Testigo describe espionaje en el Consejo de Seguridad

El testigo protegido que compareció este jueves en el juicio contra el expresidente Ricardo Martinelli describió que en esta entidad operaron tres máquinas pinchadoras, con la última, Pegasus, podían conocer la vida de cualquier objetivo

El testigo protegido confirmó lo que se murmuraba, su identidad. Este jueves, durante el juicio que se le sigue al expresidente de la República Ricardo Martinelli por el caso de pinchazos, la fiscalía trajo a su testigo estrella: el testigo protegido.

Durante toda la mañana se retrasó su comparecencia por incidencias de forma que objetaba la defensa. En la tarde, cuando llegó el momento de entrar al estrado, lo hizo por la puerta en la que ingresa el Tribunal. Era una figura cubierta de negro. Capucha negra, guantes negros, una especie de túnica negra que le llegaba hasta los tobillos que dejaba al descubierto unos zapatos cerrados color azul con suela blanca.

Previo a su ingreso, el juez confirmó que los datos que aparecían en el sobre amarillo que guardaba los oficios con sus generales, coincidían con la cédula de identidad del hombre protegido.

En tanto, el expresidente Martinelli, mantuvo la misma postura que en ocasiones adopta durante el juicio, cerrar los ojos y recargar la cabeza en el respaldar de la silla.

El fiscal inició el interrogatorio al protegido. Una pregunta bastó para que éste hablara sin interrupciones por casi dos horas. Cuando arrancó su declaración, pidió al juez despojarse del atuendo a pesar de sentir temor por su futuro debido al poder que ostentan las personas involucradas el juicio. El juez concedió su petición y el testigo se quitó la capucha dejando la vestimenta.

Durante su relato, en más de una docena de veces pronunció la palabra temor, en cinco ocasiones se le quebró la voz al hablar, especialmente cuando mencionaba a sus padres.

Reveló su nombre completo con la condición de que los medios de comunicación no la divulgaran, y que tampoco publicaran su rostro que en fechas anteriores ha sido exhibido por los medios, según atestiguó el hombre.

El juez Roberto Tejeira, presidente del Tribunal de Juicio, prohibió a los medios y a los presentes revelar el nombre del protegido que hasta ese momento era identificado con el número 8030145. Confesó que trabajó en el Consejo de Seguridad desde 2009 hasta mayo de 2014.

Entidad donde mantenía el pseudónimo de Brad, y sus compañeros de trabajo eran Rony Rodríguez alias ‘Didier’, a quien rendía cuentas, y William Pittí alias ‘Guillermo’.

El hombre vestido de negro también confesó que fue él mismo quien grabó un DVD para denunciar los hechos que ocurrían en el Consejo de Seguridad (CS) del 2009 al 2014, y que hoy forma parte de las evidencias de la fiscalía, pero que por temor a ser descubierto decidió distorsionar su imagen y su voz.

Añadió que fue él quien se hizo pasar por un tercero cuando acudió a la Fiscalía Auxiliar a denunciar los mismos hechos porque le dio miedo hacerlo en su condición de exfuncionario. Y también fue él quien declaró bajo juramento en 3 ocasiones ante el fiscal Auxiliar Marcellino Aguilar.

La primera el 29 de julio 2014, motivado por el Presidente Juan Carlos Varela quien se encontraba presente en el Consejo de Seguridad, las demás el 1 y el 6 de agosto del mismo año.

DESARROLLO DE LA AUDIENCIA
El testigo protegido contó su historia desde que entró a la primaria, oriundo de Boquete, Chiriquí, siempre fue muy apegado a sus familia. Luego repasó sus estudios de secundaria, su ingreso a la universidad de la que se graduó en sistemas computacionales y posteriormente, en 2002 cuando fue seducido por la Academia de Policía ante la precariedades que pasaban en casa. Fue en la Policía donde conoció a Rony Rodríguez asignado a la Dirección de Investigación Policial y quien le invitó a ser parte del Consejo de Seguridad en 2009.

Ingresó en la entidad en el departamento de inteligencia, la subdivisión de operaciones de Orden Público que se encarga de dar seguimiento a las marchas de sindicalistas, protestas, y cualquier cosa que afectara la seguridad del país y de terceros.

En el año 2011, Rony le asignó nuevas funciones en el edificio 150 del Consejo de Seguridad donde se encontraban las oficinas de inteligencia.

Se trataba de echar en marcha el sistema de espionaje adquirido de la empresa israelí M.L.M. Protection que servía para accesar las computadoras de ciertos objetivos. La metodología consistía en enviar un link a un enlace que había sido tratado para ocultar un programa espía que permitía entrar en las computadoras de los blancos.

El problema era que este sistema era muy lento, tedioso y poco efectivo debido al tiempo que tomaba adquirir los documentos de interés que alojababa el ordenador.

Entonces eran cinco funcionarios los que trabajaban con ese programa, pero luego se redujo a tres personas, que incluía al testigo protegido. Este software se empleó hasta mediados de 2011 cuando llegó el turno de comprar la actualización, pero debido a los pocos resultados del programa, el CS decidió no renovar la licencia.

A mediados de 2011, Rony Rodríguez se acercó a William para comunicarle sobre un programa de origen italiano que ya estaba en funcionamiento y que quería que lo operaran. Se trataba del programa Da Vinci, de la empresa Hacking Team, con el que se podía interceptar correos electrónicos, activar la cámara, el micrófono y hacía fotografías de la pantalla del ordenador cada cierto tiempo. Incluso podía registrar las pulsaciones que hacía el usuario en la computadora para saber lo que estaba escribiendo.

El sistema italiano también podía trabajar con dispositivos móviles, sin embargo, no tuvo éxito porque requería que el objetivo apretara el link que enviaba a través de un mensaje de texto. Los usuarios no suelen visitar estos links, especialmente si provienen de un número desconocido.

No obstante, mediante este software, el CS infectó la computadora de la ingeniera y miembro del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Balbina Herrera. Hubo ciertas declaraciones del testigo que curiosamente encajaron con lo declarado por algunos testigos de la fiscalía.

Por ejemplo, el de la ingeniera Balbina Herrera quien declaró un día antes al Tribunal que solo ella manejaba su correo y no compartía la clave con nadie. Añadió que cuando acudió a la Fiscalía Auxiliar para corroborar que era una de las víctimas pro pinchazos, observó correos que ella nunca envió pero cuyo contenido estaba en el correo brad.pty507@gmail. Este era el correo que utilizó el testigo protegido, quien se hacía llamar Brad en el Consejo de Seguridad. En esta cuenta se guardó gran parte de la información de las personas que fueron espiadas.

Herrera también mencionó al juez sobre los correos que cruzó con el italiano Mauro Velocci. Un día después, el testigo protegido dijo que a través del sistema que adquirió el CS de la empresa M.L.M. lograron ingresar a la computadora de Herrera y revisar los correos, incluso aquellos que no habían sido enviados y que obtuvieron una conversación con un italiano que aparecía en sus correos.

El sistema italiano también sirvió para conocer las intimidades que guardaba el perredista Mitchell Doens, de cuyo ordenador pudieron activar el sonido ambiente y saber que su esposa mantenía una cuenta bancaria de cinco cifras medias. Esa computadora permanecía encendida, por lo que el programa tomaba fotos de la pantalla cada cierto tiempo.

El hermano del presidente, José Luis ‘Popy’ Varela, quien solía usar la computadora cuando iba al baño, también fue otro de los blancos solicitados.

Sin embargo, el equipo colapsó. El que brindaba soporte técnico a este sistema era Carlos Arjona, según indicó el testigo, pero la empresa proveedora aconsejó una actualización pero la entidad decidió no renovar la licencia.

Así fue como entró en acción el equipo Pegasus que fue adquirido a otra empresa israelí. La diferencia de este equipo con el resto era abismal. Se trataba de un software de alta tecnología que podía espiar la vida de cualquier individuo a través de su teléfono.

Según el protegido, un día que estaba desayunando en el Consejo, Rony le dijo que acababa de salir de la oficina del presidente Martinelli y que éste le había pedido crear un grupo cerrado de personas (para operar otro equipo) pero que nadie tenía que saber sobre sus funciones. El entrenamiento estaría a cargo de los israelitas.

En 2012 recibieron la capacitación. Los proveedores trajeron los equipos, servidores, un rack negro para los servidores y computadoras.

Ellos habían solicitado varios requerimientos técnicos para operar el equipo, como fibra óptica, unas antenas instaladas en ciertos lugares para que la señal fluyera adecuadamente. El internet fue proveído por la empresa Liberty Technologíes, según el testigo, y la línea era de 15 MB.

Según el protegido, Rony les indicaba qué objetivos eran de interés para el Presidente, y cada mañana entregaba en el Palacio de las Garzas un sobre con el reporte diario de los pinchados. Cuando el presidente estaba de viaje, acumulaban los reportes para dárselos a su regreso. Este sobre, según el testigo, era adicional al que entregaba el departamento de Orden Público, o informe de gobernanza, que confeccionaba la jefa de ese departamento.

En los interrogatorios del fiscal a otros testigos del Consejo, hasta el momento solo se hablaba de un solo sobre que llegaba a la Presidencia por las mañanas.

El protegido describió que los capacitadores israelíes se hospedaban en el hotel Miramar, y que viajaban a Panamá con cierta frecuencia para las actualizaciones del software.

Este equipo sirvió para espiar a 150 blancos, esa era la capacidad que tenía el sistema en forma simultánea, pero el personal a cargo de operarlo no daba a basto para escuchar la vida de tantas personas a la vez.

En mayo de 2014, cuando Juan Carlos Varela ganó las elecciones, se desmanteló el equipo del Consejo de Seguridad.

“Rony y William tomaron rumbo desconocido para mí. En el edificio 150 quedó el rack negro que para moverlo se necesitaban tres o cuatro personas. No se lo habían llevado antes los mencionados porque no cabía en el auto. Así que lo pusieron en un pick up blanco que condujo Júbilo Grael, (otro exfuncionario del Consejo que había relatado que él condujo el auto), y Rodríguez le acompañó”, narró el testigo.

Quedaron también dos computadoras asignadas por el Consejo a Rony y a William que tenían que permanecer en el Consejo como parte del inventario. Rony tuvo la idea de bañar una impresora grande con ácido para evitar reproducir información guardada en la memoria, y luego la pusieron en el baño para que terminara de recibir las filtraciones de agua que adolecía el edificio.

Una vez desmantelada la oficina, el testigo fue trasladado a Boquete. Pasado un tiempo recibió una llamada del jefe de la estación de Panamá para decirle que un vehículo del Consejo lo iba a trasladar a Panamá.

En julio de 2014 acudió a la Fiscalía Auxiliar a denunciar los hechos. El testigo reiteró que tenía temor de hacerlo por lo delicado del tema. Al llegar a la Fiscalía, fue atendido por el fiscal Marcelino Aguilar a quien informó sobre lo sucedido. Según el personaje, una vez el fiscal escuchó su declaración le sugirió que se convirtiera en testigo protegido sin dar su nombre. Aún así, sintió temor, acentuó.

El 29 de julio efectuó la primera de tres declaraciones ante el fiscal Aguilar. Antes de eso, el testigo describió que el abogado del presidente, Alejandro Pérez, le había efectuado varias llamadas pero sin éxito para contactarlo. “Pérez puso una denuncia de que yo estaba desaparecido y estaba siendo torturado cuando no era cierto y que estaba desaparecido. A raíz de eso me acerqué a la fiscalía”, explicó el testigo.

El protegido también dijo que en julio, cuando estaba en el Consejo de Seguridad, una vez volvió de Chiriquí, habló con el presidente Juan Carlos Varela que recién tomaba posesión del cargo. Fue él quien le conminó a poner la denuncia en al Fiscalía.

PRESIDENTE SE ENTREVISTÓ CON EL TESTIGO
La estimulación del presidente Varela para que presentara la denuncia, o declaración jurada, resulta un factor vital para la defensa. El abogado del exgobernate Alfredo Vallarino cuestionó “dónde ha estado este señor desde el 2014 hasta la fecha, dónde ha estado trabajando, dónde lo metieron y lo tenían escondido que hasta a Estados Unidos fue en forma voluntaria a dar una declaración, quién lo mandaba, y por qué (dijo) este libreto marcado por una hora y media”.

El fiscal Aurelio Vásquez no ve nada de malo a eso. “Sinceramente eso no lo puedo precisar, él señaló hoy que sí estuvo presente el presidente Juan Carlos Varela el 28 de julio de 2014, lo cual significa que conversó con él. No le veo ningún morbo porque resulta ser que así como el anterior era jefe del Consejo, éste también lo es”, refutó.

Añadió que aparentemente las circunstancias que está detallando el testigo hacen suponer que la información de lo que estaba ocurriendo en el Consejo de Seguridad en el periodo anterior, llegó a conocimiento del presidente Varela, y “obviamente como regente de esa institución tuvo la obligación de preguntar”.

La defensa asegura que cuando toque el turno del contra interrogatorio bastarán dos horas para que la fiscalía, por vergüenza, pida al testigo que oculte su rostro con la capucha de la cual se despojó.

Reclamó el hecho de que el testigo haya confesado al fiscal sobre los delitos que cometió mientras fue funcionario en el Consejo, que la cuenta de correo le pertenecía a él, pero que no haya sido investigado por la fiscalía.

“Nosotros manejamos mucha información que sacaremos en el contra interrogatorio. Que una persona la traen a hacer un relato y le pagan $10 mil mensuales, se va a Estados Unidos, por supuesto que su declaración es más que cuestionable”, se quejó el abogado Vallarino.

LOS PINCHADOS
Antes de culminar su declaración en la sesión de este jueves, el testigo pronunció los nombres de algunos blancos que fueron pinchados por el Consejo con la máquina Pegasus. Entre ellos nombró del PRD como a Juan Carlos Navarro, Abel Villareral, Javier Martínez Acha, Francisco Sánchez Cárdenas, Yasir Purcait, el presidente electo Laurentino Cortizo Cohen, Patricia Alfaro, Pedro Miguel González, Juan Carlos Arosemena y Gabriel Carreira.

Periodistas como Álvaro Alvarado y Castalia Pascual y a Filemón Medina, éste último por petición del entonces secretario del Consejo Alejandro Garúz, quien había tenido diferencias con el periodista.

Del Panameñismo, el testigo mencionó al presidente Varela, José Blandón padre e hijo, Rafael Flores, Raúl Sandoval, Priscila (sin apellido), Jorge A. Rosas. Del Tribunal Electoral, al magistrado Erasmo Pinilla y su asistente. De la Corte Suprema de Justicia, al magistrado José Ayú Prado y Víctor Benavides. De la embajada americana, a Ermita Pérez.

Allegados al gobierno de turno: José Muñoz diputado, a Lucy Molinar, ministra de Educación, a Rómulo Roux copartidario a quien espió antes de que perdiera las primarias presidenciales del partido.

En relación a los dirigentes indígenas mencionó a la Cacica Silvia Carrera, a Ricardo Miranda, a Alma Pedrón. De los sindicalistas recordó a Genaro López y sus dos hijos, a Saúl Méndez, María Almanza, Juan Ramón Herrera y Yadira Pino, estos 3 últimos dirigentes magisteriales.

Con respecto a los empresarios se refirió a Stanley y Alfredo Motta, Guillermo Orillac, Nicolás González Revilla padre e hijo, al doctor Mauro Zúñiga.

El fiscal intentó profundizar lo que hallado en el computador de Juan Carlos Navarro, a lo que el testigo abonó que obtuvieron información sobre el financiamiento de su campaña presidencial, las reuniones políticas que efectuaba, las cenas para recaudar fondos. Además pinchaban a Patricia Alfaro que era la persona que le organizaba sus eventos y la agenda.

A continuación el fiscal indagó sobre la información de Mitchell Doens, y el testigo rememoró que mantuvo un intercambio de correos con el magistrado del Tribunal Electoral Erasmo Pinilla, para que éste le autorizara celebrar un congreso del colectivo en el estadio Roberto Durán.

De Yassir Purcait se interceptó una llamada donde “le hacían saber que le iban a tumbar un dinero por el área de Los Pueblos”, expresó el testigo.

Cuando llegó el turno de que hablara de Pedro Miguel González o del presidente electo en 2019 Laurentino Cortizo, el testigo no tuvo memoria. En la sala que estaba más repleta que nunca el reloj marcaba las 6 de la tarde. La querella solicitó al juez cerrar la sesión y continuarla el viernes a las 9am. La defensa objetó, pero el juez, debido a afecciones de salud, accedió a la petición de la querella y finalizó la sesión.

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