El Consejo del Atlantico Norte (Otan) pidió bajar el conflicto en Oriente Medio. En reunión extraordinaria celebrada ayer, los Aliados dijeron sentirse intranquilos por el programa de misiles de Irán
Cientos de miles de iraníes salieron ayer a las calles de Teherán para despedir al general Qasem Soleimani, asesinado el viernes pasado por los EE.UU. en Irak, en lo que ha sido un multitudinario funeral de Estado como pocos se recuerdan en ese país. De hecho, la magnitud de las multitudes en Teherán, que se observaba en la televisión, recordaba las manifestaciones de 1989 cuando el funeral del fundador de la República Islámica, el Ayatolá Ruhollah Jomeini.
Las proclamas de venganza y las advertencias a los estadounidenses han marcado la masiva despedida al querido general –era considerado la segunda figura más influyente del país tras el líder supremo–, desde los máximos mandatarios hasta el fervor popular de los miles de congregados en la capital. La propia hija del general Soleimani, Zeinab, ha advertido de “días oscuros” para los estadounidenses y se ha dirigido al presidente Donald Trump en estos términos: “Loco Trump, no pienses que todo ha terminado con el martirio de mi padre”.
El líder supremo Ali Jamenei lloró mientras acompañaba a los dolientes en una oración. Su voz se quebró de la emoción cuando dirigía los rezos, lo que lo obligó a hacer una pausa. Junto a Jameneí y en primera fila frente a los féretros se encontraban también el presidente iraní, Hasan Rohaní; el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí; el presidente del Parlamento, Alí Lariyaní; y el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí.
En medio del cruce de un llamado a la venganza por parte de Irán y sus proxys, entre los que se encuentra el grupo terrorista Hezbollá, que tiene como consigna ‘muerte a América’, el Consejo del Atlantico Norte (Otan) hizo un llamado a bajar el conflicto en Oriente Medio.
En una reunión extraordinaria para abordar las tensiones, Jens Stoltenberg, secretario general de la Otan, pidió moderación a la escalada en la región.
Stoltenberg advirtió que un nuevo conflicto en la zona no beneficia a nadie y urge a Teherán a abstenerse de responder con más violencia y provocaciones.
Estados Unidos explicó a los aliados de la Otan las razones por las que tomaron la acción de terminar con el general Qsam Suleimani, y aunque no ofrecieron mayores detalles, demostró que la Otan sigue siendo el escenario para abordar asuntos de seguridad entre Europa y Estados Unidos. “Fue una decisión de Estados Unidos no de la OTAN”, se limitó a decir Stoltenberg sobre el asesinato de Suleimani por parte de Estados Unidos.
En una conferencia de prensa ofrecida por Stoltenberg una vez finalizada la reunión, éste manifestó a medios internacionales que existe preocupación de los aliados por las actividades en Irán que pueden desestabilizar la región incluido el apoyo de ese país a diferentes grupos terroristas.
Todos los aliados coincidieron que Irán no debe ser capaz de desarrollar armas nucleares. Los aliados se sienten intranquilos por el programa de misiles de Irán que pueden alcanzar a muchos países europeos.
Stoltenberg dijo que los aliados sienten una extrema preocupación por los recientes ataques que han visto en contra de la infraestructura energética civil en Arabia Saudita o contra las bases de la coalición en Irak, bases importantes para los esfuerzos de la Otan en combatir el terrorismo internacional en Irak y en Siria.
Joseph Borrel, alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, lamentó el anuncio de Irán de dejar de cumplir el acuerdo nuclear de 2015, en medio de la escalada entre éste país y Estados Unidos.
ECONOMÍA
La economía parece moverse al ritmo del conflicto geopolítico que se vive en el Medio Oriente. Ayer, fue un día turbulento en los mercados de Wall Street. A las dos horas de la apertura el Dow Jones había caído un 0,2% a raíz de las tensiones en el medio oriente.
La bolsa culminó con 60 puntos arriba y el Nasdaq 50 puntos positivos. En la mañana abrió a la baja, pero en horas de la tarde, al parecer el mercado descontó las malas noticia y se concentró en la economía de Estados Unidos y las ganancias de las empresas.
Los inversionistas se refugiaron en los metales. La onza de oro cerró en 1,579 y la plata en $18,20, lo que implica $20 y quince centavos arriba del cierre anterior respectivamente.
Las compañías que más sufrieron las tensiones del Medio Oriente fueron las aerolíneas por el temor al aumento en el costo del combustible.
El petróleo rozó los $70 el barril, aunque al final de la jornada se estableció en $69, como consecuencia de las voces de advertencia del Departamento de Estado estadounidense sobre un mayor riesgo de ataque con misiles cerca de infraestructuras de energía en Arabia Saudita.
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