El Ministerio de Seguridad reveló que hasta el viernes 29 de diciembre se incautaron 117 toneladas de droga, lo que representa nueve toneladas menos que el año pasado. El año también cierra con 501 homicidios dolosos, en gran medida asociados a ajustes de cuentas y control de territorio por las pandillas encargadas de mover la droga
Hasta el 29 de diciembre el Ministerio de Seguridad indicó a La Estrella de Panamá que logró la incautación de 117 mil kilos de droga. De estos, hasta el 15 de diciembre se distribuían de la siguiente forma: 77 mil kilos correspondían a cocaína, 34 mil a mariguana, 88 a pasta base de cocaína y 687 kilos ‘por determinar’. Datos que muestran una leve disminución en las incautaciones en comparación al año pasado cuando totalizaron 138 toneladas de droga y un año antes 128 toneladas, considerada entonces como un número récord.
El 25% de este monto se decomisó en la provincia de Panamá, 21 % en Colón, principalmente en la modalidad de lanchas rápidas conocidas como ‘go fast’ y contenedores en los puertos de la provincia, mientras que un 15 % se incautó en la provincia de Los Santos ubicada en el Pacífico istmeño. Los datos concluyen que el Pacífico resulta la ruta con mayor número de incautaciones de droga provenientes de Colombia, el país de mayor producción de la sustancia ilícita dirigida principalmente al mercado estadounidense. Los carteles colombianos han optado también por la ruta hacia Costa Rica, “que este año las autoridades incautaron 50 toneladas pero registraron 900 homicidios dolosos”, según indicó una fuente del Ministerio de Seguridad.
La provincia de Colón, ubicada en el Atlántico, es la boca de entrada de la droga proveniente de Colombia, área operada por el Clan del Golfo, con presencia en zonas rurales, urbanas y suburbanas en 20 regiones del país vecino.
El movimiento de droga en Panamá está a cargo de las pandillas que con el tiempo han expandido sus ‘servicios’ a los carteles, con mayor protagonismo. Han dejado atrás la contratación para pasar a ser parte del negocio. Para ello, también han diseminado su influencia para penetrar en el tejido social y en los barrios ‘normalizando’ el delito como una forma de ganarse la vida, ante la carencia de políticas públicas estructurales. De igual forma, han logrado infiltrarse en los puertos, en instituciones clave como el Órgano Judicial, las fuerzas de seguridad o el Ministerio Público. Datos proporcionados por la Policía Nacional a La Estrella de Panamá detallan que de enero de 2017 a junio de 2022 fueron destituidas 54 unidades por posesión de drogas o nexos con el crimen organizado. Las pandillas panameñas han ‘evolucionado’ en las actividades delictivas que prestaban a los carteles. Cobran un porcentaje por kilo de droga que mueven, una tasa por derecho a desembarcar los bultos en su territorio, por almacenamiento, transporte y camuflar la mercancía en contenedores.
Los carteles mexicanos, que han ido acaparando el negocio del hemisferio a través del tiempo, no están establecidos en Panamá, más bien ponen en manos de las pandillas el trabajo, a diferencia del vecino Costa Rica, donde operan carteles mexicanos y jamaiquinos, según la fuente de seguridad consultada por este diario. En cambio, en Panamá se ve la presencia del Clan del Golfo colombiano, que se ha evidenciado en diferentes operativos antidroga en los cuales han caído varios de sus integrantes.
El narcotráfico tiene un cordón umbilical atado a los homicidios. Esto se refleja en la lucha por el control de territorio y los ajustes de cuentas, que son la principal causa de los asesinatos que se registran en Panamá, según el Ministerio de Seguridad (Minseg). Cerrando el 2023 la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes fue de 10%, lo que representó un total de 501 homicidios dolosos hasta el 29 de diciembre, según datos proporcionados por el Minseg. En 2022 se registró la misma cifra, mientras que en 2021 se contaron 550 asesinatos, según datos de la institución. Cuatro provincias registraron el mayor número de casos: Panamá, Colón, Panamá Oeste y Chiriquí y la edad de las víctimas oscila entre 18 a 24 años.
CONTENEDORES
El trasiego de droga disfrazada en carga contenerizada desde Panamá tiene como destinos más frecuentes Europa, Asia y África. Esto es posible gracias a la complicidad que logran las organizaciones criminales sobornando a los empleados del puerto, a agentes de seguridad, o infiltrando personal en la planilla del puerto que proporciona información valiosa y protección a la carga. La modalidad más conocida en los puertos panameños es la introducción de maletas negras que contienen sustancias ilícitas dentro de los contenedores que se dirigen a los mercados que interesan a los carteles. Así, por ejemplo, ubican la caja en cuestión, la ruta y destino, duplican o insertan un sello de seguridad robado y facilitan su paso con los controles de acceso.
Los puertos suelen examinar el 1% del total de los contenedores del parque portuario. Son negocios basados en el manejo de carga donde prima la eficiencia y la productividad vs el tiempo de movilización de los contenedores. El alijo más reciente que anunciaron las autoridades panameñas se ubicó este jueves 28 de diciembre en un puerto del Caribe que llevaba 435 paquetes de droga con destino a Bélgica, y el arresto de una persona. Tan solo dos días antes las autoridades informaron sobre la incautación de 600 paquetes en un puerto, esta vez del Pacífico, con destino a Suecia. Las interceptaciones de toneladas de droga desde los puertos panameños y aguas costeras dan una idea de la relevancia que tiene el Istmo en la lucha contra las drogas, y a la vez, el posicionamiento de los carteles para enviar grandes volúmenes de la sustancia a mercados de consumo en los que el kilo de cocaína puede cotizarse entre $50 mil o $60 mil.
Hasta noviembre de 2023, la Autoridad Marítima de Panamá registró un movimiento de 7.8 millones de contenedores en seis puertos panameños del litoral pacífico y atlántico. Entre las técnicas empleadas para contaminar los contenedores, conocidas a nivel mundial, se conoce el ocultamiento de la carga que consiste en cubrir los estupefacientes junto con la carga; la técnica de la estructura, que busca ocultar los estupefacientes en la estructura del contenedor; la rip on / rip off que no es más que introducir la mercancía ilícita con mercancía legal declarada o vacío y después extraerlo en el puerto de destino o transbordo, recoge la Academia Marítima de Seguridad Integral.
Según el catálogo de modalidades de narcotráfico marítimo que cita la Academia Marítima de Seguridad Integral, en 2020 el 29% de eventos de narcotráfico marítimo se registraron mediante la modalidad de contenedores. En 2021 la cifra disminuyó a 23.5% y un año después registró 23.3%. Las cifras hablan de la importancia que representa el movimiento marítimo en el trasiego de sustancias ilícitas, que además de contenedores, las organizaciones criminales se valen de escondites del buque para traficar droga, aunque no suele ser tan común.
Los carteles también emplean el territorio panameño para esconder droga que después reenvían vía marítima en lanchas rápidas, a través de puertos o vía terrestre, usualmente en autos de doble fondo. Como muestra, en septiembre el Servicio Nacional Aeronaval se hizo de 2.4 toneladas de droga que hallaron en el sector atlántico durante un patrullaje entre la maleza, momento en que observaron a 3 personas que se les dio la voz de alto, pero se dieron a la fuga. Los uniformados dieron persecución y detuvieron a dos de los tres sujetos.
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