"Las cárceles no pueden seguir siendo un hueco donde uno pone maleantes"

Uno de los jóvenes más influyentes del mundo, José Jackson, describe el denominador común de los adolescentes  convictos: deserción escolar, desintegración familiar, drogas, y falta de una guía, circunstancias que condenan de antemano a nuestros muchachos


José Jackson junto a Adelita Coriat.

Desde el punto de vista de un joven que brinda mucho más que su tiempo para ayudar a jóvenes convictos a salir adelante, José Jackson ha cambiado la vida de docenas de personas con una fórmula clave, solidaridad, educación y guía. La mayoría de los adolescentes que caen presos tienen un común denominador, como si fuera que las circunstancias los condenaran anticipadamente a vivir de la delincuencia. Casi por casualidad llegó al Centro de Menores de Tocumen para dar una clase a los muchachos que cumplían condena, pero después se convenció de que explicar matemáticas era mucho más que sumar o restar, es ayudar a un pelao a alcanzar su sueño y guiarlo por el buen camino. No en vano es considerado como uno de los jóvenes más influyentes del mundo, y vaya que sí lo logra. Su relato nos obliga a replantear varias cosas, entre ellas la educación y la etiqueta que colgamos en el pecho de un exconvicto que intenta reinsertarse, pero que la propia sociedad que le exige un cambio es la que la misma que lo orilla a seguir delinquiendo por falta de oportunidades. El trabajo, dedicación y orientación que entrega desinteresadamente Jackson es digno de resaltar en el mes de la patria.

¿Qué sugiere para una exitosa reinserción de los exconvictos a la sociedad?
Más allá de darles herramientas económicas y laborales, tendría que volver puntualmente a las habilidades blandas porque no las tienen. Uno trata con ellos y se da cuenta de los problemas que tienen, cuando salen luego recaen.

¿Qué le diría usted al empresario que no se atreve a dar empleo a un exconvicto?
La oportunidad que le puede dar a un joven puede cambiar su vida para siempre. No solo el muchacho, los hijos, la familia a su alrededor se va a ver beneficiada, impactada positivamente por la confianza que van a depositar en el joven. De no hacerlo, tal vez él mismo atente contra otras cosas en la vida de terceros, uno nunca sabe si ese pelao que no ayudaste el día de mañana te puede robar, o puede caer muerto. Dar un voto de confianza a estos muchachos no debe ser un acto de duda, sino una respuesta tajante. Sino está la oportunidad van a volver a lo mismo.

¿Quiénes son estos jóvenes?, cuéntanos sus historias anónimas...
Son muchachos que impactan. Hay un taller que yo imparto en el Centro de Menores que le pusimos taller McDonald, no me pagaron ni nada para eso, solo le pusimos así, en el cual los muchachos escriben su historia en un papel y nos la dan para leerla. Cuentan desde que nacieron hasta que cayeron presos, y en ese resumen uno entiende lo que pasa en su vida. Todos los ingredientes son idénticos: se fueron de la escuela, tienen familias desintegradas, la calle era peligrosa, había drogas cerca, muchos muchachos alrededor también hacían lo mismo. Es una constante, de que siempre está presente lo mismo en todos los jóvenes, a veces mezclados de diferentes formas pero con el mismo resultado. Si tienes a un joven con falta de educación, falta de acceso de oportunidades, cómo pretendes que esa persona salga adelante. No lo va hacer, de antemano está condenado. Eso no solo pasa aquí, sino en Centroamérica. Entender es saber. Una historia que me impactó mucho fue la de uno de ellos que tenía cuatro o cinco hermanos, no tenía papá y la mamá estaba enferma. Tenía bajo su responsabilidad a sus hermanos, así que robó para alimentar a la familia. Cae preso, cuando esto ocurre le dicen que la mamá tiene cáncer y muere la mamá dejando a los hijos en orfandad. El muchacho tenía menos de 18 años. ¿Qué pasó después de eso? Nadie sabe. Nadie le dio seguimiento a ese muchacho cuando salió de la cárcel. Las cárceles no pueden seguir siendo un hueco donde uno pone maleantes. Es el punto de inflexión para que estos jóvenes puedan salir de la cárcel, y cuando salen no pueden hacer lo que quieran. Hablas de alguien que tenía todo en contra. Lo metieron preso y luego sale, pero nadie sabe nada de él porque no le dan seguimiento.

¿Este joven estuvo en sus talleres?
Sí, pero tenía un muy bajo rendimiento académico. Sumar, restar y multiplicar se le complicaba un mundo y tuvo que empezar de cero.

¿Observa que hay voluntad de cambio en estas personas a pesar del trabajo que les cuesta aprender las lecciones?
Sí, la gran mayoría me ha demostrado que si uno les da apoyo, ellos cooperan contigo.

¿Cuáles son sus sueños?
De todo un poco, hay quienes quieren ser constructores de maquinaria de equipo pesado, astronautas, boxeadores, otros quieren ser licenciados. Todos tienen sueños, pero el camino que escogieron les arrancó los sueños. Nunca les enseñaron a luchar por ellos. Tuve uno que quería ser boxeador, cuando empezó a hacerlo encontró un camino fuera de la maleanteria, pero cuando empezó a hacerlo necesitaba dinero para los guantes y las botas y robó para conseguirlas. Se quedó en ese mundo. Estaba tan cerca de lograrlo, pero por la falta de orientación.

¿Por qué optan por robar?
Porque no tienen guía. Ninguna persona cerca de él lo orienta, lo tachan desde que están chiquitos, hay pelaos que desde los 9 años roban, a los diez tienen un arma en el bolsillo y cuando se dan cuenta de que ese camino puede no ser para él ya es muy tarde. En el trecho todos se desentendieron, la mama, el papa y toda una sociedad que le dio la espalda. Cuando hace lo que hace todo mundo lo quiere ver condenado, pero cuando necesitaba la ayuda nadie se la dio. Eso para mi no es justificar, ellos cometieron su falta y tienen que pagarla.

¿Qué tipo de programas propone para ayudar a los jóvenes?
Donar algo, el hecho de ayudar a una persona que no ha tenido oportunidades es muy importante. El ejemplo es la Fundación Jesús Luz y Oportunidades, ellos tienen un montón de programas.

Los gobiernos les dan la responsabilidad y se deslindan...
Mucho de eso hay. La bandera siempre debe ser la reinserción social y que sean productivos en la sociedad.

¿Tenemos consciencia de la importancia de la educación en Panamá?
La estamos asumiendo. La importancia que se le da al educador, al estudiante o al docente está subiendo. Se refleja más, muestra son los programas de la fundación. No somos tan conscientes.

¿Qué nos falta para entenderlo?
Lo que hemos dicho, la conciencia de los muchachos tampoco puede llegar a tercer grado o a quinto grado. No pueden simplemente dejar las clases de secundaria, deben completar el ciclo académico.

La metodología de enseñanza de los docentes, esa no cambia desde que mi abuela estaba en clases. Eso no es suficiente para los muchachos de ahora, existen las suficientes herramientas para lograr clases de impacto, productivas y que perduren en la vida de los niños.

¿Cómo evitar la deserción escolar?
Es muy difícil, necesitas entre otras cosas que haya alimentos en casa, que la familia y las personas alrededor de ese joven se pongan la capa de héroes. Yo necesito que desde la maestra que le abre la puerta en el salón, hasta el colegial, estén conscientes de la importancia de que ese pelao esté bien formado. Porque si una parte del engranaje no funciona todo se va a la porra.

Plasmar eso en la realidad, ¿cómo es?
Primero tratar con la familia, ellos son el garante de que el muchacho salga adelante. El 80% de la vida despierta de un niño es fuera de la escuela, después de la escuela viene un montón de tiempo.

¿Qué mensaje le daría a un joven sobre su futuro?
Le diría que yo sé que a veces la escuela estresa o es aburrida, a veces no se sienten con el ánimo, pero por favor, no te rindas. Si tienes dificultad busca ayuda, busca grupos extracurriculares pero no dejes de ir a la escuela. Da el 110% porque el día de mañana vas a necesitar esas herramientas. Si necesita mi ayuda contáctame. La vida va mucho más allá de un salón de clases, y la voluntad no se enseña en un salón de clases, es mucho más.

¿Qué cambios puntuales deben hacerse en educación?
La metodología de enseñanza de los docentes, esa no cambia desde que mi abuela estaba en clases. Eso no es suficiente para los muchachos de ahora, existen las suficientes herramientas para lograr clases de impacto, productivas y que perduren en la vida de los niños.

¿Cómo transformaría a los docentes actuales?
Es una pregunta delicada, pero más allá de decirles que tienen uno de los trabajos más importantes y que hacen falta recursos para hacerlo bien, yo diría que se basen en la tecnología para dar sus clases. En muchas plataformas están las estructuras para que ellos se monten y den sus clases, solo tienen que entrar e innovar. Con un llenar espacios no le cambias la vida, un pareo no es para hacer a nadie genio.

Si usted fuera el profesor, ¿qué pondría a hacer a los alumnos?
Debates, drama, una búsqueda del tesoro en los distintos lugares de Panamá. Los pondría a hacer películas a ellos mismos, es decir, incluso debates cortos. Desarrollar ideas.

¿Por que no es común el análisis?
Por la metodología que se utiliza. Aquí la manera en que evaluamos un muchacho en historia por ejemplo, es todo de memoria. No sabemos las consecuencias de los hechos y su contexto. Cuando sale de la escuela ya se le olvidó. Falta crítica, debate, eso genera criterio en la cabeza del muchacho. Es más difícil de evaluar en comparación a un llenar espacio o pareo.

¿En qué aspecto educativo se debe concentrar el gobierno?
Yo diría que en los programas para retener a los muchachos en el aula y asegurarse que no se quede ningún niño atrás. Si los dejamos atrás puede ser muy tarde. Me encantaría ver la metodología docente, cómo hacer de una clase algo espectacular. A mí me encantaría ser docente, ese es mi sueño. Tal vez no cogí el camino que debería, estoy estudiado ingeniería mecánica, pero me doy cuenta como los profesores son tan valiosos cuando logran impactar en la vida de los alumnos.

¿Cómo vislumbra su futuro?
Espero terminar mi universidad, los programas en la cárcel, quiero agarrar una maestría en docencia o en políticas públicas para lograr un impacto en la sociedad. Yo se que papel y pluma no cambian a nadie, pero una reflexión de un cariño del docente sí lo hacen.

¿Qué debe hacer el gobierno para restaurar el tejido social del país?
No verlo como un proyecto puntual que terminará en cinco años, sino como lo trascendente, lo básico. Tienen que comprender que un programa no puede culminar en cuatro años. Cualquier proyecto encaminado a que los muchachos no caigan en malos pasos es bueno. Ahora me doy cuenta que durante la administración pasada manejaban mucha plata pero no estaban haciendo nada bueno. Ahora les quitaron todo y deben hacer un cambio grande. Que empiece antes de salir de la cárcel, para que tengan una carrera después.

En 2018 el Departamento de Estado de Estados Unidos le nombró como uno de los jóvenes más influyentes del planeta, ¿cómo ocurrió eso?
Antes de que me dieran el reconocimiento yo trabajaba en 'Ayudinga', que es una plataforma educativa que hace videos amenos de matemáticas, física y química en la que mostramos cómo hacer el trinomio cuadrado perfecto, le sacamos una sonrisa al estudiante y se saca un 100 al día siguiente. Yo quería ser el Baldor que nadie quiere ver ni en pintura, pero yo quería ser el Baldor "afro", el chévere, así que pude explicar álgebra de forma sencilla y también hacer talleres a nivel nacional, queríamos enamorar a los indígenas de la ciencia. A raíz de eso, la embajada un día me llamó para decirme que me gané un premio y me informó que era uno de los diez líderes más influyentes del mundo, y me fui a Washington, D.C., a aprender de eso.

¿Con quiénes compartió el reconocimiento?
Con jóvenes de todos lados, había una pelaa de Turquía, otra de Bangladesh que luchaba por los derechos femeninos, un joven de Indonesia que luchaba por los derechos de los LGBT. Había gente de todas partes del mundo, pero yo era el único americano, panameño además, que estaba ahí.

¿Cómo cambió su vida esto?
Totalmente. Tuve un boom mediático muy grande, pero más allá del galardón y los reconocimientos siento que una de las cosas que más aprecio que gané fue la oportunidad de ir al Centro de Menores de Tocumen, porque a raíz de ese premio me llamó el doctor Ramón Alemán me llamó y me pidió que le de una charla motivacional a los internos, yo acepté, pero en mi mente pensé: yo no me motivo ni a mí. Pero llegué a ese lugar y vi a todos los muchachos reunidos, les di la charla y al final se me acercaron varios para pedirme que les ayude a resolver problemas de multiplicaciones. Eran muchachos de 17 años que no sabían multiplicar, sumar y dividir. Es algo muy triste. En mi cabeza quedaba, cómo estos muchachos pueden empezar a soñar si ni siquiera saben sumar. Entonces yo le dije al director que yo regresaba la otra semana para enseñar a otro par, y así fui la siguiente y la siguiente semana y conocí a sus papas. La siguiente semana lloré con ellos, compartí con ellos, comí con ellos, jugué fútbol con ellos y semana a semana tengo más de un año y medio en esto.

¿Alguno de ellos logró culminar un curso de tutoría bajo tu liderazgo?
Claro, uf, eso fue de lo más reconfortante. Había un muchacho que estaba en Bachiller Naval y estudiaba por módulos y que le faltaba álgebra y nadie en el Centro de Menores sabía álgebra. Yo le dije, sabes qué, te voy a enseñar álgebra. Eran ecuaciones cuadráticas, y le dije que hiciera una multiplicación sencilla. El pelao apenas sabía multiplicar. Entonces, cómo lo llevó de una multiplicación a algo más complejo como el álgebra. Tuvimos 10 sesiones como de cinco horas cada una. Estudiábamos sábados y domingos, pero yo quería que él pasara. Al final pudo completar su onceavo grado y ahora está en duodécimo próximo a graduarse.

¿Qué representan estos jóvenes para ti?
Esperanza, al conocer sus historias uno ve que los tiran de maleantes y los estigmatizan, como que merecen lo peor por lo que hayan hecho, pero cuando uno conoce su vida te das cuenta que desde bebés ya estaban condenados, en la infancia estaban fumando, desertan de la escuela a los 9 años, no tienen una familia, no tienen qué comer y roban para comer. Cuando tu entiendes estas historias te miras frente a un aprendizaje tan grande que todos los pasos en la vida de un muchacho, desde que nace hasta que es adulto, valen la pena. Cada ladrillo que uno pone en su vida, puede mejorar la vida de ellos. Eso es lo que he aprendido.

Este grupo de jóvenes es una muestra de lo que puede encontrarse en otros barrios. Desde qué plataforma se puede remendar mejor el tejido social, ¿desde la gubernamental o sociedad civil sin fines de lucro?
Para mí sería una gran irresponsabilidad, al conocer tanto de ellos, poner el dedo a un solo agente. Para mi la experiencia me dice que esto es integral. Es decir, no se puede tener la gobernabilidad estable sin la familia estable y viceversa. No hay una sola solución que cambie las cosas de la noche a la mañana , es algo integral.

Pero existen infinidad de programas al respecto, no se si hay una gran coordinación. Los años han pasado y el escenario en muchas partes sigue sin cambios...
Totalmente. Y si tuviera que hablar puntualmente, te diría que una de las cosas más importantes es la inteligencia emocional del muchacho. De nada sirve que sepa matemáticas si cuando está bravo le quiere pegar a todo mundo. No es solo el muchacho, él tiene una familia, una hermana que tal vez pueda estar embarazada, o una mamá o papá que se fue, una familia que hay que traer de vuelta a la sociedad. Así mismo no solo son las herramientas académicas las que hay trabajar, sino las de convivencia.

¿Tiene una idea clara de cómo abordar ese problema?
Para mi los programas son buenos pero el gran problema es que no hay constancia en lo que se emprende. Cada gobierno tiene su propio libro y cree que así es como los muchachos van a cambiar, no es así. Es la perseverancia la clave para que una población pueda ver cambios, en cada programa hay que continuar para que tengan resultado.

¿De qué forma se puede multiplicar su ejemplo?
Con gusto cualquier personas que me quiera escribir yo estoy en mis redes, @qxopajackson y estoy disponible. Pero no es cosa de usar mi ejemplo como una bandera, hay muchas personas que funcionan aún cuando no estoy, pero es la voluntad de aportar algo. Un plan estratégico es lo que falta, no hacen falta programas a lo loco para que estos muchachos vuelvan a la sociedad.

MULTIPLICAR SU EJEMPLO
Gracias a su enseñanza y orientación ha cambiado la vida de docenas de jóvenes

  • Nombre: José Alejandro "Jackson" Rodríguez Díaz
  • Fecha de Nacimiento: 28 de febrero de 1997, Panamá.
  • Ocupación: Estudiante de ingeniería
  • Resumen de su carrera: Fundación Ayudinga (2015 al presente). Tutorías personalizadas en materias académicas como aritmética, álgebra, algebra vectorial, geometría, geometría analítica y trigonometría. Más de 15 estudiantes han logrado mejorar su desempeño académico en niveles desde sexto grado hasta duodécimo grado de secundaria en bachilleres científicos y comerciales. Delegado de la República de Panamá en la Cumbre Joven de las Américas (2015). Voluntario del Programa STAR, para llevar talleres científicos a niños de la escuela Manuel Espinosa Batista, organizado por el WIE (Women in Engineering) del IEEE (Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica) (2015). Coach de la generación 2016 del programa STAR, en la Escuela María Ossa de Amador. Miembro del cuerpo activo de Jóvenes Unidos por la Educación (2016-presente). Creador del “Rally Histórico” actividad que se realiza cada año en conjunto con la Autoridad del Canal de Panamá en el marco del Campamento de niños del Canal de Panamá para 200 niños (2017- presente) Ganador del premio “Emerging Young Leaders” otorgado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América (2018). Designado Influenciador de UNICEF Panamá (2018) y miembro de la delegación panameña de UNICEF en el Conversatorio Regional de América Latina y el Caribe “En la ruta de la igualdad: 30 años de la Convencion sobre los Derechos del Niño” organizada por la CEPAL y la Oficina Regional de UNICEF en América Latina en Santiago de Chile (2018). Ganador del premio “10 Jóvenes Sobresalientes de Panamá 2018” otorgado por el Comité de la Cámara Junior de Panamá (2018). Ganador de la Copa Juventud Emergente por el Comité Anita Villalaz de Panamá.

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