Los bosques de manglares del Caribe pueden servir como refugios de coral

A la mayoría de las especies de coral les va mejor en el entorno sombreado que ofrece el dosel de los manglares

En la costa caribeña de Panamá, un hecho inesperado puede estar ayudando a los corales estresados a hacer frente al cambio climático. Los hábitats de arrecifes y manglares a menudo crecen uno al lado del otro, sin interferencia. Sin embargo, en el archipiélago de Bocas del Toro, se puede encontrar una diversidad de especies de coral creciendo varios metros en los bosques de manglares. Heather Stewart, ex becaria de doctorado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), exploró cómo esta adaptación puede influir en la supervivencia de los corales.

Durante las últimas décadas, la salud de nuestros océanos se ha visto gravemente amenazada por las actividades humanas. Los arrecifes del Caribe se encuentran entre los hábitats más afectados y continúan expuestos a amenazas locales, como la contaminación y la sobrepesca. A largo plazo, estos factores estresantes pueden aumentar su susceptibilidad a los fenómenos del calentamiento global, como el calentamiento y la acidificación de los océanos. Debido a su mayor exposición al sol, las especies de coral en los arrecifes poco profundos corren un riesgo particular de blanqueamiento, lo que puede hacerlas más vulnerables a las enfermedades y la muerte.

Al expandirse a los bosques de manglares en Bocas del Toro, los corales podrían estar buscando refugio de las condiciones ambientales desfavorables en el arrecife. Stewart se preguntó si este comportamiento inusual tenía que ver con la sombra o con los manglares per se, por lo que expuso una variedad de especies de coral a ambientes soleados y sombreados tanto en el arrecife como en los manglares. Sus experimentos revelaron que a la mayoría de estos les fue mejor con menos luz solar, incluso aquellos adaptados al hábitat de arrecifes poco profundos más soleados.

“Nuestra manipulación experimental de la luz en los hábitats de manglares y arrecifes indicó que la intensidad de la luz es un parámetro ambiental clave que media entre el blanqueamiento y la supervivencia de los corales, lo que sugiere que los manglares podrían ser un refugio de la alta intensidad de luz en los arrecifes poco profundos”, comentó Stewart, quien ahora es restauradora de manglares y asociada postdoctoral en la Universidad de las Islas Vírgenes trabajando en el proyecto “Ridge to Reef” de la Fundación Nacional de Ciencias EPSCoR.

Estos hallazgos, que se publicaron recientemente en Ecosphere, indican que el futuro de los corales de arrecifes poco profundos puede depender de su capacidad para adaptarse a las condiciones ambientales cambiantes, pero también de la disponibilidad de hábitats de refugio como los bosques de manglares para mantener la diversidad de los corales.

"Es esencial que se protejan más hábitats de manglares, especialmente en las regiones donde proporcionan un hábitat para los corales, y su protección debe ser un componente del objetivo de conservación de proteger el 30% del hábitat marino a nivel mundial para el 2030", comentó el científico de STRI, David Kline, uno de los coautores del artículo.

Dada la urgencia de aplicar el conocimiento científico al manejo de estos ecosistemas costeros, Stewart considera esencial reunir a las comunidades locales, ONG, agencias gubernamentales e investigadores en iniciativas locales y globales para conservar y restaurar los manglares. Stewart también es parte de varios eventos de limpieza y divulgación planificados para el Día Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglares el 26 de julio y está trabajando con Mangrove Action Project en el concurso de arte infantil y calendario de manglares.

REDACCIÓN
Smithsonian

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