"Nos vamos a vacunar por el resto del año y probablemente hasta principios del próximo"

Quince compañías productoras de vacunas  atendieron a la discusión con Panamá en cinco países, el doctor Eduardo Ortega, director de Senacyt, da detalles sobre el proceso de inmunización


Eduardo Ortega, director de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt).

El doctor Eduardo Ortega, director de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt) es un científico puro y duro que forma parte del grupo de asesores científico-técnicos sobre el manejo de la pandemia y la administración de vacunas. La imnunización de la población genera ansiedad en el mundo, no sólo en Panamá, donde el país se prepara para recibir miles de dosis en pocos días e iniciar un proceso de vacunacion en forma. Para ello, requerirá de una logística específica, que de acuerdo con nuestro invitado, ya existe. Ortega no es un hombre que se encarga de definir licitaciones y cosas similares, a pesar de que respondió a varias inquietudes relacionadas con el poder logístico del país para poder desarrollar un proceso de vacunacion eficiente. También conversó sobre el compromiso de las casas farmacéuticas en la entrega del producto, momentos en que todo el mundo corretea los frascos.

¿Quién interviene en la discusión para definir si se emplean o no las vacunas de reserva y cómo se llega a una conclusión?
Hay un grupo de asesores, algunos en Estados Unidos, otros Panamá, que son consultados para discutir la evidencia relacionada a las diferentes vacunas. Tenemos diferentes plataformas tecnológicas, la decisión final la toma el Ministerio de Salud dependiendo de la información que se discute y en base a eso se decide o no utilizar las reservas. Es un proceso dinámico, es una enfermedad nueva. Son plataformas tecnológicas nuevas, las dos que están autorizadas por autoridades internacionales de referencia. Para una no existían vacunas previas que es la de ácido ribonucleico mensajero, y para la otra que es la de vector viral sólo había una previa que es la vacuna de ebola. Son vacunas nuevas, es un proceso dinámico en el que se va generando información que no se tenía previamente. Los estudios de fase 3 se iniciaron en julio 27, los datos de eficacia se obtuvieron en la primera semana de noviembre, y se autorizaron las vacunas.


Cuando uno va a vacunar, el tiempo entre una dosis y otra, es de tres a cuatro semanas, y lo que se observó en ese espacio es que la eficacia sea de 50% a 80%.


¿Por qué se cambió de opinión si se había dicho que se reservarían las 6 mil dosis de refuerzo?
Porque hay nueva información de la Organización Mundial de la Salud, donde los expertos estratégicos, después de revisar la información científica recomiendan que en situaciones epidemiológicas donde haya limitación en el número de dosis de la vacuna se puede extender el periodo de uso de la vacuna. A eso le sigue una posición del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC por sus siglas en inglés), Estados Unidos, donde indican que, en condiciones más relacionadas con el programa, se podía extender el proceso hasta seis semanas.

Este proceso extendido, coincide justamente con el retraso en la producción de la farmacéutica, antes no se informó sobre la extensión del tiempo, ¿por qué?
Lógicamente la disponibilidad del producto hace que uno tenga que revisar y discutir esas decisiones. Si tuviéramos la disposición no estuviéramos discutiendo el uso de las reservas, estaríamos vacunando a un mayor número de personas. De nuevo, esto es continuo y flexible. El CDC (Centro de Control de Enfermedades por sus siglas en inglés), por ejemplo, saca esta información a mediados de enero, no es que tuviéramos esa información con mucha más anticipación. Canadá hizo lo mismo Panamá, Francia, México, y el Reino Unido de hecho tienen un periodo mucho más largo con el que yo no estoy de acuerdo profesionalmente, ellos extendieron a tres meses, están usando el doble del tiempo que Panamá ha recomendado. Es dinámico, no lo sabíamos antes, tenemos que adaptarnos.

¿Esa información nueva quién la generó, de dónde salió?
Ya existía en los estudios clínicos de Pfizer.

¿Entonces por qué se estipuló que los refuerzos correspondían a los 21 días?
Porque esa es la recomendación que está en la indicación para prescribirlo. Revisemos un poco los estudios clínicos. Cuando uno realiza un estudio clínico uno define el objetivo que busca alcanzar con el mismo. Estamos en medio de una pandemia, los intervalos usuales entre una y otra dosis son normalmente ocho semanas. Si uno vacuna a un niño pequeño a los dos meses, lo hace otra vez a los 4 meses, a los seis meses y al año. Cuando uno está en medio de una pandemia uno tiene que recomendar lo que uno piensa que más rápidamente puede tener un producto que ayude a salir de la pandemia. Por eso fue que los laboratorios decidieron tres y cuatro semanas, no porque sea el espacio óptimo para desarrollar una vacuna, sino en términos de inmunogenicidad y eficacia, sino el tiempo óptimo para acelerar la vacunación. Cuando uno va a vacunar, el tiempo entre una dosis y otra, es de tres a cuatro semanas, y lo que se observó en ese espacio es que la eficacia sea de 50% a 80%. No significa que eso es lo máximo, significa que cuando tu tuviste la segunda dosis en eso te quedaste. Si lo hubieras seguido observando podría ser mayor o menor. Otra observación importante en ese periodo es que no hubo ningún caso grave de Covid-19 a aquellos que vacunaron, y fue importante para la decisión de usar las reservas.


Adelita Coriat durante la entrevista.

La sexta dosis, ¿requiere de un tratamiento especial para poder administrarla?
Sí, cada vial tiene 0.450 microlitros de vacuna, eso se re suspende con 1.8 mililitros de solución salina inyectable y eso da 2.25 mililitros. Usted administra 0.3 mililitros, eso significa que puede sacar seis dosis de vacunas por cada vial, y eso es lo que se está haciendo en Panamá. Lógicamente se requiere experiencia, estos son viales que vienen congelados, se descongelan, se está vacunando en varios sitios del país. Tenemos enfermeras con mucha experiencia. Si vemos el vacunómetro que actualiza prácticamente en tiempo real, podemos ver que se están sacando un poquito más, porque se debieron haber administrado 6,400 vacunas y había 6,417 cuando terminó el primer ciclo de vacunación, así que se están sacando las dosis que se habían mandado al país.

Cuando podamos tener un proceso ampliado de vacunación, habrá un protocolo en orden, para evitar las situaciones de confusión de quién se debió vacunar primero...
Creo que usted es correcta en decir que hay mucha ansiedad por la vacuna. Lógicamente tenemos una solución en las manos, hay personas que quieren ser los primeros en la fila, hay prioridades, yo soy médico, no he tratado pacientes con Covid-19, yo tengo que esperar a que sea mi turno. Esto ha sucedido en todas partes del mundo, sucedió en universidades prestigiosas, con miembros de las fuerzas armadas de países que se han colado. Yo no tengo evidencia que hubo una arrebatiña en la vacunación en Panamá, se menciona que hubo personas que se adelantaron, no estuve ahí, así que no estoy seguro de que fue el caso. Si ocurrió no debe ser así, porque está planificado. Quienes dan la lista de personas a vacunarse en cada centro hospitalario, son los directores médicos y las jefas de enfermeras. Las enfermeras que van a vacunar reciben una lista que la institución ha preparado con anticipación y en base a esa lista se vacunan. Es un tema que debe de alinearse en las instituciones cuando se hace la vacunación. Si voy a Bocas del Toro u otra provincia, hay una lista previa de las personas que van a vacunarse.

Cuando se amplíe el espectro de vacunación a otras fases, ¿cuál será el protocolo?
Las primeras etapas y fases de vacunación se pueden hacer de una manera muy ordenada porque están identificados los grupos prioritarios. Yo creo que cuando se expanda la vacunación al resto de la población y personas que no son de alto riesgo va a ver que manejarlo de manera precisa. De hecho, hay un formulario en el que más de 400 mil personas se han anotado para ser vacunados y donde tienen que proporcionar información si padecen o no de una enfermedad crónica. Yo creo que hay riesgos, es de naturaleza humana, yo por ejemplo veo que hay un número importante de personas con enfermedades crónicas que no se trata en el sistema público de salud, al no ser tratados en el sistema no están en ninguna base, estas personas van a depender de que su médico les de una nota para poder ser vacunados en tiempo prioritario. Sin embargo, nos vamos a encontrar con ejemplos, indudablemente, de personas que no tienen un padecimiento crónico pero su ansiedad por vacunarse los va a llevar a querer adelantarse en la fila. Eso es incorrecto, eso no debe ocurrir, creo que es mejor vacunar a un mentiroso que dejar de vacunar a un crónico. Una persona crónica que no se vacuna puede tener consecuencias graves, un mentiroso probablemente no, pero es como: es mejor dejar libre a un culpable que tener preso a un inocente.

En cuanto a la cadena de frío, ¿por qué se publicó la licitación el 5 de enero a sabiendas que se requiere del equipo para avanzar el proceso de inmunización?
En el tema de la Cadena de Frío, ha sucedido como con otros suministros a nivel internacional, que hay limitaciones importantes. Sucedió con los ventiladores, por ejemplo, sucede con el equipo de protección individual y ha sucedido con los congeladores porque la compañía que primero logró autorizar una vacuna es la que requiere ultracongelación. Es importante decir, que si nos vamos a la parte histórica de cómo se inicia la discusión sobre las vacunas, fue en julio, no sabíamos que vacuna se iba a autorizar primero, los asesores junto con las personas que estaban negociando los contratos, de alguna manera recomiendan que la compañía que va a llegar a primero es Pfizer, que la segunda probable es Astrazeneca y que la tercera posible es Johnson y Johnson y se recomienda hacer esos acuerdos. En esas discusiones, lógicamente, se empieza a pensar qué es lo que necesitamos. Teníamos la capacidad de tener un plan B, lógicamente teníamos los congeladores para reforzar cada una de las regiones y reforzar la cadena de frío del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) pero rápidamente se logró establecer el plan B, y este era utilizar los congeladores que teníamos en el país. No sé cuáles son las razones precisas por las que la licitación tomó ese tiempo, no estoy involucrado en hacer licitaciones, pero sí en hacer recomendaciones y nos tocó recomendar que estableciéramos el plan B, que era concurrir a los laboratorios de investigación y tenemos congeladores suficientes para almacenar cientos de miles de vacunas.

Tomando en cuenta que se adjudicaron parcialmente algunos equipos de la Cadena de Frío, aún hay 24 congeladores que quedaron pendientes después de esa primera adjudicación, ¿cuándo tendremos lista la Cadena de Frío?
Tenemos la Cadena de Frío lista, cada congelador que tenemos en Panamá almacena cientos de miles de dosis, tenemos cerca de 6 congeladores, así que, aunque nos entregaran las 450 mil dosis, tenemos la capacidad para almacenar más de 700 mil dosis.

¿Pero qué hay de la logística para la distribución y almacenamiento posterior?
La logística existe, de hecho, creo que con las dosis que llegaron a Panamá se aplicaron más de cien por ciento de las dosis que se iban a administrar. Creo que la logística existe, tenemos la flexibilidad de que cuando usted saca la vacuna de menos 70 grados centígrados, tiene entre 5 días para mantenerla entre 2 y 8 grados centígrados y tiene seis horas para administrar. Nos hubiera gustado tener un congelador en cada región de salud, sin embargo, la logística existe hoy, que si nos entregan 50 mil, o 100 mil dosis, se almacenarían en la ciudad de Panamá, pero se distribuirían a cada una de las 15 regiones de salud. No tengo ninguna duda de que nuestro PAI puede entregar las vacunas.

Quiere decir que existe una logística, pero aún requieren de una Cadena de Frío...
Creo que es importante que sepamos que nos vamos a vacunar por el resto del año y muy probablemente hasta principios del próximo año. Así que no nos vamos a vacunar ni en un mes, o dos o tres. Es importante que la Cadena de Frío se establezca porque es posible que, en el futuro, las vacunas que vamos a tener requerirán algún grado de congelación parecido a la que se requiere ahora.

He conocido que la empresa Pfizer, generalmente no hace entregas masivas de vacunas a países que no están listos con la logística, ¿cómo queda Panamá en este sentido?
La entrega o no de vacunas no tiene nada que ver con que existiera o no una Cadena de Frío en Panamá. La limitación es que ellos no pueden producir las suficientes vacunas para el mundo, no es Panamá, es el productor.

Si el país no está listo para iniciar una inmunización masiva, preferirá entregarlas a un país que tenga la infraestructura para hacerlo...
Nuevamente es la responsabilidad del productor y no del país. Panamá estaba listo con una anticipación y pagó con anticipación y estaba listo para recibir las dosis, podemos recibir 700 mil si nos las entregan, nos entregaron 12 mil porque es lo que pudieron, pero es responsabilidad del productor y no del país.

El trato con la empresa es que, en el primer trimestre, entregarían 450 mil dosis, el 15 de febrero que se anuncia el siguiente embarque, ¿cuántas vamos a recibir?
No tengo ese número preciso. Nosotros teníamos un plan de recibir dosis con cada una de las compañías. De nuevo son plataformas tecnológicas nuevas, hay una presión de suministro para cada una de las compañías, lamentablemente hay una competencia internacional donde hay países que han acumulado una cantidad de dosis mayor a las que realmente necesitan. Cada país está intentando resolver sus propios problemas, hay negociaciones multilaterales. Panamá se afilió a Covax el año pasado, para lograr multilateralmente se obtuviera un número de dosis importante. Esta es una estrategia importante porque son más de 180 países negociando por más de 2,200 millones de dosis de vacunas, pero poner a tantos países de acuerdo es extremadamente difícil, por lo que Panamá decidió a la vez tener negociaciones bilaterales con diferentes productores. Quince compañías diferentes atendieron a la discusión con Panamá en cinco países diferentes del mundo y ahí se escogieron las compañías con las que se escogieron los 5 millones de dosis que van a llegar al país.

Es decir, ¿que no se tiene aún el número de dosis a recibir en febrero?
Nadie lo tiene en el mundo en este momento. Para poder ampliar la capacidad de producción de Pfizer, que era aproximadamente 1,300 millones de dosis para 2021, y para poder atender la iniciativa Covax, Pfizer decide que necesita pausar para amplificar a 2,000 millones de dosis de vacunas. Para poder amplificar la fábrica, no puedes al mismo tiempo que produces las vacunas, ampliarla, tienes que pausar tres semanas. Eso va a ser bueno para todos los que necesitamos las vacunas porque significa que va a tener una alta capacidad.

Íntimamente, en las conversaciones que se tienen entre las altas autoridades del país y los ejecutivos de la empresa, debe haber una cifra tentativa, ¿existe?
Cada entrega tiene una cifra, cada mes tiene una cifra, está predefinida, depende de la capacidad de producción del fabricante. Nosotros no producimos vacunas, aplicamos vacunas, dependemos de que los que nos prometieron que nos iban a entregar una dosis definida, nos las entreguen. Cuando eso ocurra, vamos a poder aplicar las vacunas.

¿Cuál es el cronograma de entrega que se estableció con la empresa a lo largo del año?
Tenemos cuatro vacunas diferentes que han sido aprobadas con Panamá. Tenemos tres millones de vacunas con Pfizer, un millón con Astrazeneca, un millón de dosis de vacunas con la iniciativa Covax y aproximadamente 300 mil dosis con Johnson y Johnson. Cada una de esas compañías tiene un cronograma especificado, y ese cronograma va a depender de que ellos puedan producir la vacuna. Recientemente, por ejemplo, Astrazeneca le anunció a Europa, no a Panamá, que era posible que ellos tuvieran un retraso en su capacidad para producir vacunas.

Pero en teoría, ¿qué se cuadró con Pfizer?
Yo creo que decir en este momento números que probablemente no van a estar apegados a lo que se acordó, no vale la pena. Creo que cuando dijimos, a principios de estos acuerdos que habíamos negociado 450 mil dosis -y eso es correcto-, y no nos pudieron cumplir, se crea un aura de expectativa negativa en la población y no creo que estamos aquí para crear auras negativas, sino para que la población esté lista para cuando las vacunas lleguen. Yo creo que decir, 50 mil o 70 mil, por ejemplo, es inapropiado, porque es posible que el productor no cumpla con esos números, y mal hago yo diciendo aquí algo que quizás el productor no pueda entregar.

Pero hay un contrato firmado...
Hay un contrato firmado. De nuevo, no sé si conocemos las complejidades que involucra producir una vacuna. Producir una vacuna no es una aspirina o un antibiótico, son procesos complejos, moléculas biológicas que requieren una capacidad de calidad muy alta porque estamos vacunando personas sanas y es bastante complejo.

No hemos conocido un cronograma de vacunación por fechas, a pesar de la dependencia del productor, el gobierno pudiera anunciar porcentajes de población inmunizada según cálculos internos y también poder manejar la pandemia...
Ese cronograma existe desde el año pasado, preciso, con el número de dosis que se recibirían si el productor las entrega.

¿Por qué no se revela?
Porque las dosis no existen el día de hoy. De qué sirve que yo revele cuánto se está planeando si el productor no va a entregar, eso significa crear una expectativa en la población que depende del productor más que del programa de inmunización. Ese cronograma existe, se acordó con cada compañía el número de dosis que se debían entregar.

Con respecto a la disponibilidad de jeringuillas y agujas, se sabe de dónde se van a adquirir, o si el suministro está coordinado con la vacunación...
Es un tema que se ha discutido previamente y con el Programa de Inmunización, ellos tienen un plan de administración de las vacunas, en Panamá hay jeringuillas, y agujas, de hecho, se están extrayendo las seis dosis que deben de extraer de cada uno de los viales, y eso se puede hacer porque existen las jeringuillas y las agujas necesarias.

¿Pero cuántas más requeriremos para cuando se masifique el proceso?
Eso lo desconozco, no le puedo contestar, no me encargo de contratos porque soy asesor científico – técnico.

LA CIENCIA, SU PASIÓN
Un investigador autónomo, didáctico e independiente

  • Nombre completo: Eduardo Ortega Barría
  • Nacimiento: 26 de diciembre de 1954 La Chorrera, Panamá
  • Ocupación: médico pediatra, infectólogo e investigador clínico
  • Resumen de su carrera: Terminó sus estudios de Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara, México. Subsecuentemente hizo la especialidad en Pediatría en el Instituto Nacional de Pediatría en la Ciudad de México y posteriormente la sub-especialidad en Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Hospital Infantil de México “Federico Gomez”, en la Ciudad de México. En 1990 recibió el premio “Maxwell Finland” al Investigador Joven del año de la Massachusetts Infectious Diseases Society. Entre 1993 y 1998, completó entrenamiento posdoctoral en Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Lucile Salter Packard Children´s Hospital, Division of Pediatric Infectious Diseases, Stanford University, y un postdoctorado en Biología Celular y Molecular de Toxoplasma gondii en el Departamento de Microbiología e Inmunología, Stanford University School of Medicine. De 1998 a 2003 ocupó distintas posiciones de liderazgo en el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios en Salud, Panamá, en Florida State University-Panama, en el Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT), de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Panamá, y en el Hospital de Especialidades Pediátricas de la Caja del Seguro Social, Panamá. Entre el año 2000-2007 fue Científico Asociado en el Smithsonian Tropical Research Institute. De 2001 a 2013 fue Profesor Adjunto, Department of Microbiology and Tropical Medicine, George Washington University, Washington, DC. El Dr. Ortega-Barría es autor de 98 artículos de investigación, 30 capítulos de libros de texto sobre parasitología, pediatría, enfermedades infecciosas y vacunas, y es co-inventor de 2 patentes y 2 aplicaciones provisionales de patentes en parasitología en los Estados Unidos. Desde el año 2006 es Vicepresidente y Director de Asuntos Médicos e Investigación y Desarrollo Clínico para América Latina y el Caribe de GlaxoSmithKline Vacunas. Desde el 2018 es Investigador del Sistema Nacional de Investigación de Panamá.

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