Osvaldo Ayala: “No me imagino estar un día sin el acordeón en el pecho”

A los cinco años demostró un talento especial para la música, oprimía el teclado del acordeón de su hermano mayor y reproducía las canciones que escuchaba en la radio. Desde ese momento formó parte de su cuerpo, como una extensión de sus brazos que le permite transmitir sentimientos y vivencias a través de su particular sonido 



Osvaldo Ayala. 


Osvaldo Ayala lleva el acordeón adherido al cuerpo. Desde los cinco años sus pequeños dedos curiosearon el sonido que emitían sus teclas y de ahí en adelante pasó a ser como una extensión de sus brazos. Ahora no se imagina una vida sin el fuelle en el pecho. Su talento único, que desarrolló de oído, le permite recordar las 3 mil canciones que forman su repertorio. El acordeón es su medio para transmitir sentimientos al público y para ello cuenta con más de una docena, porque cada uno tiene una afinación diferente.

De porte sencillo, y como todo artista un poco vanidoso, el escorpión de Paritilla representa un ícono en la música típica panameña, cargo que le han dado sus años de carrera. Fue nombrado embajador Cultural de Panamá en 1995, cargo que lo ha llevado por el mundo alternando escenarios con artistas -tan famosos como él- de diferentes géneros. Dice que el gusta cantar “en plenitud de facultades”, es decir, no estar afónico o cansado, por eso trabaja dos o tres veces por semana, para no desgastar la voz o el cuerpo. El cuerpo todavía le aguanta, y la voz, dice que la tiene tan clara y entonada como hace más de 50 años, cuando empezó su carrera.

Desde que era niño empezó a tocar el acordeón...
Sí, desde los seis años. La historia es que mi padre le compró un acordeón a mi hermano mayor de regalo de Navidad y cuando entraron a la escuela, yo por ser el más chico me quedaba en casa. Entonces a los cinco años empecé a golosear el acordeón de mi hermano y fui sacando canciones infantiles.

¿Nunca tomó una clase de acordeón?
Jamás. Yo escuchaba la radio, a los maestros de aquella época, Dorindo Cárdenas, Ceferino Nieto, Yin Carrizo y aprendí todas esas canciones.

El acordeón para una persona para usted, con más de 52 años de carrera, debe ser una extensión de sus brazos...
Totalmente. El acordeón es parte de mi cuerpo, no me imagino estar un día sin el acordeón en el pecho. Es el medio por el cual podemos transmitir sentimientos, vivencias, historias, a través de su sonido. Si tocamos en notas mayores podemos expresar momentos alegres, si tocamos en menores serían momentos melancólicos, medio tristones, pero todo se hace a través del acordeón.

¿Cuántos acordeones tiene?
Tengo 17.

¿Todos los usa?
Dependiendo del espectáculo y las canciones que vamos a tocar porque todos tienen afinaciones diferentes. Los sonidos son diferentes.

¿Cuántos lleva a un concierto?
Yo llevo como cinco, con eso basta. A veces cuando hago giras internacionales me llevo muchos más porque hay que tener de todo. Es toda una logística y una mística.

¿En esta carrera, qué tan difícil es manejar su vida privada?
Siempre he tratado de mantener una gran distancia entre mi vida privada y mi vida artística. La última exige muchas cosas, mucha dedicación al proyecto musical y gracias a Dios he logrado llevar las dos cosas de una manera especial, efectiva.

El fin de semana no lo ven en casa, me imagino. 
No (risas), siempre estoy tocando por ahí.

Debe ser duro mantener una relación de pareja, ser padre y hacer conciertos...
Sí, requiere de mucho esfuerzo. Tengo dos hijas y de pequeñas muy pocas veces estaba en casa yo, siempre estaba viajando y trabajando.

¿Lo entendían o reclamaban?
Ellas lo entendían. De hecho, mi hija menor escribió algunas canciones para mí. Ellas no se dedicaron a la música, tienen su profesión. Pero la mayor grabó conmigo una canción de navidad cuando tenía siete años. Ellas lo llevan en la sangre, lo que se hereda no se hurta dicen (risas).

¿Cómo maneja los altibajos en la carrera?
No es fácil. Te voy a contar todo a través de un ejemplo interesante. Los caballos que corren en el hipódromo -siempre les digo esto a quienes me preguntan cómo me siento si estoy en primer o segundo lugar- es como el hipódromo. En una carrera normal los cinco primeros caballos cobran, del sexto para atrás dejan de cobrar a menos que sea un clásico. El asunto es estar entre los caballos ganadores, no importa la posición. En algún momento, y a todos los artistas del mundo nos pasa, estás en primer lugar o luchas por llegar a primer lugar. Cuando llegas tratas de consolidarte ahí y luego vas bajando de posición, pero siempre mantente entre los cinco. Eso se hace a través de buena música, buenas canciones, responsabilidad y un montón de elementos importantes.

Los artistas suelen acudir a ayudas para verse mejor, ¿usted cuántas cirugías se ha hecho?
(Risas) todo mundo me pregunta: oye, bajaste de peso, ¿quién te operó? Yo contesto, el doctor susto porque me dio un infarto. Yo pesaba más de 300 libras. Es más, una persona importante me buscó porque un doctor brasileño iba a hacerme la cirugía gástrica gratis, para que fuese el conejillo de indias. Era para mostrar que tuviese un efecto multiplicador. Pero quince días antes me dio un infarto, entonces se lo dieron a otra persona bien conocida, lo operaron y le fue muy bien. Entonces el doctor me dijo: ¿qué hacemos contigo? Si te operamos esas grapas en el estómago van a rozar con el acordeón y se te van a reventar. El caso es que hice dieta. He probado todas las dietas del mundo. La que me ha resultado últimamente es arepa, tuna en agua, tacos, pan integral. He eliminado las frituras.

¿Y los dulces?
Eso sí, yo fui un mal gordo, nunca me gustaron los dulces. Me gustaban los chicharrones y los pastelitos de maíz nuevo. Ahora de vez en cuando en el interior si me invitan yo lo como con mucho gusto. Pero he bajado 130 libras.

¿Hace ejercicio?
Yo camino, el acordeón y las tocadas me hacen sudar mucho también. Se suda antes del concierto y durante. Yo tomo multivitamínicos y más nada, comida sana.

¿Y de la cara no se ha hecho cirugía?
Nada. Quisiera hacerlo porque la vez pasada le dije a un amigo que me quería quitar la papada después de haber rebajado, pero como estaba cachetón se me escurrió. Pero dice el doctor que tengo que quedarme como tres meses con unas vendas alrededor de la cabeza porque es cirugía. No me atrevo a eso. Solo me puse cabello en la cabeza.  Me quiero quitar los cachetes (risas).

¿Qué toman los artistas para aguantar tanto? 
Yo vino tinto por orden médica. Me quitaron el whiskey y todo, pero me dejaron el vino tinto.  

¿Le entraba mucho al trago?
Antes tomaba whiskey como cualquier músico, era la moda. Pero yo era muy considerado, no me 'humaba' así, porque si me caía quién me cargaba (risas).

¿Y drogas?
No, eso no. La única droga mía era la comida, pero la tuve que dejar.

Una persona con su trayectoria, de más de 3 mil canciones grabadas, ¿se acuerda de todas?
De la mayoría, aunque ahora tenemos la ayuda de los Ipod y ahí están las canciones (la lírica). A mi jamás se me olvida la música, una que otra letra sí, aunque para eso está la tecnología.

¿Qué tanto dinero se gana en esta carrera?
La inversión es muy alta en términos de equipo de sonido, transporte para el equipo, el bus para los compañeros, pero a veces hay momentos buenos que hay éxito y la paga es buena.

En una ocasión entrevistamos a Jonathan Chávez y nos dijo que ganaba miles por concierto, ¿usted también?
Eee, yo creo que sí, a veces las cosas son muy buenas, pero a veces no. Tu estás en un concierto y de repente cae un diluvio y se acaba el concierto.

¿Cómo le afecta emocionalmente un concierto que no está lleno?
Uno tiene que saber que hay cosas que no dependen de uno, por ejemplo, una lluvia, una tormenta, se va la luz, cosas que uno no controla, pero siempre se está con el positivismo adelante. En general me va bien. Cada artista tiene su público, pero es muy fiel a cada artista y hay muchos acordeonistas buenos en Panamá, excelentes.

¿Además de la música tiene otra actividad?
Yo soy economista, pero no lo ejerzo. Cuando me gradué trabajé un tiempo, pero no ahora. Hay tanto que hacer en esto de la música, las grabaciones, la producción. Aprovecho el espacio, los problemas que se dan como en mi caso. ¿Has visto una serie que se llama “noticia de un secuestro”? Resulta que el fondo musical de esa serie es una canción mía, Anhelos. Estoy en ese problema.

¿Está demandando?
Mis abogados panameños y colombianos están haciendo los trámites porque se eliminó mi nombre. No me dieron el crédito. Yo no he visto la serie, pero es una canción que yo hice en 1974, yo la hice. No me pidieron permiso como autor, pusieron a otra persona y la serie está en 240 países.  No tiene mi voz, pero sí mi canción, mi letra, mi música, pero cantada por otra persona. La serie es una producción chileno-colombiana para Amazon Prime.

¿Cómo se enteró de eso?
Me lo mandaron de Estados Unidos: Mira tu canción está aquí. Y cuando busco los créditos, porque uno como autor siempre busca eso, veo que no está mi nombre. Aún no es demanda, no conozco los términos legales la verdad, pero sí tengo un equipo de abogados colombianos que están manejando el tema. Ahora contratamos a los colombianos que son especialistas en eso, que tienen mucha experiencia en series y esas cosas. Nos lo recomendaron como gente importante en esa gestión.

Es sabido que a muchos artistas en el camino sus managers les roban, ¿usted tuvo esa experiencia?
No, pero ha habido como en todos lados personas que hacen un evento aquí, o fuera de Panamá y de repente te quedan mal. No te pagan. Pero no me han manejado mal el dinero. Hacen la contratación y se han ido. Me ha pasado un par de veces, pero a muchos sí les ha pasado.



Estoy muy agradecido porque la gente me saluda, se me acerca. Tienen siempre buena voluntad hacia mi persona. 


¿Cuándo sale a la calle, le molesta la fama?
No, para nada. Estoy muy agradecido porque la gente me saluda, se me acerca. Tienen siempre buena voluntad hacia mi persona.

¿Qué más puede alcanzar en su carrera una persona con su trayectoria?
Bueno gracias a dios yo he hecho en la música de todo. He grabado, en un tiempo fui el acordeonista que grababa en los estudios de Emilio Estefan, grabé con Thalía, con sinfónica, fui parte del Grammy tropical que ganamos con Rubén Blades. Escribí dos de las 16 canciones de ese álbum y las canté con Rubén. Me gustaría que Dios me siga bendiciendo con salud y yo sigo cantando. Tú sabes que a estas alturas de la vida yo sigo cantando en las mismas tonalidades de hace 30 o 40 años. Además, la velocidad de digitación, es decir, como recorres el teclado, yo gracias a dios lo hago perfecto.



En un tiempo fui el acordeonista que grababa en los estudios de Emilio Estefan, grabé con Thalía, con sinfónica, fui parte del Grammy tropical que ganamos con Rubén Blades. 


¿Hay Osvaldo para rato, o piensa retirarse? 
No, mientras Dios me permita seguir cantando y tocar yo soy feliz. Soy feliz con mi acordeón y cuando veo esa respuesta del público soy sumamente feliz.

¿Cuál cree que es el legado más importante que ha dejado en la música típica?
Yo quisiera motivar a las nuevas generaciones a que se interesen por el instrumento. Siempre en mi mente estuvo abrir una escuela para niños. He estado pidiendo apoyo, pero no lo he logrado. He hecho tutoriales eso sí.

¿A quién le pidió apoyo?
A los diferentes gobiernos. Queremos una infraestructura para eso, una casa, que los niños puedan ir y les damos la clase. Ya había convencido a dos o tres amigos que también dieran clases ellos. Ahora voy a volver a hablar. A través del Ministerio de Cultura lo que hicimos fueron tutoriales virtuales durante la pandemia.

¿Cómo sabe qué canción va a ser un éxito?
Ellos, los compositores, me presentan las canciones. Siempre trabajé con dos o tres que lo que me daban era un éxito. Uno ya falleció, que era Carlos Cleghorn, que hizo el pañuelito. Con Eddy Gutiérrez también trabajo mucho.

¿Cuál es su canción favorita, que nunca falla?
Hay canciones de catálogo en el repertorio que nunca pueden faltar. De las mías la que más me gusta es Anhelos. Y de otro compositor, la que yo diría que es más icónica se llama “los sentimientos del alma”. Esa fue hecha en los años 30s, del señor Chico Ramírez y la letra de Leónides Cajar. El amor es la fuente de la creatividad musical.

¿La canción “esposa mía” se la dedicó a su esposa Gloria?
Esa canción no la escribí yo. Lo que pasa es que yo siempre tenía un intercambio con las disqueras colombianas. Nosotros les mandábamos canciones nuestras y ellos nos mandaban a nosotros. Por ahí surgió lo de Anhelos. Y ellos la grabaron con Claudia de Colombia y Alfredo Gutiérrez, Oscar De Léon, por ejemplo.

¿Le gustaría cantar otro género?
Yo he cantado salsa también. Pero en vallenato quizás lo haría, me fue muy bien en el mercado mexicano. ¿Tú sabes quién era Israel Cachao López el señor del bajo que tocó con Gloria Estéfan, que lo descubrió Andy García en los Reyes del Mambo?, ese fue mi director musical en Miami cuando grabamos todos los temas en salsa. Era antes de la invasión, debíamos tener un producto para poder trabajar, hacer las giras en Estados Unidos. Hemos hecho tantas cosas. En la pandemia sacamos A mi manera, de Frank Sinatra, eso corrió por todas las redes sociales. Hay cosas que se pueden hacer.

¿Qué no cantaría?
Reguetón, no me interesa. Me gusta la salsa, eso sí, me encanta. El vallenato también.



Yo he cantado salsa también. Pero en vallenato quizás lo haría, me fue muy bien en el mercado mexicano.


¿Usted canta en la ducha?
No. Cuando me estoy aprendiendo una canción la canto en el carro (risas).

¿Cómo se inspira para sacar cosas nuevas?
Algunas vivencias, por ejemplo, cosas que vienen espontáneas. También por gente que me cuenta una historia. Te pongo un ejemplo, cuando Rubén Blades hizo la Rosa de los Vientos, ellos convocaron a compositores panameños a entregarles canciones para el álbum. Recogieron 180 canciones de panameños. Nada más iban a escoger 16. A mí me pidieron canciones, pero yo la verdad que estaba enredado. Una semana y media antes de que cerrara la convocatoria mandé mis dos canciones, le encantaron a Rubén y se grabaron. Las hice el mismo día las dos, están en el álbum y ganamos Grammy.

¿Uno tiene que saber que hay cosas que no dependen de uno, por ejemplo, una lluvia, una tormenta, se va la luz, cosas que uno no controla, pero siempre se está con el positivismo adelante. En general me va bien. Cada artista tiene su público, pero es muy fiel a cada artista y hay muchos acordeonistas buenos en Panamá, excelentes.

¿Además de la música tiene otra actividad? 
Yo soy economista, pero no lo ejerzo. Cuando me gradué trabajé un tiempo, pero no ahora. Hay tanto que hacer en esto de la música, las grabaciones, la producción. Aprovecho el espacio, los problemas que se dan como en mi caso. ¿Has visto una serie que se llama “noticia de un secuestro”? Resulta que el fondo musical de esa serie es una canción mía, Anhelos. Estoy en ese problema.

¿Está demandando?
Mis abogados panameños y colombianos están haciendo los trámites porque se eliminó mi nombre. No me dieron el crédito. Yo no he visto la serie, pero es una canción que yo hice en 1974, yo la hice. No me pidieron permiso como autor, pusieron a otra persona y la serie está en 240 países.  No tiene mi voz, pero sí mi canción, mi letra, mi música, pero cantada por otra persona. La serie es una producción chileno-colombiana para Amazon Prime.

¿Cómo se enteró de eso?
Me lo mandaron de Estados Unidos: Mira tu canción está aquí. Y cuando busco los créditos, porque uno como autor siempre busca eso, veo que no está mi nombre. Aún no es demanda, no conozco los términos legales la verdad, pero sí tengo un equipo de abogados colombianos que están manejando el tema. Ahora contratamos a los colombianos que son especialistas en eso, que tienen mucha experiencia en series y esas cosas. Nos lo recomendaron como gente importante en esa gestión.

Es sabido que a muchos artistas en el camino sus managers les roban, ¿usted tuvo esa experiencia?
No, pero ha habido como en todos lados personas que hacen un evento aquí, o fuera de Panamá y de repente te quedan mal. No te pagan. Pero no me han manejado mal el dinero. Hacen la contratación y se han ido. Me ha pasado un par de veces, pero a muchos sí les ha pasado.

¿Cuándo sale a la calle, le molesta la fama? 
No, para nada. Estoy muy agradecido porque la gente me saluda, se me acerca. Tienen siempre buena voluntad hacia mi persona.

¿Qué más puede alcanzar en su carrera una persona con su trayectoria?
Bueno gracias a dios yo he hecho en la música de todo. He grabado, en un tiempo fui el acordeonista que grababa en los estudios de Emilio Estefan, grabé con Thalía, con sinfónica, fui parte del Grammy tropical que ganamos con Rubén Blades. Escribí dos de las 16 canciones de ese álbum y las canté con Rubén. Me gustaría que Dios me siga bendiciendo con salud y yo sigo cantando. Tú sabes que a estas alturas de la vida yo sigo cantando en las mismas tonalidades de hace 30 o 40 años. Además, la velocidad de digitación, es decir, como recorres el teclado, yo gracias a dios lo hago perfecto.

¿Hay Osvaldo para rato, o piensa retirarse? 
No, mientras Dios me permita seguir cantando y tocar yo soy feliz. Soy feliz con mi acordeón y cuando veo esa respuesta del público soy sumamente feliz.

¿Cuál cree que es el legado más importante que ha dejado en la música típica?
Yo quisiera motivar a las nuevas generaciones a que se interesen por el instrumento. Siempre en mi mente estuvo abrir una escuela para niños. He estado pidiendo apoyo, pero no lo he logrado. He hecho tutoriales eso sí.

¿A quién le pidió apoyo?
A los diferentes gobiernos. Queremos una infraestructura para eso, una casa, que los niños puedan ir y les damos la clase. Ya había convencido a dos o tres amigos que también dieran clases ellos. Ahora voy a volver a hablar. A través del Ministerio de Cultura lo que hicimos fueron tutoriales virtuales durante la pandemia.

¿Cómo sabe qué canción va a ser un éxito?
Ellos, los compositores, me presentan las canciones. Siempre trabajé con dos o tres que lo que me daban era un éxito. Uno ya falleció, que era Carlos Cleghorn, que hizo el pañuelito. Con Eddy Gutiérrez también trabajo mucho.

¿Cuál es su canción favorita, que nunca falla?
Hay canciones de catálogo en el repertorio que nunca pueden faltar. De las mías la que más me gusta es Anhelos. Y de otro compositor, la que yo diría que es más icónica se llama “los sentimientos del alma”. Esa fue hecha en los años 30s, del señor Chico Ramírez y la letra de Leónides Cajar. El amor es la fuente de la creatividad musical.

¿La canción “esposa mía” se la dedicó a su esposa Gloria?
Esa canción no la escribí yo. Lo que pasa es que yo siempre tenía un intercambio con las disqueras colombianas. Nosotros les mandábamos canciones nuestras y ellos nos mandaban a nosotros. Por ahí surgió lo de Anhelos. Y ellos la grabaron con Claudia de Colombia y Alfredo Gutiérrez, Oscar De Léon, por ejemplo.

¿Le gustaría cantar otro género?
Yo he cantado salsa también. Pero en vallenato quizás lo haría, me fue muy bien en el mercado mexicano. ¿Tú sabes quién era Israel Cachao López el señor del bajo que tocó con Gloria Estéfan, que lo descubrió Andy García en los Reyes del Mambo?, ese fue mi director musical en Miami cuando grabamos todos los temas en salsa. Era antes de la invasión, debíamos tener un producto para poder trabajar, hacer las giras en Estados Unidos. Hemos hecho tantas cosas. En la pandemia sacamos A mi manera, de Frank Sinatra, eso corrió por todas las redes sociales. Hay cosas que se pueden hacer.

¿Qué no cantaría?
Reguetón, no me interesa. Me gusta la salsa, eso sí, me encanta. El vallenato también.

¿Usted canta en la ducha?
No. Cuando me estoy aprendiendo una canción la canto en el carro (risas).

¿Cómo se inspira para sacar cosas nuevas?
Algunas vivencias, por ejemplo, cosas que vienen espontáneas. También por gente que me cuenta una historia. Te pongo un ejemplo, cuando Rubén Blades hizo la Rosa de los Vientos, ellos convocaron a compositores panameños a entregarles canciones para el álbum. Recogieron 180 canciones de panameños. Nada más iban a escoger 16. A mí me pidieron canciones, pero yo la verdad que estaba enredado. Una semana y media antes de que cerrara la convocatoria mandé mis dos canciones, le encantaron a Rubén y se grabaron. Las hice el mismo día las dos, están en el álbum y ganamos Grammy.

¿Es de los que se levanta a mitad de la noche para componer?
Adivina dónde hice yo Anhelos. Venía de un baile con el chofer, íbamos por cerro Campana. Venía yo atrás medio dormido y me vino la melodía a la cabeza y cogí un papelito y lo escribí. Eso me llegó, de la nada. Fue espontáneo. De repente una inspiración divina de nuestra patrona Santa Cecilia. Recuerda que todo lo que hacemos y tenemos viene de allá arriba. Yo soy creyente. Toco gratis en las iglesias y en el hospital psiquiátrico, antes en la cárcel Modelo el día de la virgen de las Mercedes.

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