El indictmen de Cholo Chorrillo en Estados Unidos

Jorge Camargo-Clarke utilizaba un lenguaje codificado con sus proveedores de Colombia. Es acusado por un fiscal de Los Ángeles, quien detalla fecha y conversaciones sobre las transacciones de la droga. Contaba con información privilegiada para burlar a las autoridades 



Las autoridades norteamericanas formalizaron la acusación en contra de Camargo. 


El fiscal Benedetto Balding –del distrito central de Los Ángeles, California, Estados Unidos– recopiló 13 eventos ocurridos entre octubre de 2017 y mayo de 2018 como parte de las evidencias que presentará en contra del panameño, Jorge Rubén Camargo-Clarke, mejor conocido como Cholo Chorrillo, acusado de supuesto narcotráfico y a la espera de una extradición desde  Costa Rica, donde fue detenido hace casi dos meses.

Las autoridades norteamericanas formalizaron la acusación en contra de Camargo - a quien le atribuyen también los alias de ‘el nene’, ‘cool nene’, ‘nene’- el 1 de septiembre de 2020. Sin embargo, la mantuvieron en sigilo -excepto la orden de captura y localización- para evitar alertar a Camargo y/o sus cómplices y poner en riesgo su arresto que se concretó el 11 de febrero de 2022 en la vecina Costa Rica, aunque la reserva sobre su acusación se levantó el 25 del mismo mes.

De acuerdo con el relato de la fiscalía californiana, en fecha aproximada a mayo 30 de 2018, Camargo conspiró con otras personas para distribuir internacionalmente al menos cinco kilos de cocaína y otras sustancias ilícitas a Estados Unidos.

Según la fiscalía, el panameño se comunicaba en “formato electrónico codificado” con sus proveedores en Colombia, con quienes coordinaba precios, fechas y rutas que debían emplear para evadir los controles de las autoridades de ambos países. Al recibir la mercancía en Panamá, según la Administración del Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), la organización guardaba la droga en sitios estratégicos para después enviarla por partes a Costa Rica.

La DEA le tenía el ojo puesto al menos desde 2017. Siguió sus movimientos durante casi dos años hasta contar con la evidencia suficiente para capturarlo y solicitar al fiscal su acusación que más adelante servirá como parte de las evidencias que mostrarán al juez Michael W. Fitzgerald en Los Ángeles, California, ante quien deberá comparecer el también conocido para las autoridades panameñas como  Cholo Chorrillo, cuando se materialice la extradición.

La acusación detalla que Camargo obtenía la droga de Colombia para distribuirla en Estados Unidos y otros países. “Por órdenes de Camargo transportaban la cocaína de Colombia a Panamá donde la escondían. Una vez recibido el cargamento, Camargo y quienes participaban en su organización transportaban parte de este a Costa Rica y luego a Estados Unidos para ser distribuida”, se lee en el indictment.

Entre los hechos registrados en contra de Camargo, el fiscal relata que el 13 de octubre de 2017, usando un lenguaje codificado en formato electrónico de comunicaciones, el acusado discutió el precio de las drogas en Colombia con el conspirador 1, quien presuntamente debe ser el proveedor.  Unos días más tarde, el 26 de octubre de 2017, Camargo preguntó al proveedor si estaba listo para enviar las drogas desde Colombia a Panamá.

No obstante, el aumento de actividad policial en Colombia y Panamá retrasó el embarque, según lo aparentemente conversado entre Camargo y el proveedor el 9 de noviembre de ese año. La cuarta evidencia la recogen el 13 de noviembre de 2017, cuando el proveedor de Colombia le dijo al acusado que había obtenido cocaína en Colombia y esperaba obtener otra carga de mariguana para consolidar la mercancía y enviarla en un solo embarque. La coordinación para enviar la droga, de acuerdo con las autoridades estadounidenses, se efectuó entre el 13 y 15 de noviembre, día en que Camargo le informó supuestamente al proveedor, o conspirador 1, que la ruta prevista para el envío estaba libre de vigilancia, tanto de autoridades panameñas como colombianas. Un indicio de la penetración de la organización de Camargo, líder de una de las pandillas más beligerantes del país, asumiendo que alguien le pasaba información sobre los operativos que planeaba, en este caso, el Servicio Nacional Aeronaval, entidad encargada de vigilar las costas panameñas.

La DEA confirmó que la droga zarpó de Colombia el 16 de noviembre porque el proveedor colombiano alertó a Camargo sobre la salida del buque y evitar comunicarse con el enlace en el barco para no ser detectado por la policía.

Entre el 16 y 17 de noviembre, por supuesta orden de Camargo, las personas que transportaban la cocaína y la mariguana procedente de Colombia bajaron la droga en Panamá y la enterraron. La confirmación de que Camargo había recibido la droga ocurrió el 17 de noviembre luego de que este enviara un mensaje de confirmación al proveedor de que la carga había llegado a salvo esa mañana. No obstante, el bote que había servido para transportar la droga fue localizado por las autoridades, esto generó una discusión entre Camargo y el conspirador 1 el 21 de noviembre por el hecho de que la policía había dado con la cocaína y mariguana que habían encaletado previamente.

Para el 25 de enero de 2018, Camargo estaba listo para ingresar un nuevo cargamento de cocaína y llamó a su proveedor con quien se reunió el 30 de ese mes en Panamá para coordinar futuros cargamentos de drogas.

De prosperar el trámite, como así lo han confirmado las autoridades ticas que ya dieron luz verde al proceso de extradición, Camargo sería el primer panameño que pise suelo norteamericano a requerimiento de fiscalía que solicita su comparecencia por el delito de tráfico de drogas, cuya pena es desde los 10 años de prisión o la pena máxima (en ese estado es cadena perpetua o la muerte) tal como lo describe la orden de detención emitida por los estadounidenses.

Hasta el momento, en el paquete de documentos que se presentan en la corte de California, no existe moción de defensa del acusado.

SU DETENCIÓN
El líder de la temida pandilla Bagdad, de 43 años, fue detenido en la comunidad de Grecia en febrero, en la provincia de Alajuela en Costa Rica, acción en la que participaron varias agencias policiales que habían sido alertadas por la DEA sobre su presencia.  Al momento de ser aprehendido, iba en un vehículo liviano junto a su esposa y un hijo.

Acostado boca abajo sobre el pavimento, se identificó bajo el nombre de Leonel Armando, y mostró una identificación falsa.  En Panamá su organización había recibido un duro golpe mediante la operación Neptuno, en la que aprehendieron a 20 supuestos miembros de la organización.

En el transcurso de las investigaciones la policía tica reveló que Camargo “tenía varios lugares o casas de habitación, se movía en carros de escoltas con personas de seguridad armadas”.

El documento desclasificado ya está en manos de las autoridades costarricenses quienes decidirán el futuro de su extradición a Estados Unidos, donde se le proporcionará un intérprete en las audiencias.

La agrupación criminal liderada por Cholo Chorrillo movió desde finales de 2017 hasta noviembre de 2020 aproximadamente 1,057 kilos de droga, según lo que ha cuantificado el fiscal superior especializado de Drogas de Panamá, Eduardo De La Torre.

Esa tonelada, de acuerdo con De La Torre, puede representar entre 30% o 40% del total de droga que pudo haber movido la banda durante este periodo. “Es una organización con un poder económico importante que invirtió dinero en bienes, terrenos, dinero en efectivo”.

El fiscal detalló que, por mover la droga, la banda cobra un porcentaje que calcula entre un 5% o 10% del valor del kilo puesto en Panamá, que es aproximadamente de $5 mil. Los pagos pueden ser con droga, dinero o armas, lo que da una idea del poder económico de la organización.

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