Las buenas y malas noticias a Ramón Fonseca Mora le llegan de lejos. En 1994, cuando ganó el primer premio de literatura Ricardo Miró con la novela “La danza de las mariposas” estaba en Luxemburgo. Recibió la inesperada llamada a las tres de la mañana.
Este domingo, las noticias también le llegaron de lejos, de Europa: los medios internacionales divulgaban el mayor escándalo de filtración de documentos y en el centro de la tormenta estaba el autor de “La danza de las mariposas”.
Ramón Fonseca Mora, socio fundador de la firma de abogados Mossack y Fonseca es un abogado de 63 años que cursó estudios en la Universidad de Panamá y en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres.
La sede de Naciones Unidas en Suiza le contratado como asesor legal de la Conferencia sobre el Desarrollo Comercial por seis años, reseña en su hoja de vida. También hace referencia a las cinco publicaciones jurídicas y otras actividades en su haber, como patrono del Hospital del Niño y director fundador de Mi Banco.
En el campo de las letras, Fonseca Mora ha tenido más suerte que muchos escritores: ha ganado dos Miró y una de sus obras registra más de 75 mil ejemplares vendidos en la región latinoamérica. Todo esto, aunque asegura la escritura no la tomó en serio hasta llegar la primera distinción.
Esta era una cara del éxito abogado que usa grabadora de voz para grabarse a sí mismo cuando considera que la inspiración le ha llegado y no tiene tiempo de sentarse a redactar.
En la otra cara de la moneda estaba Mossack Fonseca, una firma que nace de la fusión de Bufete Fonseca Mora y Estudio Jurídico Jurgen R. D. Mossack, un alemán radicado en Panamá.
Desde el 1 de marzo de 1986, Fonseca Mora es socio de la empresa Mossack Fonseca, que ha creado 240 mil sociedades anónimas, muchas utilizadas para blanqueo de capitales, según los documentos filtrados de la firma.
Ha ocupado dos cargos en entes públicos. El gobierno de la presidenta Mireya Mosco lo nombró directivo de la Autoridad de la Región Interoceánica, oficina responsable de administrar y promover 100 mil hectáreas de tierra y 7 mil edificios e instalaciones a lo largo de orilla del Canal.
En julio de 2014, cuando asume el presidente Juan Carlos Varela, Fonseca Mora vuelve a las oficinas públicas, esta vez como asesor en el Palacio de las Garzas. En el portal de Transparencia de Presidencia no aparece el salario que recibía el abogado por esta asesoría que dio por terminada en el mes de marzo cuando las autoridades brasileñas ordenaron el arresto de los abogados de la firma Mossack Fonseca en ese país, bajo acusación de servir de testaferros para r procesados en la operación “Lava Jato”.
“Esa fue una mala noticia. Nosotros no servimos de testaferro. No compramos nada. Nosotros hicimos una sociedad de Nevada, eso es todo. La mujer que compra (el apartamento que es investigado) salió a decir: yo soy la dueña”, dijo el abogado a La Estrella de Panamá.
JURGEN
Jürgen Mossack, el hombre detrás del escándalo de los ‘Papeles de Panamá’, no piensa “ir a plantar bananos” aunque su nombre y el de su socio se hayan convertido prácticamente en la comidilla del planeta.
No cerrará la firma, en cambio, está considerando hacer algunos cambios en el bufete después de que él, y su socio Ramón Fonseca, se han vuelto lo más famosos del mundo.
Aunque las razones por las sus apellidos suenan en cada esquina son amargas, la mayor infiltración de documentos en la historia, Mossack está convencido de que su firma no hizo nada malo en vender más de 240 mil empresas offshore registradas en territorios de baja imposición fiscal, o paraísos fiscales, a personas que las utilizaron presuntamente para ocultar sus bienes y fortunas.
“No vamos a detener nuestros servicios y dedicarnos a plantar bananos”, dijo el hombre de 68 años al Wall Streat Journal. La gente comete errores, y también nuestro departamento de cumplimiento en la firma, pero no es la norma”, añadió el alemán.
El escándalo tras la infiltración de 11.5 millones de papeles de la firma, deja al desnudo quiénes utilizaron la plataforma de la firma para ocultar sus bienes. En esta larga lista, figuran políticos, deportistas, criminales, personas políticamente expuestas. Gente que requiere de una investigación más a fondo por parte de los eslabones que actúan en el proceso, antes de vender una sociedad anónima, o de abrir una cuenta bancaria.
Jürgen es hijo de Erhard Mossack, cabo primero de la división Waffen-SS, el brazo armado del ejército Nazi, también conocido como la División de la muerte, durante la Segunda Guerra Mundial.
Mossack nació en Bavaria, Alemania, en marzó de 1948. Se crió en una familia que luchó con los nazis y una vez finalizada la guerra se ofreció a colaborar con la agencia central de inteligencia de Estados Unidos.
Después de la guerra, ofreció sus servicios como informante al gobierno norteamericano. Argumentó, según los documentos obtenidos por el consorcio de periodistas que revelaron los Papeles de Panamá, que “él estaba a punto de sumarse a una organización clandestina, ya fuera de exnazis convertidos en comunistas o de nazis no conversos disfrazados de comunistas”, se lee en los papeles citados en la investigación del Consorcio.
Sin embargo, a principios de la década de 1960 su padre se mudó a Panamá. Entonces, Jürgen era un adolescente cuando su papá se ofreció a la CIA como espía e informar sobre la actividad comunista que se registraba en Cuba.
Jürgen Mossack se graduó de licenciado en Derecho de la Universidad Católica Santa María La Antigua en 1973.
Estudios que aplicó en distintas ramas: derecho corporativo, el transporte y el ministerio de marina, la banca, la aviación, patentes y marcas comerciales, las inversiones extranjeras, el derecho internacional, fideicomisos, fundaciones privadas, gestión de inversiones, según lo anuncia su hoja de vida.
En 1975 estudió en Londres la especialidad de asuntos exteriores, y dos años más tarde, abrió su propio bufete de abogados.
Fue en la década de los 80 cuando se fusionó con Ramón Fonseca y juntos, lograron un nutrido grupo de clientes que los posicionó como una de las cinco mayores firmas a nivel mundial en confección de sociedades anónimas y offshore.
Jürgen tiene dos hermanos de padre y madre: Peter, y Marion. Ambos retornaron en la década de los 70s a Alemania. Peter aparece como cónsul honorario de Panamá en Frankfurt en la guía consular del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sus padres ya fallecieron. Su padre, exnazi, vivió hasta los 90 años.
Jürgen tiene un medio hermano, Horst, que vive actualmente en Alemania. Cuando éste se enteró sobre Jürgen, afirmó a un medio internacional, se impactó, se asombró mucho.
Siendo el mayor de sus medios hermanos, dijo al medio, tiene más de 60 años que no sabe nada de Jürgen.
Horst, es hijo de Luisa Herzog, pero al nacier fuera del matrimonio, su madre lo dio en adopción y éste perdió todo contacto con el resto de la familia. Luego Luisa se casó con Erhard, de ahí adoptó el apellido.
El “aleman”, como le apodan a Jürgen, junto a Ramón, se hicieron los mayores proveedores del mundo con un equipo humano de 500 personas apostadas en las jurisdicciones que la firma maneja, más de una docena.
REDACCIÓN
Adelita Coriat y Ana Cerrud
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