La fianza que ilusionó a Martinelli por unas horas

Como inesperada, inédita y con un gran sabor amargo, recibió el exmandatario Ricardo Martinelli el cambio de decisión de la juez Marcia Cooke quien revocó la fianza que le había otorgado la tarde del 13 de febrero.

En pocas horas, menos de un día, para la defensa de Martinelli el panorama cambió de regocijo a fastidio. Estaban incrédulos ante el nuevo criterio legal de la juez que antes los había favorecido con una medida de detención domiciliaria. Sin duda, un dictamen que afectará a su cliente, física y emocionalmente y que tal vez provoque un cambio en la estrategia legal empleada hasta el momento.

Ayer a las tres de la tarde hora de Miami, Sidney Sittón abogado del expresidente, se acercó a la prisión Federal de Miami donde permanece detenido su cliente desde hace 8 meses, para conversar sobre una decisión “jamás vista” de la Corte.

La jueza Cooke reconsideró su decisión y sopesó la moción de emergencia que presentó la Fiscalía que pretendía, como en efecto lo logró, la suspensión de la fianza de $1 millón concedida a Martinelli.

Entre los factores que enumeró la Fiscalía para suspender la fianza está el fácil acceso a su avión privado, lo que eleva el riesgo de fuga que ninguna cantidad de dinero puede reparar.

El recurso en el que explicó Cooke la revocatoria de la medida, sostiene que existe mérito para que la Fiscalía pueda ganar la apelación en caso de que el equipo de abogados de Martinelli la presente ante Corte de Apelaciones del Tribunal Federal de Atlanta.

También consideró que existe riesgo de fuga y revirtió la libertad condicional con la que había beneficiado a Martinelli tan solo unas horas antes.

La Corte consideró cuatro factores al decidir si emite una suspensión de la fianza al recibir una apelación: cuando los méritos del aplicante son los suficientemente fuertes como para tener éxito; cuando existe un daño irreparable (esto en caso de fuga); si la emisión de la suspensión lastimaría sustancialmente a la otra parte interesada en el proceso, y por último, donde recae el interés público.

Según Cooke, los primeros dos factores on los más críticos. En una extrema precaución, veo que por encima de todo, los factores pesan en favor de que permanezca en prisión hasta que se resuelva la apelación efectuada por la defensa ante la Corte de Atlanta.

La jueza considera que la Fiscalía podría tener éxito en ganar la apelación de la defensa de Martinelli en Atlanta considerando que dos Cortes han decidido en forma distinta el tema de la fianza. “Ante mi intento de otorgar fianza, que consistía en un paquete que negara cualquier riesgo de fuga, entiendo quecausaría un daño irreparable a la fiscalía si se otorgara esta fianza al peticionario y luego fuera imposible extraditarlo. Este posible daño a la Fiscalía pesa más, ya que Martinelli se encuentra en custodia y permanecería el mismo status quo”, se lee en la revocatoria de la jueza.

Si la defensa decide apelar el último fallo de Cooke, deberá hacerlo ante el Tribunal de Atlanta, donde ya interpuso una apelación ante la decisión de la misma juez en confirmar el criterio del juez Edwin Torres quien certificó el 31 de agosto de 2017, la extradición del exmandatario a Panamá. La diferencia es que éste último recurso podría demorar menos tiempo en resolverse que el primer recurso por su condición de detenido.

Finalmente, la juez considero el interés público que pesa en este caso, en el que Estados Unidos tiene interés en cumplir el tratado de extradición bilateral.

La medida de la jueza se mantiene hasta que la Corte de Apelaciones del Tribunal Federal de Atlanta decida la apelación que interpondrá la defensa del exmandatario sobre la revocatoria de la fianza. Martinelli aún puede decidir un retorno voluntario a su país natal sin necesidad de esperar la resolución de todos los recursos legales que están en curso.

LA FIANZA SE TORNÓ EN UN ESPEJISMO
El 13 de febrero, en un escrito de tres páginas, la juez Marcia Cooke había otorgado una fianza a Ricardo Martinelli, exmandatario panameño que espera un proceso de extradición a su país para responder ante la justicia por el supuesto delitos de intervención telefónica sin una orden judicial, además de dos cargos por peculado.

La aprobación del recurso que había solicitado la defensa del exmandatario fue motivo de gran alegría, pues había sido negado en varias ocasiones por el juez Edwin Torres, quien firmó la extradición de Martinelli en agosto de 2017.

Uno de los temas más cuestionados en este aspecto era el riesgo de fuga que podía representar una fianza para el expresidente tomado en cuenta que es un hombre muy acaudalado, con acceso a medios propios de transporte y buenas relaciones internacionales.

Sin embargo, en un principio, al parecer Cooke se convenció de que la libertad bajo fianza al peticionario no representaría ningún riesgo bajo las condiciones estipuladas: brazalete electrónico, guardias fuera de la casa para su vigilancia, prohibición de acercarse a cualquier sitio que pudiera significar una posibilidad de fuga, como la parte trasera de la casa de Martinelli en la que hay una marina para aparcar yates.

El mínimo abuso de cualquiera “de estas medidas podía provocar que se le revoque, la fianza”, decía el abogado Francisco Carreira, litigante en Estados Unidos. Lo único que no había quedado establecido con la ahora extinta fianza, era si el expresidente podría recibir visitas en casa, con qué frecuencia y qué cantidad.

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