Préstamo del BID será en dos desembolsos de $150 millones

Ultiman detalles del reglamento a rubricar entre el Banco Interamericano de Desarrollo y la república de Panamá. El gobierno analiza la tasa de interés, e identifica los bancos locales y cooperativas que harán los préstamos

Los fondos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que consisten en $300 millones para destinar a préstamos para la micro y pequeña empresa, así como al sector agropecuario, se desembolsarán en dos partes. Una primera de $150 millones, que está por concretarse en la próximas semanas, y la segunda parte de la misma cantidad a mediados de 2021.

Ante la situación económica que vive el país, el gobierno central está dispuesto a adelantar los fondos al Banco Nacional, y reponerlos una vez que ingrese el dinero de la entidad crediticia.

El gerente del Banco Nacional, Javier Carrizo, explicó a La Estrella de Panamá, que el reglamento del préstamo, que firma el Ministerio de Economía y Finanzas en representación de la República de Panamá, estipula las condiciones antes descritas. Por su parte, el Banco Nacional, a través de un fideicomiso, actuará como banca de segundo piso obedeciendo el reglamento que especifica que el dinero debe ser para bancos y financieras locales con calificación BB +. "Eso nos limita el universo, hay 14 bancos locales y además se han identificado 15 cooperativas" que pueden actuar como parte de la red de préstamos, manifestó Carrizo.

La letra menuda de estos préstamos aún está por definirse, por ejemplo, la tasa de interés. Como tope se analiza un 6%, no obstante, "estamos tratando de hacer la tasa más baja", añadió.

En el país hay registradas más de 70 mil micro empresas, lo que añade una gran incógnita de qué tan abarcador podrá ser dicho préstamo tomando en cuenta que el tope máximo de préstamo para una empresa es de $150 mil.

"No se quiere lucrar con esto, así que buscaremos una tasa cómoda" para reactivar aunque sea un porcentaje de la micro empresas, que emplean a más del 97% de la fuerza laboral del país.

Hay demasiada expectativa alrededor del préstamo y por la cantidad es posible que el monto se quede en una muela ante las gran necesidad de liquidez que afecta a los negocios por los efectos de la pandemia.

"El Banco Nacional no puede hacerlo solo, estamos haciendo una regla para que los bancos hagan un esfuerzo patriótico. Serían $7 millones por banco, hay que buscar diferentes instituciones que estén dispuestos a prestar a bajos intereses". Lo que conlleva un nuevo reto ya que no todos los bancos están dispuestos a lucrar poco y arriesgar mucho, así que la idea del BN es que se proponga un incentivo de una tasa baja y un plazo de gracia, que los préstamos a los bancos sean a 10 años para que presten a bajas tasas.

LÍNEA DUAL
Aunado a esto, el Fondo Monetario Internacional aprobó una solicitud financiera de Panamá por $515 millones para satisfacer las necesidades urgentes de la balanza de pagos derivadas del estallido de la pandemia COVID-19. Se trata de un fondo de liquidez para asistir en la eventualidad que existan necesidades transitorias de liquidez”, indicó previamente a La Estrella de Panamá, Amauri Castillo, superintendente de Bancos de Panamá.

Con la misma tónica, el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA, por sus siglas en inglés), un ente del Banco Mundial (BM), negocia directamente con el BN una línea de $500 millones más. La totalidad de este fondo, $1000 millones, se trabajarán en un fideicomiso entre el MEF, la Superintendencia de Bancos y el Banco Nacional.

Esto también, a través de un fideicomiso con el MEF, se pretende convertir al BN en prestamista de último recurso. Esto quiere decir, que el monto inicial que se consideró para tener una línea de liquidez para el sistema bancario de último recurso que suma mil millones pueda emplearse también para préstamos bancarios.

La idea era hacer una línea de la Súper de bancos, que indique si los niveles de liquidez bajan, entonces dar la autorización para que cualquier banco jale contra esa facilidad por 6 meses. Es una línea estrictamente de liquidez. Sin embargo, Carrizo avanzó que el jueves pasado sostuvo una conversación con los representantes del MEF en la que analizaron que de mantenerse la totalidad de la línea, no tendrá el uso requerido y "los bancos no van a jalar pensando que si jalan de la línea se va a pensar que tienen un problema. Entonces no sería práctico tenerlo solo para ese propósito".

Extraoficialmente se planea "convertir la línea y darle un uso dual, para que también sea de estímulo crediticio para que los bancos que necesiten liquidez para inyectar en préstamos destinados a la reactivación económica del país lo puedan hacer", adelantó Carrizo.

Empezar con $500 millones y "si la línea de liquidez no se está utilizando convertirla a capital de trabajo para que la banca se anime a prestar en la reactivación económica", destacó el gerente.

Como una idea inicial, se pretende dejar además un 30% de colchón de liquidez de emergencia y el 70% para capital de trabajo, pero aún se trata de conversaciones exploratorias que buscan dar mejor rendimiento al dinero. Los bancos tienen liquidez, pero están aprehensivos por la incertidumbre que hay en los mercados.

Por otra parte, sobre la ley 287 recién aprobada en la Asamblea Nacional, que extiende la moratoria bancaria hasta diciembre del presente año, Carrizo indicó que eso ya se tenía contemplado en la plaza bancaria como un acuerdo con el Ejecutivo en el que se pueda beneficiar a afectados por Covid-19. Pero, alertó sobre la injerencia de ese órgano del Estado en la banca: "El sector es la solución, no puedes insultar a la banca diciéndole que son unos mentirosos y pretender que todo siga igual. Los políticos deben dejar la política a un lado y pretender que la banca haga su labor", enfatizó.

DESGLOSE DEL FIDEICOMISO DE LA CSS
El BN guarda un fideicomiso de $1,300 millones de la Caja de Seguro Social, que en los últimos meses enfrenta un déficit de liquidez debido a las bajas recaudaciones a causa de la pandemia. La Junta Directiva de la entidad ha considerado un abanico de propuestas para solventar el problema de liquidez en el programa de Invalidez, Vejez y Muerte entre las que se encuentran utilizar los fondos del fideicomiso depositados en el BN.

En ese respecto, Carrizo explicó que un 20% de esa plata ($300 millones aproximadamente) se encuentran líquidos, pero liquidable habrá otro 30%. Otros $500 millones están colocados en bancos de la localidad con vencimiento en 2022 y 2023 que no se puede usar. Nadie pensó que esta situación iba a causar este efecto, en otras palabras "no le puedes decir a los bancos cancélame el depósito y dame la plata porque la ley te lo prohíbe", puntualizó.

El resto, $500 millones más, están colocados en bonos corporativos de buena calidad, una porción que es en bonos globales de la república de Panamá que es muy buena y bonos corporativos de Estados Unidos que pudieran hacerse viables en cuatro o cinco días.

He notado que hay una confusión tremenda sobre el fideicomiso, describió el gerente. Nació con la ley 51 de 2005 cuando se determinó que habría una brecha en el IVM y el Estado se comprometió a aportar anualmente, cantidad que empezó con $75 millones al año y a partir de 2013 el aporte anual del Estado al fideicomiso es de $140 millones, y está al día. Esos $140 millones no parecen ser suficientes.

La cifra que ha otorgado la CSS de sus actuarios internos es que el déficit; del IVM del año pasado totalizó $249 millones y en 2018 fue de $48 millones. Este año, por el efecto Covid-19 seguramente superará las cifras anteriores con creces.

Ahora bien, para acceder al fideicomiso es necesario que el BN reciba de la Junta Técnica Actuarial los estados financieros auditados, y hasta la fecha esto aún no ha ocurrido porque se está a la espera de que la Contraloría realice las auditorías correspondientes. Información extraoficial indica que la Contraloría ya avanzó con el año 2018 y aún examina si el déficit del año pasado corresponde a la cantidad presentada por la Junta Técnica Actuarial.

"Hay que tener cuidado en el sentido de que el IVM tiene sus propios activos, no tiene mucha liquidez, solo le quedan $89 millones en efectivo y otros $200 millones que se vencen en los próximos meses, y otros $1700 millones en bonos. Hay toda esta discusión que no se quieren vender los bonos, ¿pero para qué son las reservas?", describió Carrizo.

Hay algunas posiciones que opinan que los $500 millones en bonos si se vendieran hoy generarían una utilidad de arriba del 16%, lo que dejaría una utilidad de $80 millones, y pero después será necesario reestructurar el modelo del Seguro Social para recaudar fondos nuevamente. "Una vez que la CSS tenga la posición adecuada, el gobierno puede volver a emitir bonos", mencionó a título personal Carrizo. "Ahora está el mejor nivel en la historia la ganancia en los bonos de renta fija porque las tasas están muy bajas, cuando las suban esto va cambiar", concluyó.

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