Moody`s cambia de Estable a Negativa la calificación del sistema bancario panameño

La firma prevé un aumento importante en los créditos refinanciados y consecuentemente un ajuste en la calificación del crédito del sistema bancario, observa de cerca la liquidez, disponibilidad de los bancos en acceder a crédito de sus corresponsales

Un informe de la calificadora Moody's local hace un análisis detallado sobre el sistema bancario panameño y reduce la calificación del mismo de Estable a Negativa. El informe alerta sobre los puntos que pueden afectar al sector bancario luego de la flexibilización otorgada por la Superintendencia de Bancos para 'modificar los préstamos' de los clientes y otorgar 90 días de gracia a los deudores. Pero también resalta la disponibilidad de liquidez que puedan tener los bancos, la diversidad del portafolio, la calidad de la cartera de créditos y el tamaño del banco.

Aunque es muy pronto para dar una opinión certera sobre el impacto del Covid-19 en el sistema, ya que es un tema que está en desarrollo, la firma resalta que el sistema tiene una base estable de depositantes, siendo ésta la principal fuente de financiamiento, además que la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) mantiene préstamos a intereses del 0 y 0.25% a los que acceden los bancos corresponsales de Panamá.

El informe reitera lo que ya es conocido, la recesión económica anunciada por el Fondo Monetario Internacional este año, que pronostica una caída de 3%, una crisis más profunda que la Gran Depresión de la década de 1930.

A continuación retoma las acciones del gobierno panameño para frenar la propagación del virus, como declarar el Estado de Emergencia Nacional el 13 de marzo, el cierre de fronteras del 22, y la cuarentena total a partir del 25 de marzo, medidas vigentes hasta la fecha.

Esta situación, según alerta Moody's, afectará a la economía hasta el punto de decrecer 2%, cifra que depende del tiempo en que se prolonguen las medidas para contener el virus.

En aras de lo anterior, se resalta que la mayor parte de las empresas han efectuado ajustes en su capacidad de pago, empezando por las micro y pequeñas hasta las grandes corporaciones, lo cual está reflejándose en la tasa de desempleo y afectando la capacidad de consumo de la población. Esto afectará el desarrollo del Sistema Bancario en distintos aspectos:

Primero que el entorno operativo se deteriorará en la medida en que la economía se contraiga. Esto quiere decir, que incidirá en el crecimiento del sistema por una menor demanda en los créditos, así como también en la tasa de interés activa de las colocaciones.

Un segundo punto contemplado es el deterioro de los indicadores de calidad de la cartera. En este sentido, prevén un aumento de los ratios de mora (porcentaje que representan los créditos dudosos de una entidad sobre el total de la cartera) y en un ajuste importante en la cobertura de la cartera vencida y morosa con reservas. La magnitud dependerá de cuánto tiempo le tome al país volver a la normalidad, que hasta no contar con una vacuna se hará más complicado.

La calificadora espera que una vez vencidos los plazos establecidos de la moratoria otorgada a los clientes, se espera un aumento importante en los créditos refinanciados y consecuentemente un ajuste en la calificación del crédito y la necesidad de recurrir a mayores reservas.

Se espera cierto ajuste en los indicadores de solvencia. Una ligera disminución en algunas entidades por la incorporación del Riesgo Operativo dentro de la ponderación de capital.

A esto se le suma el reconocimiento de pérdidas no esperadas producto de la caída de los precios de los instrumentos de renta fija en los mercados secundarios, y el retroceso de las principales bolsas del mundo. Aunque el informe resalta que también se espera un consumo mayor de capital por riesgo de crédito por el deterioro esperado en la cartera, aunado a que no se espera que los bancos realizan grandes repartos de dividendos bajo esta coyuntura, ayudaría a que no se una caída pronunciada de dicho indicador.

Un cuarto punto refleja la necesidad de liquidez a corto plazo y potencial baja en el costo de fondeo. Se refiere a que como en Panamá no existe un Banco Central, el sistema recurrirá a la utilización de líneas que mantiene con bancos corresponsales. Le favorece que tiene una base estable de depositantes, siendo esta la principal fuente de financiamiento del sistema Así también, la baja en la tasa de referencia de la FED y la Libor apoyarán la baja en el costo del fondeo, aunque esto último dependerá de las presiones existentes en el sistema por liquidez, especialmente en las renovaciones de los depósitos a plazo.

Destaca que la posibilidad de aliviar a los deudores con "préstamos modificados" para pagar sus compromisos, en contraparte le resta ingresos a los bancos y amplía el descalce contractual entre los activos y pasivos en el corto plazo.

Los indicadores de rentabilidad se debilitarán. Es un efecto combinado de la menor generación esperada por el menor volumen de préstamos a raíz de la recesión, la presión sobre las tasas de interés activas y el ajuste esperado hacia fin de año en los indicadores de calidad de cartera, lo cual requerirá de mayores reservas. Una vez más, todo dependerá del tiempo que dure el impacto del Covid-19.

Todo lo anterior conllevó a Moody's a cambiar las perspectiva del sistema bancario de estable a Negativa.

DEPENDE DEL PORTAFOLIO BANCARIO
La presión sobre la prolongación de la crisis, variará en cada banco de acuerdo a la composición de su portafolio de créditos, el nivel de liquidez y fuentes de financiamiento que posee, el acceso al financiamiento con terceros como bancos corresponsales y el grado de utilización de la línea, la estabilidad de los depósitos y el soporte patrimonial de cada una. Al no contar Panamá con un Banco Central y tener como moneda el dólar, las tasas de interés están atadas a las políticas dictadas por el FED. Esto último genera un mayor riesgo de liquidez para el sistema, siendo relevante determinar el acceso de los bancos a obtener fondeo externo más aún considerado la incorporación del país a la lista gris del GAFI en el mes de junio pasado, así como la lista negra del Consejo de Unión Europea el pasado mes de febrero por considerarlo país no cooperador en temas fiscales, luego de haber removido al país de este lista en 2018.

DEPÓSITOS DE NO RESIDENTES
Los flujos de capitales de no residentes son un componente esencial como fuente de financiamiento de las actividades económicas. Sin embargo, la actual coyuntura genera una presión negativa en los flujos de capital. Para este año, el Instituto Internacional de Finanzas estima que las economías emergentes podrían registrar una disminución de estos flujos de hasta 25% respecto al 2018. Al 31 de marzo de 2020, se estima una salida de capitales de todas las economías emergentes por un total de $83,300 millones, de los cuales, $14,400 millones están asociados a América Latina.

Según la Superintendencia de Bancos de Panamá, hasta el 29 de febrero pasado, se registraron depósitos de particulares provenientes del exterior por un total de $24,795 millones. Esto implica un crecimiento de 6.48% respecto al año pasado en la misma fecha. Del total de estos depósitos, el 68% corresponden a plazo fijo, el 19% a la vista y el 12% a depósitos de ahorro.

Moody's observa una elevada utilización de las líneas con los bancos corresponsales, registrándose una mayor demanda o utilización en general por parte de América Latina. Con relación al costo de fondeo, favorece a Panamá el hecho de la Reserva Federal haya bajado la tasa de referencia entre 0 y 0.25% y que la tasa Libor esté en niveles bajos respecto a lo registrado previo a la pandemia, aunque estará muy atado a la demanda de liquidez en el sistema. Si bien la banca mantiene sus activos en liquidez, al no contar con un banco central, podría generar un riesgo de liquidez al no poder descontarlos para obtener una fuente de liquidez alternativa, alerta el informe de la calificadora. El último informe de liquidez presentado por el sistema bancario en 2019 resalta un índice de liquidez legal que casi duplicó el mínimo requerido por las autoridades.

ALTO RIESGO EN CARTERA DE PYMES Y CONSUMO
Moody's establece por tipo de banca riesgos diferenciados ante el actual entorno, estimación que podría cambiar en el corto plazo dependiendo del tiempo que dure la crisis actual. La exposición al riesgo del mercado es entre media y alta, todo depende del portafolio del banco para obtener liquidez, la concentración en el fondeo con depositantes y la holgura registrada previo a la crisis en la solvencia a fin de sostener un escenario de menor rentabilidad esperada.

De esta forma, esperan un riesgo alto en los bancos medianos, ya sea que tengan el enfoque en créditos en la pequeña y mediana empresa, consumo o corporativo. En los bancos medianos enfocados en las pequeñas empresas, se verán fuertemente afectados por la coyuntura. Un riesgo alto también se espera en los bancos medianos con una fuerte composición en su cartera de créditos de consumo, toda vez que estos son más susceptibles ante escenarios de desaceleración económica.

Estima un riesgo medio al presentar una cartera de créditos con deudores de un mayor perfil crediticio, pero dicha cartera sí podría verse afectada producto de la elevada concentración que suelen registrar con sus principales clientes, toda vez que el deterioro de uno de estos podría afectar de manera importante sus indicadores de mora y rentabilidad.

Con relación a los bancos grandes con enfoque universal, se espera un riesgo medio dada la mayor atomización de su cartera crediticia. Respecto a la banca de licencia internacional, a la fecha esperan un riesgo medio considerando que cuentan en su mayoría con el respaldo de grupos regionales que le permitirá afrontar el impacto del covid-19, pero dependerá de las medidas que tomen las autoridades en diferentes países de origen.

La calificadora considera que aún no es posible determina el impacto real del covid-19 dado que se trata de un evento en desarrollo.

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