Las vacunas, ¿el fin de la pandemia?

Las variantes del virus  del Covid-19  ponen a prueba la eficacia de la inmunización al igual que garantizar el acceso  de las dosis para todos los países mundo y evitar el acaparamiento


Entre los países de Latinoamérica que han adquirido la vacuna rusa están Venezuela (10 millones), Argentina (1.2 millones), México (24 millones), Brasil (150 millones).

Luego de haber sido respaldada por la prestigiosa revista científica The Lancet, muchos países de América Latina, entre ellos Panamá, mostraron interés en adquirir millones de dosis para completar el portafolio de inmunización. De acuerdo con la publicación, la dosis tiene una efectividad de 91.6% contra la enfermedad según la investigación efectuada a 20 mil participantes, de los cuales tres cuartas partes fueron inmunizados con efectos adversos leves.

Entre los países de Latinoamérica que han adquirido la vacuna rusa están Venezuela (10 millones), Argentina (1.2 millones), México (24 millones), Brasil (150 millones).

De igual forma fue registrada mediante procedimiento de urgencia en Bolivia, país que adquirirá 5.2 millones.

De acuerdo con la publicación “Variante del Sars-CoV-2 y poner fin a la pandemia”, de la misma revista británica, la vacuna rusa no tiene los requisitos de temperatura de almacenamiento ultra fríos como sí lo requiere la de Pfizer, por ejemplo, lo que la hace de más fácil administración.

Un tema que no escapa a los científicos es si las vacunas pueden proteger contra las nuevas variantes del virus detectadas en Sudáfrica y Reino Unido. Las primeras investigaciones dan cuenta, por ejemplo, que en Sudáfrica se suspendió el uso de la vacuna de AstraZeneca luego de que no logró detener claramente la variante.

La preocupación es que en el futuro surjan múltiples variantes y provoquen un repunte epidémico grave, según la revista, como ocurrió en Sudáfrica. Por lo tanto, el fin de la pandemia sólo es posible cuando las vacunas que son efectivas contra las variantes circulantes se distribuyan por todo el mundo de forma equitativa. Es posible que sea necesario producir nuevas vacunas en forma repetitiva para controlar algunas variantes del Covid.

Ante la problemática, la publicación enumera una serie de prioridades para atacar las variantes: Crear un depósito central de muestras de sueros y células de individuos con infecciones pasadas o inmunizaciones pasadas con las vacunas COVID-19 disponibles para pruebas funcionales de seroneutralización e inmunidad celular contra variantes recién descubiertas. En este aparte sugiere que todas las secuencias genéticas sean publicadas en plataformas internacionales para compartir los análisis.

Recomienda producir vacunas COVID-19 de forma reactiva y adaptarlas a linajes emergentes.

Algo que se ha reiterado como parte del plan para acabar con la pandemia, es garantizar el acceso, la disponibilidad y la asequibilidad global de las vacunas COVID-19 para garantizar que ningún país se quede atrás.

Por último, recoge la publicación, las vacunas deben estar disponibles, ser asequibles y accesibles a escala mundial. Varios países de ingresos altos han comprado dosis de vacunas, a veces cercanas a nueve dosis por persona, mientras que la Organización Mundial de la Salud ha pedido una mayor equidad y un mayor apoyo para la iniciativa COVAX y su mandato de acceso equitativo a las vacunas, especialmente para los países con recursos limitados.

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