Las amenazas a Vic por dibujar sobre Financial

El Ministerio Público (MP) reaccionó a los reclamos de Vic Ramos, hermano del desaparecido Vernon, oficial de la Superintendencia del Mercado de Valores.

El MP ha convocado, para el día de hoy, a una eunión con el director de la Policía Nacional, los miembros del Consejo de Seguridad, Vic y Sabina Ho, esposa de Vernon. La intención de las autoridades es “reactivar” el caso y esbozar una tesis sobre lo ocurrido el viernes 16 de noviembre de 2012, día en que Vernon fue visto por última vez.

Los testimonios de algunas de las personas llamadas a declarar en el caso de desfalco a Financial Pacific y las experiencias vividas por Vic tienen en común a un grupo de personajes: José Ayú Prado, entonces procurador de la Nación; Ignacio Fábrega, exjefe de Vernon, con quien sostuvo una discusión ácida aquel viernes; Salomón Shamah, exministro de Turismo en la administración de Ricardo Martinelli, quien supuestamente pidió un millón de dólares a cambio de la libertad de Mayte Pellegrini; personas ligadas al Órgano Judicial que al parecer obedecían ciertas órdenes. Los testimonios hacen pensar que no se trataba solo de un desfalco por $18 millones, sino de algo mucho más grande.

Vic Ramos cuenta a La Estrella de Panamá hechos hasta ahora no revelados, en relación a la desaparición de su hermano.

UN MAL PLATO
Tras la desaparición de Vernon, su hermano Vic solo podía expresar su tristeza a través de lo que él sabe hacer: caricaturas. En una en especial, comparaba el caso Financial Pacific con la punta de un iceberg. Poco después de publicar la caricatura, a principios de enero o febrero de 2013, recibió una llamada a su celular. Era Abel Zamorano, suplente del entonces magistrado presidente de la Corte Alejandro Moncada Luna, quien había favorecido a los directivos de Financial Pacific al admitir un amparo de garantías que dejaba sin efecto la reorganización de la empresa solicitada por la SMV, en octubre de 2012.

Vic atendió la llamada de Zamorano, una persona conocida por la familia, por ser vecino de Vernon.
—Necesito hablar contigo de algo importante—, le dijo el magistrado suplente. —¿Sobre mi hermano?—, preguntó Vic. —Sí—, se escuchó del otro lado del auricular.
Se citaron en el restaurante Manolo, de vía Argentina, donde días después almorzaron. Casi al final de la reunión, Vic le preguntó a Zamorano para qué lo había citado.
—Mira, lo que yo quiero decirte es que no toques más el tema de Financial Pacific—, le dijo el magistrado al caricaturista.
—¿Cómo así?—, cuestionó Vic.
—Te aconsejo que no te metas en eso. No hables más de ese tema—, repitió Zamorano.

Preocupado, Vic le preguntó si se trataba de una amenaza o de una advertencia de algún tipo de peligro, insistiéndole en que si el caso Financial Pacific tenía que ver con la desaparición de su hermano, él quería saberlo. En ese momento, dice Vic, él desconocía que Zamorano era el segundo de Moncada Luna.

“El magistrado se puso nervioso y su tono al hablarme se hizo autoritario”, recuerda Vic, descartando que se haya tratado de un consejo solamente. “Era una orden”, asegura.

LA AMENAZA DE SHAMAH
“En el año 2013, cuando el caso de mi hermano estaba caliente”, me cuenta Vic, “volvió a sonar el teléfono. Era Salo”, continúa. “Yo tengo su número grabado”, dice, mostrando el aparato para que yo pueda comprobarlo. No recuerda con exactitud la fecha, pero le parece que era un día de enero. La conversación sí la recuerda muy bien.
—Te recomiendo que no toques más el tema de Financial Pacific. No te metas en eso—, le ordenó Shamah.
—¿Cómo es que me llamas para pedirme que no haga algo por mi hermano?—, reclamó Vic.
A esto, Shamah le respondió que el asunto se estaba convirtiendo en un tema político. —A mí no me importa quién caiga—, le espetó Vic.
—Estás jodiendo—, fue la respuesta de Shamah.

Enojado, Vic se negó a seguir la recomendación de Shamah. Finalmente, éste le preguntó si ya se había pasado por el Panamá América —competencia del periódico La Prensa, donde trabaja Vic—, adquirido por el exmandatario Ricardo Martinelli durante su periodo presidencial. Finalmente, Shamah le advirtió a Vic que el tono político que iba adquiriendo el caso podía afectar la investigación.

EL DETECTIVE
En la Dirección de Investigación Judicial, el subcomisionado Alfredo Sanjur era el encargado de investigar la desaparición de Vernon.

Vic cuenta que Sanjur le pidió el favor de que hiciera un puente con Ayú Prado, pues según Vic, al cuartel —alrededor del 21 de noviembre— había llegado una persona pidiendo protección, porque “se habían perdido tres millones de dólares que pertenecían al boss”.
—¿Qué tiene que ver esto con mi hermano?—, preguntó Vic al detective, a lo que éste respondió: —Tu hermano estaba investigando eso—.

Fue el primero que hizo la conexión entre Financial Pacific y la desaparición de Vernon, confirma Vic, quien procedió a hacer el contacto. Pero, curiosamente, a los pocos días del suceso, Ayú Prado le pidió que “no hablara tanto con Sanjur, que lo dejara hacer su trabajo”.

Vic también hila las declaraciones de Carlos Pellegrini, hermano de Mayte, detenida en el caso, quien testificó que cuando estaba detenido —a las dos semanas de la desaparición de Vernon— , escuchó que trasladaron a tres sujetos, dos colombianos y un panameño, supuestamente responsables por “el secuestro” de Vernon Ramos. Los individuos solo pasaron una noche en la Comandancia, según Carlos Pellegrini. Al día siguiente no se supo más de ellos. Pero Sanjur no recuerda ese incidente: “Yo no estaba allí cuando eso ocurrió”, dijo a La Estrella de Panamá el subcomisionado. Admitió que estuvo a cargo del caso, pero que, de un momento a otro, sus superiores lo trasladaron. En ese entonces, Julio Moltó era el director de la Policía Nacional.

Sajur agregó que en su lugar, quedó a cargo el comisionado Huerta.

Al no haber respuesta sobre el paradero de su hermano, Vic decidió hacer pública su fotografía con el fin de buscar la colaboración de la ciudadanía.

Vic solicitó a las autoridades copia de las grabaciones de las cámaras apostadas en la barriada de Vernon, las que podrían proporcionar alguna pista de su hermano, considerando que tuvo que haber caminado por el área.

Una de las cámaras está ubicada en la entrada de la Iglesia San Gerardo de Mayela. Hay otra en la entrada de Chanis, en la esquina del cruce de Santa Elena. Vic tenía precisión de horas, tiempos, fechas, no debía tomar mucho tiempo a los detectives ubicar los videos.

Pero pasó el domingo, lunes, martes y no había noticias ni de Vernon ni de las grabaciones. La Policía reportó a Vic que las cámaras no funcionaban, que no había nada en las grabaciones.

En diciembre, Vic le pidió el favor al exmandatario Ricardo Martinelli que le proporcionara los videos apostados en el supermercado de Chanis, cercano a la casa de Vernon.

Vic reconoce que Martinelli hizo un esfuerzo para conseguirlos, pero para la fecha solicitada, el sistema ya había borrado las grabaciones de forma automática. Para ese entonces, las relaciones entre Martinelli y Vic se habían enfriado. Según este último, Martinelli lo llamó por teléfono y le dijo que no tenía nada que ver con la desaparición de su hermano. —Yo no tengo nada que ver en esa vaina; con la ahuevazón me quieren involucrar a mí, pero tú eres mi amigo—, le dijo el expresidente.

“Hasta ahora me doy cuenta que la luna no es queso”, suspira Vic, sorprendido por los incidentes vividos desde entonces.

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