Estas visitas reflejan una estrategia del gobierno estadounidense para reforzar sus vínculos diplomáticos con países aliados, en un contexto donde el Canal de Panamá adquiere un valor geopolítico cada vez más relevante.
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se convirtió en la tercera figura de alto perfil del gobierno de Donald Trump en visitar Panamá en lo que va del año.
Su llegada estuvo antecedida por la del secretario de Estado, Marco Rubio, en febrero; el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en abril; y el administrador de la NASA, Bill Nelson, a mediados de enero.
Estas visitas reflejan una estrategia del gobierno estadounidense para reforzar sus vínculos diplomáticos con países aliados, en un contexto donde el Canal de Panamá adquiere un valor geopolítico cada vez más relevante. De hecho, el canal fue mencionado explícitamente en las publicaciones oficiales de la diplomática estadounidense, en un momento marcado por tensiones internacionales y negociaciones de alto nivel como el cese al fuego entre Israel, Estados Unidos e Irán.
La visita de Hegseth por ejemplo, se marcó por la firma del Memorando de Entendimiento firmado el 9 de abril por ambas partes que permite la presencia rotativa, no permanente de personal militar, en las bases del Servicio Nacional Aeronaval y el paso “libre” y expedito de la armada norteamericana por el Canal de Panamá. El paso “libre” ha causado polémica en la comunidad panameña ante quienes argumentan una posible violación al Tratado de Neutralidad que reviste la vía interoceánica.
La visita de Hegseth por ejemplo, se marcó por la firma del Memorando de Entendimiento firmado el 9 de abril.
Noem, una figura confiable dentro del ala conservadora del Partido Repúblicano de incondicional apoyo al presidente Donald Trump está interesada en reforzar el intercambio de información entre ambos países en materia migratoria para lo cual anunció un financiamiento adicional de $7 millones adicionales para los vuelos de repatriación, en el marco del Memorando de Entendimiento suscrito entre ambas naciones dirigida a individuos que ingresaron al Norte por la frontera colombo panameña a través del tapón del Darién en busca del sueño americano, lo que posiciona al Istmo como un gran aliado de los estadounidenses.
“Panamá ha sido un aliado regional clave, contribuyendo a la drástica disminución de la inmigración ilegal a través del Tapón del Darién, participando en el Programa de Asistencia para la Repatriación y sirviendo de modelo para la Alianza para el Intercambio de Datos Biométricos”, posteó en X.
Como muestra de la cooperación binacional, Noem presenció cómo partía de Panamá el vuelo número 53 de repatriación con destino a Medellín, Colombia.
Sin olvidar un tema que ha causado intensos debates en la comunidad panameña por los términos empleados, el paso de buques de guerra por el Canal de forma expedita y libre: “Ahora, para fortalecer aún más nuestra alianza es esencial que los buques de guerra y buques auxiliares estadounidenses pasen libremente por el Canal de Panamá”, añade el post.
Como muestra de la cooperación binacional, Noem presenció cómo partía de Panamá el vuelo número 53 de repatriación con destino a Medellín, Colombia, que enmarca el Memorando de Entendimiento suscrito el 1 de julio de 2024 entre ambas naciones. La diplomática, quien arribó al Istmo este martes como parte de su primera gira por Centroamérica, partió en horas de la tarde para continuar su trayecto a Costa Rica, Guatemala y Honduras.
Con este vuelo Panamá ha deportado a 3,246 personas bajo el marco binacional y expulsadas del territorio istmeño. En este caso se trataba de nacionales colombianos, pero lo ha hecho con ciudadanos de diferentes partes del mundo cuyo sueño americano se vio truncado el pasado 20 de enero, cuando el presidente Donald Trump impuso nuevas reglas migratorias mucho más rígidas en su país alegando la seguridad fronteriza.
Con este vuelo Panamá ha deportado a 3,246 personas bajo el marco binacional y expulsadas del territorio istmeño.
La secretaria de seguridad arribó al Palacio de las Garzas a las 8:30 de la mañana donde se reunió con el presidente panameño José Raúl Mulino, el canciller Javier Martínez Acha y el ministro de Seguridad Frank Ábrego.
La agenda oficial se centró en los asuntos típicos que acaparan este tipo de conversaciones: migratorios, seguridad, tráfico de drogas y la cooperación binacional para ampliar el registro biométrico que ya realiza Panamá a migrantes indocumentados. Noem calificó el acuerdo migratorio con Panamá como “increiblemente importante”, un ejemplo para otros países mencionando los vuelos de deportación que parten del Istmo.
Mulino, por su parte, sostuvo que es el interés de Panamá cooperar con Estados Unidos en temas de seguridad e inteligencia para enfrentar el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo internacional.
Los equipos estudiaron alternativas para hacer más expeditos los vuelos de repatriación de migrantes hacia sus respectivos países, con énfasis en Venezuela, cuyos nacionales componen el 94% de los migrantes irregulares que no pudieron entrar a Estados Unidos, y que han llegado a Panamá en flujo Norte-Sur.
Se planteó la posibilidad de que Estados Unidos colabore con Panamá con tecnología y acceso a sus bases de datos para mejorar la seguridad en los aeropuertos, con el fin de detectar a personas buscadas por crímenes.
Panamá y Estados Unidos conversaron de futuros acuerdos con agencias norteamericanas como la Transportation Security Administration (TSA) “aquí en Panamá, para compartir información de quién está volando, o con la patrulla de fronteras, aduanas para garantizar el escaneo de los contenedores de embaque”, pronunció Noem en breves declaraciones antes de partir de Panamá. Entre otros asuntos, Estados Unidos se mostró interesados en detener los ciberdelitos mediante el Auditor Certificado de Sistemas de Información (CISA por sus siglas en inglés) para contrarrestar “a esos malos actores y ayudar a los países a endurecer sus sistemas para que no seamos vulnerables a que nuestras infraestructuras sean dañadas o controladas por malos actores o países”, acotó la diplomática estadounidense.
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