Capacidad operativa de los equipos de espionaje adquiridos

Este tipo de aparatos tiene equipos básicos que se componen de varias consolas que tienen programas y se integran según los requerimientos que haya efectuado el cliente/Estado.

El aparato que adquirió el Estado, también conocido como equipo de georeferenciación, está compuesto por un equipo de PSS o software de infección remota. Se trata de un link que aparece en los correos y cuando el usuario cliquea, el buscador obtiene los datos de la computadora, con los que puede acceder a la información que guarda en sus archivos, correos electrónicos, etc.

El segundo componente se denomina “cicles” y su función es detectar en qué base o antena se conecta el celular que se va a interceptar. Con esto se ubica a la persona en un área, por dónde se mueve, a qué hora lo hace, etc. Es como si tuviera un equipo humano que lo estuviera siguiendo, pero en realidad es la tecnología la que hace el trabajo de forma remota.

Otro de los programas que lleva el equipo es un identificador de voz. Con este, tan pronto la persona habla por el teléfono el aparato es capaz de reconocer la voz y distinguirla entre otras. También graba las conversaciones de la persona.

Además, cuenta con un detector de intenciones que funciona como un polígrafo automático que detecta qué intenciones tiene la persona cuando habla. En crimen organizado y en los estamentos de seguridad, este es un instrumento muy exacto a la hora de detectar un posible atentado contra personalidades o cuando un criminal elimina a alguien.

El programa conjuga la formula básica en inteligencia: “crimen es igual a inteligencia más capacidad”. Muchas veces, quien amenaza no es capaz de cometer un crimen.

El segundo equipo que compró el gobierno es comparable a un Ferrari si habláramos de autos. Es muy superior al primero, y podría costar hasta $16 millones. La novedad de este equipo es que funciona sin cables y tiene la tecnología para interceptar llamadas en tiempo real vía internet. Por ejemplo, el operador entrenado para esta tarea carga una mochila en la espalda con el equipo; cuando se acerca al objetivo, el equipo móvil puede enviar varias señales a diferentes puntos que quedan grabadas. Funciona a través de hondas hertzianas, arriba de los 850 mhz.

A diferencia del primer equipo, éste puede intervenir programas como Skype, Tango, Face Time y otros similares.

Estos aparatos trabajan por data y localizan al objetivo en todo el territorio nacional o internacional. Se activa solo con tener el número telefónico del objetivo, por voz o si activa por roaming cuando sale del país y sigue al objetivo en el extranjero.

Según explicó un técnico experto en este tipo de aparatos, si el sujeto no activa el roaming, es más difícil su localización, aunque no imposible.

Una vez se cuenta con los datos del objetivo, es posible saber con quién se reúne, ya que también detecta los números de sus acompañantes. Aunado a esto, si el equipo cuenta con un software de activación de micrófono recoge las conversaciones que sostiene el sujeto con la gente que le rodea.

El aparato es capaz de interceptar comunicaciones interpersonales. Lo hace a control remoto, es decir, el equipo no tiene que estar en el país donde vive la persona que se intercepta, puede estar en otra parte del mundo y lo detecta.

El operador puede ser como un segundo par de ojos del dueño del celular; puede ver la pantalla del teléfono, si el usuario abre un chat o se mete en WhatsApp el vigilante tiene acceso a toda la conversación que sostiene el usuario con la tercera persona; puede espiar su correo electrónico, es capaz de activar el micrófono del teléfono vía control remoto, entre otras cosas.

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