El nuevo sistema no evitará emisión de licencias falsas

El sistema de automatización que pretende implementar la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) para corregir la comprobada vulnerabilidad del proceso de certificación de marinos y convalidación de títulos, lejos de solucionar el problema de las falsificaciones se presta además para justificar viajes que sangran las arcas del Estado.

La AMP pretende instalar en las computadoras de más de tres mil brókers —quienes tramitan licencias de marinos a través de los consulados panameños— un PKI (Public Key Infrastructure) para controlar el acceso al registro de gente de mar.

Se trata de un USB que hace las veces de llave digital para acceder al sistema que permite verificar la autenticidad o integridad de un archivo que utiliza dos piezas, una pública y otra privada, para dar fe de que el documento es genuino.

Para echar a andar el sistema, un equipo de cuatro a cinco personas de la Dirección de Informática, que encabeza Carlos Cuervo, y de la Dirección de Gente de Mar, a cargo de Magdalena Carrera, tendrá que desplazarse a cada país en el que exista presencia de consulados panameños privativos de marina mercante. En total suman 64, y de estos, once, situados en Asia, manejan el 80% de los trámites: Filipinas, Vietnam, India, Grecia y Rotterdam, son los más activos.

La AMP realiza un censo de la cantidad exacta de brókers que tramitan licencias y endosos, pero no tiene un registro completo.

Los viajes de los funcionarios representarían un gasto excesivo para el Estado considerando la lejanía y los viáticos que establece la Ley General de Presupuesto del Estado, que asigna viáticos de hasta $600 diarios por persona, cuando se trata de Asia.

Esta es la razón principal por la que José Luis Aizpurúa, exdirector de Gente de Mar, abandonó el cargo el 30 de agosto pasado.

Según el exfuncionario, existen otras vías para poner en marcha el sistema. Aizpurúa solicitó a Cuervo que se elimine el PKI. Su idea era activar un”laboratorio” en Panamá que funcione 24/7 para recibir todas las solicitudes, tomando en cuenta la diferencia de horarios.

“El bróker subiría la información del marino: pasaporte, cursos, títulos, certificados médicos, etc. La información ingresaría al sistema, la revisa el consulado y se emitiría un certificado transitorio. Luego, el consulado lo enviaría a través del Internet a la oficina regional y, en una semana, estaría lista la licencia”, detalló.

El exfuncionario explicó que el esquema es positivo, pero la manera en que se está implementando no funciona, requiere de una reingeniería.

“Yo entiendo que el administrador de la AMP, Jorge Barakat, tiene las mejores intenciones con este sistema, pero mantengo la posición firme de que la unidad informática está llevando por mal rumbo este proyecto”, manifestó Aizpurúa.

Alex Neuman, experto en programas informáticos, explica que este dispositivo o USB puede enviarse por correo certificado. Una vez se introduce en la computadora del bróker, el emisor “envía, a través de correo electrónico, un archivo cifrado con otra llave pública que solo puede ser descifrado por la persona que lo recibe, con otro medio diferente, por teléfono por ejemplo. El emisor podría enviar por correo certificado el USB con la llave privada al bróker, y éste podría copiarlo a su computadora y se instala el programa”, agregó.

NO FUNCIONA EL SISTEMA
Aizpurúa respalda su posición con el reciente ensayo que se efectuó en el consulado de Miami con la empresa de cruceros Carnival. Después de dos meses, no se ha tramitado ningún documento, dijo.

“¿Qué ha sucedido con el plan piloto que se instaló en el consulado de Miami en las oficinas de Carnival que no ha funcionado? Si ese es un ensayo, lo ideal sería conocer en qué está fallando, para corregirlo. Este plan es justamente para detectar y corregir las fallas en el sistema. ¿Cómo es posible que estén pensando en automatizar Asia, que es mucho más costoso, sin tener la certeza de que funcione?”, se pregunta Aizpurúa.

La razón por la que no ha dado frutos el programa se desconoce. La AMP no ha permitido una entrevista a este medio, a pesar de las insistentes llamadas.

Sin embargo, la idea del director de informática de la AMP, Carlos Cuervo, es continuar con el programa.

“El sistema no va a funcionar mientras se insista en hacer en persona la instalación”, declaró Aizpurúa.

Otras preguntas surgen en este contexto: ¿Cómo se incorporarían nuevos brókers que quieran participar en el negocio? ¿Tendría que viajar el equipo para entregarle el USB cada vez que haya una solicitud?

Aizpurúa recomendó a Barakat “replantear su estrategia de implementación y evitar que se desperdicien recursos del Estado”, insistió.

El proyecto citado se encuentra bajo la Dirección de Informática, y no de la de Gente de Mar, como hasta el momento se ha realizado.

RESISTENCIA CONSULAR
El primer intento para automatizar la emisión de carnés de marinos se hizo en el 2006, cuando la AMP adquirió un programa informático de la multinacional española INDRA. Es el mismo sistema que intenta reflotar la AMP actualmente con la llave PKI.

“El sistema de INDRA funcionaba en forma remota”, asegura Carlos Ernesto González De La Lastra, entonces secretario general de la AMP.

Según González De La Lastra, el programa se instaló en algunas oficinas. La primera prueba se hizo en Uruguay, y resultó positiva.

Pero, como señala el exsecretario general, “se encontró mucha oposición de los cónsules, no dio resultado porque lo boicotearon”.

Durante la administración gubernamental de Ricardo Martinelli, no se continuó.

Una vez instalada la administración de Juan Carlos Varela, la Cancillería impulsó un programa de transparencia consular, con el que se pretende un registro estricto de las licencias de marinos.

El sistema bien implementado representaría una ventaja competitiva para nuestro registro mercante que inyecta cada año más de $200 millones al Estado, indicó Aizpurúa. Añadió que “la automatización identifica a cada bróker, y cada cual es responsable de los documentos que sube al sistema. Así desaparecería el anonimato de los tramitantes y podría detectarse cualquier documento falso. La licencia se tramitaría, como máximo, en una semana, y no en tres meses, como ocurre hoy en día”, manifestó Aizpurúa.

Ahí es donde empieza el primer escollo. “Algunos cónsules, que tienen honorarios especiales fuera del contexto de la Ley, se lo cobran al cliente como si fueran parte de las tasas e impuestos que cobra el Gobierno, pero en realidad es (un costo) a discreción del cónsul. Estos dineros muchas veces se meten a una cuenta paralela que beneficia al cónsul y a su personal. El beneficiario final no sé quién es, pero es así”, explicó el abogado Ebrahim Asvat, cuya firma se especializa en registro de naves.

La falsificación de licencias y títulos de marinos ha sido un botín jugoso para quienes, a lo largo de las administraciones gubernamentales, han lucrado de él. El sistema actual para la emisión de certificados transitorios, endosos de títulos y emisión de licencias data de 1990.

Es un documento muy fácil de falsificar y que, en algunos consulados, se entrega firmado en blanco a los brókers que tramitan estos papeles.

REDACCIÓN
Adelita Coriat y Marlene Testa

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