Falta de asistencia judicial, desafío en la lucha antilavado

Olaya explica que la complejidad en la investigación del blanqueo de capitales, la recaudación de pruebas en jurisdicciones extranjeras dificultan las pesquisas

La revelación de los Papeles de Panamá mostró la funcionalidad de las empresas offshore para ocultar dinero en los sistemas financieros, o lo que es lo mismo, la forma en que grandes figuras políticas, del deporte, farándula y empresariales, movían sus riquezas evadiendo las leyes de origen para evitar ser detectadas.

El blanqueo de capitales es uno de los delitos más complejos y difíciles de investigar.

Juanita Olaya acumula una experiencia de veinte años en la investigación de la lucha contra la corrupción, la integridad de los negocios, las finanzas públicas e internacionales y con este bagaje académico explica que la falta de cooperación judicial entre los países es uno de los desafíos más grandes a la hora de investigar los delitos de blanqueo de capitales.

‘Es difícil recuperar la evidencia. Surgen dificultades para efectuar órdenes de captura, para regular los bienes confiscados, cómo se manejan o cómo se vendían en el país de origen. Se está tratando de trabajar en algunas plataformas internacionales para facilitar el proceso, pero es difícil pasar de la regulación a la práctica', asevera.

Romper la telaraña del crimen organizado que blanquea capitales requiere deshacer los incentivos y las oportunidades que estos grupos tienen al alcance. ‘Mientras sea menos costoso hacer todas esas operaciones que cumplir la ley, va a haber alguien que lo haga', indicó Olaya.

Lo ideal sería llegar a un mínimo de un control similar para todos los países porque la nación que ofrezca una excepción, lo facilita. ‘Todo pasa por acá, pero puede terminar en un departamento en Londres. No es fácil desenmarañar, hay que recabar pruebas en jurisdicciones extranjeras con diferentes objetivos e intereses políticos', añade.

A juicio de Olaya, Panamá contribuye a que se facilite el delito de lavado de dinero porque ofrece una plataforma o ‘una oportunidad que en otras jurisdicciones no existe. En ese contexto es lógico que se use, y lo cierto es que la mayoría de los recursos que buscan evadir impuestos terminan en empresas offshore '.

Sin embargo, las offshore o empresas fachada tienen un binomio inseparable, y es la estructura financiera, la que se utiliza para mover los dineros para evitar que se les siga el rastro. En ese sentido, es necesario mirar todo el sistema de soporte, no solo los bancos, sino las oficinas de abogados e incentivos para crear mecanismos de apalancamiento de dinero. ‘Parte de la existencia de ese problema consiste en la sobrerregulación del otro', aclara la especialista.

Las cuentas bancarias offshore pueden abrirse en Panamá o en otros países que tienen plataformas similares, y para reducir este flagelo habría que replantearse la política del secreto bancario que hoy día tiene impactos mundiales.

‘Esta siendo utilizado para una cantidad de abusos y financiar una cantidad de flujos ilegales que con el secreto bancario son difíciles de detectar', afirma.

Critica, por otra parte, aquel mito de que las investigaciones contra el sistema financiero crean crisis mundiales. Es al revés, dice, ‘el sistema financiero no te tolera una crisis de credibilidad, que es lo que tratan de proteger'.

Como ejemplo de lo anterior, cita la crisis de 2008 en la que en Estados Unidos se sancionó a un par de cabezas y el problema provocó que los ahorradores terminaron rescatando los bancos. ‘Se socializaron las pérdidas, el daño se ahondó, no se subsanó', describe.

Finalmente, la colombiana con residencia en Berlín, Alemania, cierra con una reflexión: ‘Cuánto tiempo tenemos celebrando la globalización de la economía, pero también crecieron las actividades de operaciones secretas. No se globalizaron ni la justicia ni el cumplimiento de la ley. Es también el tema del último beneficiario porque tienes un contraste donde no se cuenta con un sistema de justicia que pueda responder por la confianza en las transacciones en los negocios, pero tienes unas operaciones comerciales globalizadas. Una paradoja, porque el sistema no está preparado para operar donde toca'.

NO ES EL MISMO
El fiscal Claudio Macotto, del Ministerio Público de Ginebra, que investiga a un ex empleado informático de la firma Mossack Fonseca en esa jurisdicción, realiza una investigación complicada en el campo técnico, entiéndase tráfico de datos o información. Así lo dio a conocer a La Estrella de Panamá el vocero de esta oficina, quien indicó que el investigado se encuentra bajo libertad condicional, aunque las autoridades retienen su pasaporte.

Ese sospechoso, acusado por la fiscalía suiza de ‘sustracción de datos', ‘acceso no autorizado a un sistema informático' y ‘abuso de confianza', ‘no es John Doe', la persona anónima que se atribuyó la filtración de los 11 millones de documentos de Mossack Fonseca y la entregó al diario alemán Süddeutsche Zeitung .

Marina Walker, una de las investigadoras del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés), que coordinó la investigación de los ‘Papeles de Panamá', asegura que el suizo bajo investigación no es la misma persona que John Doe.

‘Es muy simplista pensar que todo se reduce a una filtración y a una persona. Si estudias el caso, te darás cuenta de que habían filtraciones de Mossack Fonseca dando vueltas antes de que un John Doe apareciera', indicó Walker.

Hoy no se sabe nada de Doe. La última noticia que el mundo conoció de él fue la publicación de un manifiesto en mayo 6 (un mes después de la divulgación de los ‘Papeles de Panamá') en el que denunciaba las desigualdades globales y señalaba al sistema financiero de impulsar una ‘esclavitud económica'.

Walker indicó que John Doe entregó la información al diario alemán encriptada y su motivación principal se basó en aspectos morales. Añadió que no conoce su paradero, y desconoce igualmente si la información filtrada por la fuente anónima se extrajo de la sede principal en Panamá o de alguna de las oficinas de la firma alrededor del mundo.

En Panamá, el fiscal Ricaurte González, que investiga delitos contra la propiedad intelectual, dejó el caso en pausa después de vencido el término de investigación, sin responsables, al menos hasta recibir respuesta de las consultas internacionales que hizo a través de su despacho que podrían aportar material para reabrir el caso.

Las declaraciones de Walker se dieron en el marco de la 17 Conferencia Internacional Anticorrupción, celebrada en Panamá este fin de semana. En ella, los responsables de la investigación de los ‘Papeles de Panamá' contaron cómo lograron procesar, examinar y cruzar los datos de más de once millones de documentos que se extrajeron de la firma.

NUEVE MESES DESPUÉS
Los resultados de los ‘Panama Papers'. Entre los resultados de la investigación de los ‘Panama Papers' se registra que 300 mil compañías se usaron como fachada para ocultar bienes, 6,500 personas están siendo investigadas alrededor del mundo a través de 150 investigaciones en distintos países. Al momento de revelar la información en la que participaron 400 periodistas, un igual número de empresas perdieron más de $135 millones.

Estas cifras fueron mencionadas por los periodistas que lideraron la investigación y que contaron al público que asistió a la 17 Conferencia Anticorrupción cómo se efectuó la pesquisa.
Jake Berenstein fue uno de ellos. Durante su disertación, indicó que los proveedores más grandes de empresas offshore estaban ubicados en Europa y en Estados Unidos. ‘Los paraísos fiscales más grandes están en estas dos regiones del mundo, dijo, y podría mejorar si se tomaran medidas en estas zonas'.

Los periodistas que durante un año analizaron 11.5 millones de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca consideran que el periodismo de investigación es una herramienta efectiva para ayudar a los fiscales a realizar su trabajo.

Marina Walker, una de las principales coordinadoras del trabajo, indicó que uno de los pasos vitales antes de publicar consistió en verificar los nombres de las sociedades anónimas y las propiedades que aparecían en los registros públicos y de propiedad. Además, revisaron si alguna de esas empresas o sus responsables tenían casos judiciales previos. ‘Lo que vimos es que en la información recibida habían muchos delincuentes a los que no se les hacía muchas preguntas al abrir las cuentas', indicó.

La investigación ‘Papeles de Panamá' fue una experiencia sin precedentes en el periodismo.
Frederik Obermaier recordó que la investigación inició una tarde en la casa de un periodista cuando John Doe lo contactó. Éste le preguntó si estaba interesado en datos secretos de la firma Mossack Fonseca en Panamá.

El periodista ya había revisado algunos datos de la firma panameña, pero los datos de Doe eran 2.6 terabites, algo impronunciable. Era muy difícil su procesamiento. Fue cuando el diario contactó al Consorcio de Periodistas Internacionales para compartir la base de datos y procesar la información.

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