gobierno suma más de $17 millones anuales. Especialistas se preguntan hasta dónde puede estirar el presupuesto estatal sin una política salarial ordenada

A partir de enero de 2017, los Policías tendrán mas dinero en sus bolsillos gracias a un incremento salarial que prometió el presidente Juan Carlos Varela.

En marzo, en un acto en el cuartel de Don Bosco, el mandatario anunció la buena noticia de esta forma: “El ascenso de rango no solo viene con la barrita, sino con un respaldo importante. De esta forma yo cumplo con dos aumentos en mi periodo presidencial”.

La Estrella de Panamá tuvo acceso a una de las propuestas que contempla la Policía Nacional en la que se estipula un aumento a todas los rangos (menos agente).

La tabla detalla un incremento de 1,600 para el rango de comisionado, mil parar los subcomisionados, $540 para los mayores, $520 a los capitanes. De los tenientes para abajo el Estado desembolsará entre $40 y $75 según el rango.

En resumen, el monto mensual que representará para la planilla estatal este desembolso equivale a $1.5 millones. Al año se contabilizarán más de $17 millones en planilla de esta fuerza pública. (ver tabla)

Los policías no son los únicos a quienes se les prometió mejora salarial.

Justo antes de que culminara la administración de Ricardo Martinelli, éste notificó a los educadores que recibirían $900 más mensualmente dividido en tres pagos escalonados siendo el último en el 2019.

El primer pago ya está en marcha, pero para cumplir con lo prometido, el Gobierno tendría que tomar en cuenta en el presupuesto casi $600 millones anuales.

La falta de presupuesto impidió a la presente administración cumplir con la promesa que hizo su antecesor, lo que motivó una huelga de los docentes por 72 horas desde el lunes pasado.

En este panorama no faltarán otros gremios que solicitarán una mejora en sus ingresos. Pero, ¿hasta dónde el Estado será capaz de sostener este tipo de promesas económicas sin una política salarial estructurada?

SALARIO VS POLÍTICA
“En Panamá los salarios se consiguen por el clientelismo, según el partido que administre el poder y las relaciones que tenga el gremio. Puede ser fructífera o muy árida”, advierte Alfredo Berrocal, secretario general de la Federación Nacional de Servidores Públicos (FENASEP).

Berrocal explica que en el país las iniciativas para desarrollar estructuras de consenso no funcionan. Lo dice basado en el trabajo de varias mesas institucionales cuyo sacrificio ha quedado arrinconado sin que los políticos de turno le pongan el mínimo caso.

Añade el sindicalista que el desgreño en la forma en que los gobiernos evalúan las escalas salariales es producto de una “resistencia de los sectores políticos de ordenar la casa, es más fácil manipular a la clientela política que establecer un marco regulatorio en el que cada gremio está consciente de lo que le toca y cuándo le toca”.

El desorden en el tema provoca asimetrías en los ingresos de cada sector.

“Mientras no se ordene el país, veremos estas diferencias, algunos con salario paupérrimo y otros tragando más harina”, añade Berrocal.

No es un tema nuevo. Es una cultura enquistada que ni siquiera hemos podido superar desde la recuperación de la democracia.

La economista Luisa Turolla afirma que cada cinco años los gobiernos deben lidiar con lo mismo.

“Sabiendo que ésto es así, quienes administran el país “deben estar anuentes de cuáles son los gastos que tienen una atención permanente y una política hacia el futuro: educación, seguridad y salud”, sostiene Turolla.

Es inevitable que aumente el presupuesto en educación. Un renglón que requiere de mantenimiento de infraestructuras, tecnología académica etc.

Aurelio Linero, copresidente de la Fundación del Trabajo, que ha participado en varias mesas de negociación tripartita y comprende el conflicto de la siguiente forma: “El tema que ocupa ahora es un tema de cumplimiento estrictamente legal pactado con el gobierno anterior que llegó a un acuerdo con los docentes y se estableció en un Decreto (155 de marzo de 2014). Este gobierno debe honrar un compromiso de Estado. En función de ese compromiso debe demostrar a los docentes que las circunstancias de hoy son distintas, pero que honrarán la cifra estableciendo otro mecanismo para que al final del camino sea el salario que se había establecido”.

Lo que hay que hacer, según Linero, es demostrar porqué no hay dinero y hacer una propuesta en el término que consideren que podrán cumplir como Estado.

La herencia del gobierno anterior mantiene en aprietos a esta administración que no cuenta con los ingresos presupuestarios para hacer frente a todos los desembolsos y retos pendientes.

“La gran pregunta es, cuales son los gastos que deben hacerse a un lado para dar paso a estas asignaturas”, se pregunta Turolla.

En el caso de educación, sustenta la economista, una forma de despresionar al gobierno es permitir al sector privado que construya las escuelas bajo ciertas especificaciones acordadas y a la postre transferir al Estado el bien. Acudir a sistemas de financiamiento del sector privado”, propone.

El sistema de educación ha variado muy poco en cincuenta años: sigue sujeto a un sistema centralista que se enfrenta a presiones salariales, infraestructuras que deben mantener en buen estado. “Las necesidades rebasan a la burocracia. Hay que estudiar nuevos modelos para poder salir adelante”, advierte Turolla.

Las familias que pueden hacer un sacrificio para poner a sus hijos en un centro de educación particular no dudan en hacerlo. “Esto no quiere decir que la educación estatal sea gratuita, al Estado le cuesta cada alumno que asiste al sistema público”, recuerda Turolla.

SUSTITUCIÓN DE LA RENTA
De continuar con este tipo de prácticas, a la larga los gobiernos tendrán que optar por otras medidas para poder cumplir con la planilla y las necesidades estatales.

“Los subsidios con el tiempo tendrán que disminuirse para dar paso a estos sectores. Deben haber mecanismos de concertación, pactos sociales. Definitivamente parece que la institucionalidad no lograr producir el tipo de información para que se acepten ciertos cambios”, advierte Turolla.

Berrocal propone revisar la planilla del Estado e identificar aquellos salarios que no tienen fundamento legal, es decir, las botellas. “Si el Estado ordenara la casa abarataría costos, y si no ocurre, se someterán ante las huelgas salvajes que presionan hasta lograr el resultado”, pronostica.

“El gobierno tendrá que ver en qué rubros van a reutilizar para enfocarlos en la educación”, manifiesta Linero.

Añade que si “uno toma el histórico de 5 a 7 años, en la Policía se ha duplicado y triplicado el salario de los comisionados, por ejemplo. A veces la gente no se explica, cómo a este sector, a la Policía, se le hace esta “consideración” y a otros no”, concluye Linero.

Turolla cierra el tema con una perspectiva atinada: “La sociedad debería tener la capacidad de enjuiciar las políticas electorales y cuestionar cómo se van a financiar estos compromisos.
De lo contrario vamos a ir de elección en elección en base a promesas, es un típico tema que no se puede ver de visión quinquenal sino como Estado”.

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