Dale paso... a la eficiencia

El gobierno ha quedado mal con los usuarios del transporte. Al tiempo de la transformación de diablo rojo a metrobús se prometió un servicio eficiente, con horario establecidos, paradas con techo, frecuencia y mejor calidad de vida. Sin embargo la vivencia de quienes requieren este servicio a diario es otra. No he visto o escuchado recientemente un usuario satisfecho. Da la impresión que se dejaron las cosas para el final, que faltó planificación. El gobierno y las empresas encargadas de esta red realizaron varias reuniones previas al mas reciente cambio. En ellas seguramente hablaron sobre los pagos que se debían hacer a los buseros para sustituir sus camiones por Metrobús.

Sin embargo, había otros factores importantes a considerar que podrían haber agilizado el proceso. Por ejemplo; la empresa Sonda encargada de la venta de tarjetas tenía conocimiento que la cantidad de pasajeros aumentaría de 400 a 700 mil. Aunque se anunció la fecha en que se realizaría el cambio, por las filotas de recarga y adquisición de nuevas tarjetas no parece que se realizó un inventario para conocer cuantos nuevos usuarios habían adquirido la tarjeta, y en todo caso, alertar al usuario para que la adquiriera o recargase a tiempo. No se realizó una campaña en los medios para alertar a la población sobre señalización, ubicación de las rutas, cantidad de buses que pasarían por las mismas.

Da la impresión que se pensó en un canje de buses y con la marcha se harían las correcciones. Si le preguntan a un usuario que tal el cambio, dirá en tono enérgico; un rotundo fracaso. Y bajo la lupa de las autoridades tal vez nadie tiene como desmentir esta versión, pues salta a la vista la confusión y las horas que pasan las personas para trasladarse a su destino.

Lo feo de esto es que el gobierno pagará el costo político, los usuarios culpan al presidente de su sufrimiento y pérdida de tiempo. Y tienen razón hasta cierto punto, el gobierno debería exigir a la empresa cumplir con el contrato que establece muy puntualmente la calidad de servicio que se comprometió a brindar.

La escena refleja un país distinto al que ocupa la posición numero 49 en la lista de países mas competitivos, pero irónicamente contrasta que uno de sus mayores activos, el recurso humano, que llega agotado al inicio de su jornada laboral y con descuento por la tardanza. El hecho de madrugar a las 3 de la mañana para tener que pararse en fila mas de dos horas, tomar una o dos conexiones con la misma amargura para poder llegar al trabajo resta eficiencia a los trabajadores panameños. El comercio panameño mueve al día un aproximado de 70 millones de dólares, cifra que según la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa ya empieza a afectarse por las tardanzas del personal. A esto sumamos la tardanza de los alumnos en el colegio.

Ante esta situación hay una pregunta muy sencilla, se cuenta con datos estadísticos de sobra como para analizar cuántos nuevos usuarios entrarían al sistema, se conoce que la mayor parte de ellos requiere el metrobús para desplazarse y que salen casi todos a la misma hora para llegar a sus trabajos, porque no se planificó? Porqué no se hicieron campañas en la televisión alertando a la población sobre paradas, rutas, tarjetas, recargas etc. Se concentraron solo en los pagos a los diablos rojos? Además, se cuenta con experiencias anteriores de otras rutas como la 24 de diciembre, mano de Piedra, Torrijos Carter que eran rutas difíciles, pero se sacaron adelante.

Estos cambios no son amigos de las improvisaciones. Un usuario insatisfecho culpa primero al gobierno por haber tomado la decisión del cambio y después a la empresa encargada del servicio. El hecho arrastra un costo político importante para el gobierno y a pesar de que se cuente con un bus en condiciones óptimas, aire acondicionado y muchas otras ventajas en comparación al diablo rojo, si el servicio no es efectivo el esfuerzo del gobierno por querer mejorar la calidad de vida de los usuarios no será bien evaluado.

Hace un mes el presidente le pidió la renuncia al ex director del Tránsito Ventura Vega por no tener a tiempo las tarjetas del Metrobús para los colegiales. Sin embargo, la travesía que sufren los usuarios es aún mas traumática. Cómo debe valorar entonces este tipo de consideraciones si se cuenta con datos precisos como la cantidad de población de esta zona que se transporta a diario, ordenar una correcta señalización, construir paradas temporales etc.

El sistema de metro bus es bienvenido, pero es evidente que algo esta fallando en la planificación y administración del sistema.

1 comentario

  1. Justamente mi querida Adela, el análisis que has realizado es valioso y viviendo todos estos problemas diariamente nuestra gente humilde se ofende y queda completamente confundida. Todo porque se está trabajando a base de ocurrencias y no aplicando la CIENCIA. En mis tiempos Universitarios los Ingenieros Civiles en Indiana USA, teniamos una materia de tránsito y su planificación y diseño que contemplaba todos los diseños y previsiones incluyendo el tipo de vehiculos a usarse de diferentes tamaños para el transporte publico basado en calles y avenidas ya construídas. Hoy en día contemplamos en nuestra querida Patria que estan rompiendo y ensanchando calles en vez de usar vehiculos mas pequeños, ya que al romper y ampliar calles es muy costoso inclusive rompen tuberias de la infraestructura por razon de la OCURRENCIA del momento. En Panama debemos abrazar la CIENCIA y aplicar lo que los Ingenieros saben y no ser víctimas de Empresas que el voraz apetito de dinero en contubernio con nuestros Gobernantes de turno. Estan anteponiendo los intereses personales a los intereses del Estado y cometiendo graves errores que tenemos luego que pagar todos los ciudadanos con nuestros impuestos.La CIENCIA tiene necesariamente que ser aplicada en todo y no trabajar a base de ocurrencias de personas no idóneas para realizar las obras civiles en la forma adecuada. Respetuosamente, Ing. Humberto E. Reynolds de Unamuno Ex-Coordinador de la Comision vial de la SPIA, Miembro Emérito e Insigne de la misma.

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