¿Martinelli manipuló las acciones de Petaquilla Minerals Ltd?

5 días antes del anuncio del Gobierno panameño dando luz verde a la exportación de oro, más de 18 millones de acciones se transaron, en dos días, en la Bolsa de Valores de Toronto

El viernes 13 de noviembre de 2009, las acciones de Petaquilla Minerals Ltd (PTQMF) registraron un movimiento muy por encima del comportamiento que habían tenido los meses anteriores.

Diez millones de acciones se negociaron sin aparente motivación que justificara públicamente el abultado movimiento. Los anuncios públicos que había efectuado la empresa en fechas anteriores no habían producido un impacto tan desmedido en las transacciones de acciones como sucedió aquel viernes.

El lunes 16 de noviembre continuó la vorágine. Más de ocho millones de acciones de PTQMF se transaban en la Bolsa de Toronto (TSE). El precio de cada acción en esas dos ocasiones fue de 25 y 21 centavos, respectivamente.

¿Qué impulsó a los inversionistas a adquirir acciones de PTQMF como para que se registrara este movimiento?

Solo algunas personas estaban enteradas de un acontecimiento específico que podría retribuir favorablemente en sus movimientos accionarios. Un círculo cercano, incluyendo al presidente Ricardo Martinelli, conocía que en pocos días Petaquilla Minerals Ltd. estaría a punto de anunciar que el Gobierno panameño daba luz verde a la minera para exportar oro.

Como éste, otros ejemplos similares pudieron haber ocurrido cada vez que la empresa emitiera un comunicado de impacto.

Dos hechos fundamentales duplicaron el precio de las acciones en tan solo dos días: El 18 de noviembre, Petaquilla Minerals Ltd. anunció públicamente que el Gobierno panameño había concedido el permiso de exportar el mineral dorado. El aviso ocurría antes de que lo firmara el
Gobierno panameño, que lo formalizó hasta un mes más tarde.

El otro suceso había sido la notificación al público de los nuevos integrantes de la junta directiva que sustituían a quienes renunciaron en pleno, a inicio de ese mes.

Una serie de condiciones impuestas por el Ejecutivo en la composición de la junta directiva estaban de por medio.

Richard Fifer, el único directivo que se mantuvo en el cargo, se encargó de proponer reemplazos. Pero, tal vez, esta decisión no la tomó en solitario.

La nueva directiva de Petaquilla Minerals Ltd. la integraron, desde el 16 noviembre de 2009: Joao Manuel como CEO (Chief Executive Officer), Richard Fifer (presidente no Ejecutivo), Raúl Ferrer, David Kaplan, David Levy y Daniel Small como miembros del directorio (los dos últimos relacionados al prestamista Platinum Partners, a quien la minera adeudaba $40 millones). Todos ellos fueron confirmados en sus cargos en la Asamblea General de Accionistas celebrada un mes después en Vancouver, Canadá.

Mientras, en la subsidiaria de Panamá, Petaquilla Gold, el 16 de noviembre la composición de la representación legal de la empresa quedó así: Joao Manuel y Rodrigo Esquivel como presidentes y directores, y Lydia Jaen —cuya función explicaremos en otra entrega periodística— como directora de la empresa.

POLÉMICA DESIGNACIÓN
Raúl Ferrer es un hombre de 40 años amigo del expresidente Martinelli que había ocupado otros cargos como directivo a petición de él —en el desarrollo de Panamá Pacífico—. También es miembro del partido Cambio Democrático, entonces el colectivo oficialista. “Nunca fui activista”, enfatiza.

Niega rotundamente que su designación en Petaquilla Minerals Ltd. responda a los intereses de Ricardo Martinelli. Alega que es accionista de la compañía desde el 2006.
Su ingreso a la directiva, asevera, se debió al cúmulo de accionistas que él representaba.

“Esta nueva sangre en la directiva era un aire para Fifer que vendió la idea a Platinum, y éstos dieron un periodo adicional para el pago del préstamo”, describe Ferrer.
—¿Por qué Martinelli habla de usted?, preguntó La Estrella de Panamá.
—Él me conoce a mí, es verdad, pero él no me nombró en Petaquilla Minerals Ltd. El Gobierno no nombra directivos. Para ser directivo tú tienes que ser aprobado por la junta anual de accionistas. Si no se cumple un mínimo de mayoría, no se forma la nómina— dice.

LAS COMPRAS DE FINANCIAL PACIFIC
Sin embargo, en la casa de valores Financial Pacific una de sus oficiales a la que le encargaban comprar acciones de PTQMF escuchaba a los directivos, West Valdés e Iván Clare, hablar de Raúl Ferrer de otra forma.

Mayte Pellegrini atendía las conversaciones entre ellos.
“Valdés -recuerda Pellegrini- dijo: ‘Hablé con el ‘Presi’, vamos a hacer algo con Petaquilla porque el ‘Presi’ tiene alguien ahí adentro que le pasa la info. Raúl Ferrer era allegado a Martinelli”, afirma Pellegrini.

“En el 2009, el único que compró acciones de Petaquilla fue High Spirit, una cuenta vinculada al entonces presidente, la orden llegaba a través de los directivos de la casa de valores”, reitera Pellegrini.

“Yo no sé quién compraba y quién vendía. Cualquiera puede hacer esto, es incontrolable. Yo no te puedo decir a ciencia cierta si Martinelli compró o no acciones de Petaquilla. Lo que sí estoy 99 por ciento seguro es que si compró acciones, perdió su plata”, asegura Ferrer.

Sin embargo, entre 2010-2011 en Financial Pacific fluyeron múltiples órdenes de compra de acciones de la minera, según datos de Pellegrini.

En febrero de 2011, la acción tocó los laureles, se cotizó en $1.30. El valor más alto registrado desde noviembre de 2009 hasta que la empresa cerró sus puertas en el 2014. La fiebre por las compras coincidió con el precio récord del oro en $1,900 la onza. Quien compró acciones en 25 centavos y las guardó multiplicó su inversión siete veces.

Lo que en cierta forma pone en duda la tesis de Ferrer. En cambio, quien decidió apostar cuando la acción tocaba sus picos altos y guardó sus acciones con la esperanza de una escalada a la alza, perdió todo su dinero.

Según Pellegrini, “en Financial Pacific empezaron a comprar acciones de Petaquilla en la cuenta de Clare Blue Managment, y de Valdés Antwerpen. Otra revelación es que de “la cuenta de Diego Arango, entonces cónsul de Panamá en Alemania, se registraron en distintas fechas (entre 2010-2011) constantes transferencias de dinero a Financial Pacific que promediaban los $10 mil por transacción destinadas a la compra de acciones de Petaquilla”, apunta Pellegrini.

Según el relato de Pellegrini, podría recibir, al día, aproximadamente 50 tickets (órdenes compra y/o venta). Cada ticket correspondía a una transacción independiente con una cantidad específica que podía oscilar desde una hasta 2,500 acciones.

“Había otras órdenes de Petaquilla que no pasaban por mis manos y se recurría directamente al trader o corredor”, asevera la oficial. Las que eran ejecutadas por Pellegrini debían “postearse” en el sistema que podían verificar los clientes. Existían otras compras, no obstante, que se hacían “vía directa con el custodio, a través de Sergio Barrios, el trader de Financial Pacific” dice. “Todas las transacciones que se realizaban a través de Saxo Bank no necesariamente pasaban por mis manos”, aclara Pellegrini.

Finalmente, en diciembre de 2013, cuando el precio del oro bajó a $1,200 la onza, la empresa cesó operaciones alegando falta de liquidez. De ese año en adelante se desplomó la acción. La paralización actual de la empresa, al borde de la quiebra, la valora en 1 centavo.

¿VÍCTIMAS O CÁNDIDOS?
Rodrigo Esquivel, exrepresentante legal de Petaquilla Gold, es militante del partido panameñista. En aquel momento, 2009, contaba con muy buenas conexiones en el gobierno que mantenía una alianza entre partido Panameñista y Cambio Democrático.

Esquivel conocía a Fifer al menos diez años antes de ser nombrado en la subsidiaria de Panamá, con un sueldo anual de $225. El abogado le creó más de una docena de sociedades anónimas al geólogo. Le conocía sus andanzas. También sabía del desgreño administrativo que existía en la empresa en el 2009. Aún así, aceptó el reto de ser parte de la directiva.

“Ahora tanto Ferrer como Esquivel descargan la culpa de la situación ilíquida de la compañía en Fifer. Sin embargo, ellos siempre supieron las irregularidades administrativas que ocurrían ahí. Solo ahora, cuando explota la crisis de Petaquilla, muestran su desacuerdo. Alegan que desconocían de los desgreños cuando en la empresa se conocía la situación a todos los niveles. Actúan como cándidos e inocentes, cosa que no lo son”, describe una fuente vinculada a la empresa.

La primera semana de enero de 2010, la empresa comenzó a exportar lingotes de oro. En tres años extrajo más de 300 mil onzas.

En julio de 2014, el partido Cambio Democrático perdió las elecciones generales. Hoy los exdirectivos Rodrigo Esquivel y Raúl Ferrer culpan a Fifer de la situación caótica de la empresa.

En una de las conversaciones que formaron parte de esta serie de reportajes, uno de los entrevistados comentó: “Es muy cómodo limpiarse con Fifer cuando en el tiempo de las bonanzas Ferrer y Esquivel se beneficiaron con la empresa. ¿Por qué no renunciaron cuando fracasó el proyecto de Iberia en España? Después lo acusaron de haber enviado la plata de la compañía a Europa, pero no presentaron ante las autoridades administrativas de la empresa y reguladores de la Bolsa de Valores de Canadá todas estas anomalías. ¿Por qué?”, se preguntó esta persona.

Finalmente, el tema de Petaquilla no se resume en Fifer, o en Ferrer, Esquivel o Martinelli. Representa el fracaso de la región de Donoso y de Coclé; es el descalabro de todas las familias que quedaron sin trabajo; es el sabor amargo del metal que dejó al país la experiencia minera; es el cianuro que sirvió para recuperar miles de onzas del mejor oro de la tierra en el menor tiempo sin medir las consecuencias, sin contemplar un plan de vida del proyecto, como si se tratara de un carterista con el brazo más largo del mundo.

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