Es la frase que repiten quienes participan en los vuelos de búsqueda de la lancha Los Albertos con cinco tripulantes, desaparecida desde el sábado
"Voy y vengo", ese fue el mensaje de WhatsApp que recibió el capitán Gil de Obaldía de su hijo cuando iba a zarpar en la lancha Los Albertos, el pasado sábado 10 de octubre, cuando se dispuso a ir de pesca junto con otros cuatro amigos, tres hombres y una dama.
Desde entonces no han sabido nada de ellos. La búsqueda por mar y aire no ha cesado. Todos los días salen vuelos en helicóptero o avionetas, en patrulleras por mar, pero "es como si se los hubiera tragado el mar", dijo a este diario una de las personas que participa en las tareas de búsqueda. Es todo un misterio lo que pudo haber ocurrido a la lancha.
La información aflora, poco a poco, sobre lo que ocurrió el sábado pasado. Por un momento se pensó que uno de los dos motores que tiene la lancha se había averiado, como publicó este medio recientemente. Pero el capitán Obaldía aclaró que una lancha que pescaba cerca de ellos, en el sector de Volcan Reef, observó que emanaba humo de uno de los motores. El capitán Obaldía afirma que es normal en esos motores, pero fue lo que hizo pensar a los tripulantes de la lancha que estaba en el sector, de que había algún desperfecto mecánico o un problema en el motor. Había 13 personas en el área. Entonces el bote se comunicó por radio con Los Albertos para asegurarse si requerían ayuda, pero éstos dijeron que todo estaba en orden. "Al no tener noticia de los jóvenes, el hecho de que pudo haber ocurrido un desperfecto mecánico no se descarta. Solo que no fue así en el momento en que el segundo bote preguntó a 'Los Albertos' si necesitaban ayuda", explicó De Obaldía.
El Servicio Nacional Aeronaval (Senan) no ha cesado la búsqueda desde el momento en que se emitió la alerta. Son cinco días sin tregua. Lastimosamente este jueves tampoco hubo resultados positivos.
En uno de los vuelos, un helicóptero sobrevoló por la costa de Colón hacia Bocas del Toro, casi al ras de la tierra, pero no visualizo nada. Cuatro personas con experiencia en este tipo de tareas despegaron en un avión por la mañana. Salieron 20 millas mar afuera hacia el norte a 500 pies de altura, y después sobrevolaron en dirección a Panamá a 10 millas de la costa. Ninguno despegó los ojos de los binoculares, pero volvieron frustrados, "el resultado de la búsqueda de hoy es cero", dijo uno de ellos a este diario.
Observaron cerca de la costa por la posibilidad de que la confluencia de las corrientes pudieran arrojarlos cerca de la costa, o también suponiendo que se encuentren en un lugar no habitado, sin combustible o señal, pero volvieron con las manos vacías. Tantas teorías que se pueden suponer.
El capitán De Obaldía explica que no se recibió comunicación por radio desde la nave solicitando auxilio. Tampoco los celulares de las cinco personas tienen señal. Las autoridades están en la tarea de solicitar a un juez autorización para explorar el registro de los celulares de los tripulantes y tratar de descifrar, a través de los mensajes de texto o posibles intentos de llamadas, qué fue lo que pudo haber pasado o hacerse de pistas para salir a buscarlos.
Aún así, el capitán no pierde la esperanza de encontrar a su hijo y sus acompañantes. Sugiere buscar en los esteros o ríos suponiendo que salieron huyendo por la tormenta a buscar refugio en tierra firme. "Si es que se dañó el motor y la corriente los tiró en tierra puede que hayan encontrado refugio en tierra firme", dice esperanzado. Agradecido por la labor del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), autoridad que lidera la tarea, que no quitado el dedo del renglón, dice sentirse agradecido por su labor y dedicación. No obstante, mañana viernes culminarán los vuelos privados "porque a ¿dónde buscarían?, si el mar no se queda quieto, todo lo que podría recorrerse, se recorrió. Habría que esperar alguna señal de los buques internacionales", añadió el capitán.
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