El exdirector del Programa de Ayuda Nacional confesó que mantenía 22 cuentas bancarias. En algunas de ellas depositaba dineros que recibía como “coimas” por favores
“Te paso a Chichi. Haz lo que él te diga”. Estas eran las instrucciones que Rafael Guardia, exdirector del Programa de Ayuda Nacional (PAN), recibía vía telefónica del entonces presidente de la República Ricardo Martinell.
Según las declaraciones de Guardia, recogidas en indagatorias el jueves y viernes de la semana pasada ante la Fiscalía Primera Anticorrupción, el secretario del expresidente, Adolfo “Chichi” de Obarrrio, le indicaba, posteriormente, por chat o por teléfono, cómo proceder en la elección de los proveedores de la entidad que dirigía. Fue el propio De Obarrio quien le recomendó a Martinelli que lo contratara como director del PAN.
En ocasiones, las instrucciones eran directas: “habla con fulano, de tal empresa de los granos; él es quien manejaba prácticamente (junto) con el jefe de compras del 99 y con familiares del presidente”, explicó Guardia a la Fiscalía cuando debía de hacer compras favorecidas. Agregó que el “que proporcionaba el arroz era el hermano del presidente”. Todas las órdenes de compra tenían la rúbrica de Guardia.
Aunque, según Guardia, varias empresas participaban en el pliego de cargos, el contrato se le adjudicaba a una definida previamente.
LAS COMISIONES
Obedecer instrucciones tenía una recompensa. En ocasiones, la comisión era del 5% o del 10% del valor de la compra.
El dinero de la “coima” le llegaba a través de mensajeros y se le entregaba en estacionamientos o en otros sitios que consideraran seguros. En ocasiones, el pago era en efectivo; en otras, en cheques de gerencia de bancos locales, emitidos a nombre de alguna de las sociedades creadas con este propósito.
En muchas oportunidades envió a su hijo a retirar los dineros, aunque a éste lo excluye de culpa. Después, él mismo lo dividía entre sus allegados, quienes lo ayudaban a agilizar los proyectos.
El exdirector depositaba el dinero en cuentas bancarias a nombre de las sociedades anónimas Inversiones Aline, Musachi, Kalua, Lora, Grupo Piompino, Jarl y Fundación Rasil.
Guardia explicó que los representantes legales de las sociedades anónimas, quienes estaban encargados de firmar los documentos relacionados, no tenían idea de la funcionalidad de las mismas. A ellos, admite, les pagó $150 por aparecer en la sociedad. “Les pedía que me firmaran y les daba el cheque en blanco o el depósito, ya que eran los firmantes”, dijo.
GRANOS DEL MEDUCA
Las órdenes venían de “arriba”, dijo Guardia. “Los granos (comprados para) el Meduca jamás se separaron por órdenes de compra, se hicieron por contrato, por cuantía”, señaló.
Por ejemplo, a Hialing corporation, empresa encargada de suplir granos al programa del Ministerio de Educación (Meduca) se le adjudicó un contrato por $4.5 millones. Este contrato, según Guardia, fue hecho por órdenes precisas de Chichi de Obarrio.
En reiteradas ocasiones, mientras era indagado, Guardia dijo no recordar datos específicos. Por ejemplo, no recordó los nombres de empresarios o dignatarios de ciertas sociedades proveedoras, solicitados por la fiscalía. En cambio, en otras ocasiones sí los detalló.
Según las declaraciones, en el PAN existía un Consejo Directivo que debía aprobar o rechazar las contrataciones por encima de $300 mil. El consejo estaba formado por la ministra de Educación, Lucy Molinar; por el ministro de Desarrollo Social, Guillermo Ferrufino; por el ministro Obras Públicas, Jaime Ford, y por el de la Presidencia, Roberto Henríquez (presidente del Consejo), además de dos diputados, Carlos Afú y Dana Castañeda.
Pero, de acuerdo con Guardia, solo en tres ocasiones se vieron las caras. La gran mayoría de las veces, los acuerdos se hacían vía electrónica.
AL DOBLE DEL MERCADO
El arroz y los granos se compraban en $80 el saco, el doble del precio referencia del mercado. Al empresario Roberto Pérez, de origen cubano, se le adjudicaron varias órdenes de compra de arroz. Guardia aceptó que él mismo eligió a estos suplidores.
Según la versión del ex director del PAN, cuando requirió de un proveedor de arroz, le preguntó a Pérez si él podía encargarse de suplirlo, a lo que él accedió. Guardia acepta que no realizó inspección alguna a las empresas de Pérez.
OPERACIÓN SOSPECHOSA
La Unidad de Análisis Financiero detectó operaciones sospechosas en las cuentas de Guardia, a lo que él indicó que algunas sociedades habían sido creadas antes de que él fuera funcionario público. Pero no titubeó al reconocer que las nuevas tenían el único propósito de servir como receptoras de las comisiones que recibía.
La Fiscalía detectó que Guardia mantenía cuentas de plazo fijo, corrientes y de ahorro en diferentes bancos: nueve cuentas en Unibank; once en Banesco; cuatro en Global Bank; siete en la Caja de Ahorros; una en Banistmo; otra en Banco Fichosa.
PROPIEDADES
Tal vez, el exfuncionario nunca imaginó llegar a poseer tantos bienes. Reconoce como propias más de una docena de propiedades. Algunas, acepta, las compró con el dinero de las coimas: la casa de Costa Serena, en Costa del Este; los apartamentos 28 y 28D del edificio Rivage Tower, propiedades cuya reversión al Estado autorizó al Registro Público.
Guardia es propietario, igualmente, del apartamento 47 A, del P.H. Sevilla, en Costa del Este; un apartamento en el Residencial Parque del Este, donde vive su madre; un piso en el P.H. Luxor; tiene un lote en Cerro Azúl desde hace 25 años; el apartamento 7B del edificio Mediterrane; uno más en Las Olas de San Carlos; otro en Ocean Drive, en Punta Pacífica, también producto de coimas; el apartamento 17B en Keops Tower; el 9B del condominio P.H. Doral; una propiedad en el edifico Onix, del Cangrejo, que alquiló pero que afirma no es de su propiedad; en Condado del Rey tiene la casa de su primera esposa.
Guardia dijo ser el dueño del vehículo Porshe Cayenne a nombre de Maria Marín. La Toyota Prado es de su hija y agregó que está hipotecada.
La propiedad del famoso yate Bombastic la comparte en sociedad con Roberto Pérez y Abraham Williams. “Cada uno puso su dinero; yo di $50 mil, así como los demás socios”, dijo Guardia se dice un empresario diversificado. Tiene piqueras de buses, alquila oficinas, chivas parranderas y tiene una galera ubicada en Santa Elena, que alquila por $4,500 mensuales.
La Fiscalía detectó 3 transacciones al extranjero por “elevadas sumas de dinero”. En cuanto a esto, Guardia asegura que alguien lo “transó”, porque una vez efectuada la transacción, no da con el dinero. Pidió a la Fisalía recuperarlo. También se le cuestiona un contrato por la compra de una casa en Camino de Cruces, entre Inmobiliaria P&P y la sociedad Musashi Investments, por $1.4 millones, de la cual afirma tener conocimiento.
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