"Aligerar restricciones es una estrategia miope": Enrique Mendoza


Aligerar las restricciones y aceptar números de casos más altos es una estrategia miope que conducirá a otra re aceleración y por lo tanto, a mayores costos para la sociedad en su conjunto.

Lograr un número reducido de casos Covid-19 debe ser el primer objetivo una vez que culmine la cuarentena impuesta por el Ministerio de Salud que finaliza el 14 de enero próximo, según visión de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, presidida por el decano Enrique Mendoza.

Esto contribuirá a que los recursos médicos no se desvíen a otros pacientes que los necesiten. En segundo lugar, si se logra lo anterior, se salvarían puestos de trabajo y empresas. El impacto económico de Covid-19 es impulsado por la circulación viral dentro de la población y la economía se puede recuperar "rápidamente una vez que el virus se reduzca o elimine en gran medida", cita un comunicado de dicha facultad.

Lo que no especifica la nota de prensa es cómo lograr la reducción de casos en la población, siendo uno de los desafíos que ha motivado al Ministerio de Salud a confinar a la población por 15 días, y sin que hasta el momento se conozca la estrategia una vez culmine la nueva cuarentena.

Las capacidades de prueba y de trazabilidad son limitadas: solo con números de casos suficientemente bajos puede la estrategia de prueba-trazabilidad-aislamiento-soporte, de manera rápida y eficiente, ayudar a mitigar la propagación.

El comunicado señala que una vez se controle la propagación se aligeran las restricciones y aceptan números de casos bajos. "Aligerar las restricciones y aceptar números de casos más altos es una estrategia miope que conducirá a otra re aceleración y por lo tanto, a mayores costos para la sociedad en su conjunto. Las capacidades de prueba y de trazabilidad son limitadas: solo con números de casos suficientemente bajos puede la estrategia de prueba-trazabilidad-aislamiento-soporte, de manera rápida y eficiente, ayudar a mitigar la propagación", se lee.

En cuanto a la trazabilidad de contactos y la cuarentena, indica que no son factibles con una alta prevalencia de infección. En quinto lugar, indica, apuntar a la inmunidad de la población adquirida naturalmente no es una opción.

El éxito de las medidas depende de la cooperación y participación del público. Defender los beneficios económicos y sociales de reducir el número de casos, si se comunica claramente, fomentará en gran medida la cooperación pública.

La planificación es posible. Cuando el número de casos es bajo no hay necesidad de cambios rápidos de política. Esto reduce el daño económico y la incertidumbre y la tensión sobre la salud mental.

Según el análisis de la semana del 3 al 9 de enero pasado, realizado por el doctor Derek Liao, Panamá está muy lejos de alcanzar la meta de no más de 10 casos por millón de habitantes por día.

No será hasta alcanzar un número de casos bajo, cuando se flexibilicen las restricciones, pero se debe monitorear cuidadosamente, señala el decano. Entre tanto, es necesario continuar y mejorar las medidas de mitigación como el uso de mascarillas, higiene, distanciamiento, pruebas de vigilancia de al menos 300 por millón para detectar un aumento en el número de casos a tiempo.

Hoy repetimos la posición que asumimos antes de la primera y la segunda reapertura de las actividades comerciales: abrir actividades comerciales sin un control real de la transmisión viral es exponerse a un tsunami de infecciones y de fallecimientos por la COVID-19.

El éxito de las medidas depende de la cooperación y participación del público. Defender los beneficios económicos y sociales de reducir el número de casos, si se comunica claramente, fomentará en gran medida la cooperación pública.

En conclusión, qué hacer el 14 de enero próximo: Es evidente que seguimos teniendo un grado de transmisión viral sumamente elevado y que tenemos que continuar las medidas de mitigación, tratando de reducir el impacto social y económico amplio de estos enfoques intensivos de mitigación o supresión. La facultad comprende el desafío de las iniciativas de supresión intensiva, en países como el nuestro donde existe un alto grado de trabajo informal que hace que tales intervenciones sean desafiantes y pueden limitar la reducción del nivel de infección. Panamá es también un país donde la capacidad de proporcionar apoyo para garantizar los medios de vida de los pobres y los más vulnerables es marginal. "Sabemos que las decisiones que enfrentará el Ministerio de Salud en los próximos días son difíciles", considerando la continua incertidumbre sobre las estrategias más apropiadas y efectivas de enfrentar la pandemia. Sin embargo, "insistimos en que la prioridad debe ser disminuir la transmisión viral. Hoy repetimos la posición que asumimos antes de la primera y la segunda reapertura de las actividades comerciales: abrir actividades comerciales sin un control real de la transmisión viral es exponerse a un tsunami de infecciones y de fallecimientos por la COVID-19. Reconocemos honestamente, que la respuesta a la pregunta que hacer el próximo 14 de enero no es propiedad de los académicos, ni de los gobernantes, ni de los empresarios si no de la población panameña en su conjunto", concluye el mensaje.

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