Dreamliners; las alas que no acaban de despegar

“La nueva tecnología tiene que comprar su pasaje a bordo de los aviones”. Esta es la frase estelar de la fabricante Boeing, que en otras palabras significa que la tecnología debe estar a la par de la seguridad aérea.

En noviembre 2012, tuve la oportunidad de entrevistar a Van Rex Gallard, vicepresidente de ventas para Latinoamérica, El Caribe y África de Boeing. En aquel momento Gallard mencionó que antes de sacar un avión a vuelo se prueba mil veces, “pruebas, pruebas y miles de horas en eso” expresó Gallard.

Hoy esa frase puede ponerse en duda después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos FAA ordenara suspender los vuelos de la moderna nave.

El problema se centra en la batería de iones de litio ubicada en la sección Auxiliar Power Unit, (APU), sección que brinda al avión energía mientras se mantiene en tierra, una vez se encienden los motores este suministro de energía se apaga hasta aterrizar nuevamente.

Algunos conocedores consideran que es posible que las baterías de iones de litio estén mal diseñadas y quizás haya algún tipo de problema eléctrico que provoca el sobrecalentamiento. Normalmente las baterías de este tipo se mantienen a una temperatura de 35 grados, en caso de ocurrir una anomalía se dispara una alarma que alerta al piloto del sobrecalentamiento, si esto ocurriese la batería de repuesto se activa. Los expertos también especulan que el problema podría responder también a un problema de diseño con uno de los componentes, queda la duda de cómo está conectada la batería. Otra posibilidad es que los generadores recarguen la batería y en este caso, según los conocedores podría causar un problema en el vuelo.

Pero la batería no es lo único que ha retrasado el vuelo del Dreamliner, antes se detectó pérdida de combustible, problemas con los frenos y una grieta en el vidrio de una cabina del piloto.

En 2007 la FAA mostró su preocupación por la instalación de este tipo de baterías por su conocido problema de sobrecalentamiento que provoca detonaciones o incendios. Mas de 4 aerolíneas tienen sus aviones, recién comprados, en tierra. Fueron obligados a detener sus vuelos por razones de seguridad. Esto equivale a 50 aviones, aunado a la suspensión en la entrega de nuevas naves por parte del fabricante hasta poder solucionar el problema con sus baterías. Cada aparato de éstos tiene un costo de 200 millones de dólares.

Para llegar a estos números fue necesario un proceso de certificación de estas aeronaves para asegurarse de que el aparato no deje nada en duda, son pruebas costosísimas. No obstante, en esta ocasión algo tuvo que haberse ausentado en estos exámenes como para mantener la flota completa en tierra.

La familia de 787 tiene dos aviones y es posible que haya un tercero, aunque ahora con un posible retraso en su aparición en el mercado por razones obvias.

El 787 alberga a 247 pasajeros, el 787 /9 puede transportar casi 300 pasajeros y el que se esta proponiendo pero aún no sale al mercado, 787 /10 tendrá capacidad para 350 viajeros. En realidad no es el tamaño lo que lo hace distinto, sino la tecnología, misma que a pesar de su avanzada no ha podido surcar los aires de acuerdo a lo planeado.

Latinoamérica es el primer mundo en este momento de la aviación, un cliente que alberga los nuevos aviones 787 están en esta región antes que en otras partes del mundo, según nos comunicó Gallard en nuestra entrevista.

¿Qué hace una aerolínea que proyectó sus ingresos y vuelos con los Dreamliners? La gran pregunta. Lo primero es perder plata.

Por lo general, si una aerolínea detecta un problema en cualquier nave procede a reportarlo al fabricante que de inmediato les envía una lista de pasos a seguir para remediar el daño lo antes posible. En otras ocasiones el fabricante, según el caso, envía un técnico para ayudar a la aerolínea a restablecer el vuelo o para reparar el daño lo antes posible.

Mientras tanto el avión esta en tierra, y las aerolíneas cuentan las pérdidas. De prolongarse este estatus, es posible que algunas tomen la decisión en el futuro de no comprar al fabricante mas aviones de esta clase. Los mas pesimistas consideran que la preferencia de las aerolíneas puede causar graves problemas financieros para Boeing, que ha invertido miles de millones de dólares en la fabricación del Dreamliner. Otras compañías aéreas ya han decidido cancelar sus pedidos a Boeing.

Pero no todo va en picada, a pesar de que sus aviones están en el suelo, las acciones en la bolsa no lo están, por ahora. Desde que la FAA ordenó suspender los vuelos, la acción cotizaba en 77.41 dólares (enero 8 2013), diez días después se sitúa solo dos dólares debajo de esta cifra. Los inversionistas parecen estar seguros de que Boeing, siendo la empresa de mayor venta de naves en el mundo, retomará el vuelo pronto y que este tipo de “ajustes” parecen ser una bolsa de aire que tambalea a la empresa pero no hasta el punto de aterrizarla por completo.

Las proyecciones de demanda de aviación a nivel mundial, antes de que se detectara esta situación en los Dreamliners, estimaba que Boeing tendría un ingreso aproximado para los próximos 20 años de mas de 1,500 millones de dólares.

1 comentario

  1. Sin dominar parte de lo que es la Ingeniería Aeronáutica si me inclino a pensar de que el campo magnético provocado por las explosiones solares que coinciden con el tiempo en que se detectaron las anomalías en las naves aéreas merecen meterlas en la ecuación del ¿PORQUE?.... Agregar este ingrediente a la investigación considero deben encontrarse interesantes vínculos para analizar. Soy de opinión de que el ser humano se está preocupando mucho más en hacer dinero que estudiar científicamente los agravantes de los diferentes factores que inciden. Algo similar está sucediendo con las Obras Civiles, de que el DINERO es prioritario a la calidad del producto final, que se supone debe ser el "SER HUMANO" y su seguridad. Interesantes consideraciones y aportes para mantener inquieta la mente y la razón de ser de los fenómenos fisicos que afectan el ambiente en el cual vivimos. Una respetuosa inquietud que aporto a las reflexiones ya que considero que la mayoría de los seres humanos están poniendo el dinero primero y la seguridad y calidad de vida como secundario. Respetuosamente, Ing. Humberto E. Reynolds de Unamuno

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