Panamá y las presiones para penalizar la evasión fiscal

Las presiones de los organismos internacionales pretenden que Panamá considere la evasión fiscal como un delito penal y no una falta administrativa. Los empresarios la consideran como una medida peligrosa por la debilidad del sistema judicial

Si bien Panamá ha efectuado reformas importantes en materia de intercambio de información fiscal con otros países, el país aún no parece comprender -según los expertos internacionales- la dimensión del problema mundial que existe sobre flujos ilícitos de capitales procedentes de la evasión fiscal.

Una de las principales razones en este aparente no entendimiento del problema, es que en Panamá la evasión fiscal no es un delito penal, como ocurre en la mayoría de los países. “El Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones internacionales como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) están presionando a Panamá para que tipifique este delito y lo saque de la esfera administrativa”, indicó a este diario una fuente ligada al sector público financiero.

Es un debate que se pondrá en la palestra muy pronto, aunque en el gobierno hay posiciones encontradas. “Hay quienes opinan que si no penalizamos la evasión fiscal entraremos en nuevas listas negras como las que tanto esfuerzo está haciendo el país para salir de ellas, especialmente después del escándalo de los Panamá Papers, indicó la fuente.

El director de la Dirección General de Impuestos, Publio Cortés, no ha querido emitir opinión del tema a este diario.

Pero el sector privado está con los ojos abiertos. El abogado Eloy Alfaro considera peligrosa la idea de penalizar la evasión fiscal en el país con el sistema judicial existente, una medida para darle otra estocada más a la plataforma de servicios financieros que brinda Panamá. Aunado a esto, dice, estas presiones “son la consecuencia de las concesiones que hemos hecho, y no hay cuando parar”. Una frontera espinosa para Alfaro quien asegura que este es parte de la estrategia “de los países que persiguen a sus ciudadanos para el cobro de impuestos, ellos siempre han querido que se penalice el delito aquí”, djo Alfaro.

LOS INSTRUMENTOS
“Los Papeles de Panamá dejaron en evidencia que el istmo de que no se trataba de un solo estudio jurídico el que confeccionaba sociedades anónimas como pan caliente sin demasiados estándares éticos a la vista”, manifestó el experto Independiente de las Naciones Unidas sobre la deuda externa y los derechos humanos, Juan Pablo Bohoslasvsky a La Estrella de Panamá.

Añade que si el “sistema jurídico permite la creación de una empresa de papel que será utilizada con fines ilícitos, esto implica una contribución a la criminalidad en el mundo. Hay que hacerse cargo en este sentido y asumir una responsabilidad en el sentido de que no se puede permitir o fomentar la creación de estos vehículos que son utilizados con fines ilícitos”.

Según el relator el problema es mucho mas complejo. Se trata, dice, de una economía tan conectada con el mundo y con un sector bancario altamente internacionalizado, al no darse prioridad desde el punto de vista regulatorio a las obligaciones tributarias, tal como sucede en la inmensa mayoría de los países del mundo, los flujos de fondo ilícitos que son estimados a nivel global pueden circular sin ningún problema.

Esta es una razón para el relator de que en Panamá deben implementarse mecanismos de prevención y obstaculización de la circulación de los fondos, por ejemplo, obligando a “la industria bancaria a que contribuya con el fisco a reportar por lo menos las operaciones de transferencia más groseras de empresa que pasan frente a sus ojos, no empezaremos a lidiar con los aspectos centrales del problema”.

Según el especialista lista Panamá tiene un rol importante en la facilitación de la redistribución de los fondos a nivel mundial a través de sociedades creadas en Panamá y registradas en distintas jurisdicciones. “Dada la internacionalización de la banca, Panamá no puede considerarse una excepción en cuanto a los facilitadores, que en general es en el sistema bancario, donde fluye la circulación de flujos provenientes de la evasión fiscal”, indicó.

En el informe que presentó Bohoslasvsky, después de su visita a Panamá, identificó algunos desafíos en esta materia.

Por ejemplo, menciona que el sistema de reporte de transacciones sospechosas parece no comprender la dimensión fiscal del más amplio problema de flujos financieros ilícitos. Es decir, la diligencia de conocer al cliente, que los norteamericanos denominan ‘due diligence’ excluye la evaluación del cumplimiento de obligaciones y estatus fiscales en Panamá o el extranjero. Esta brecha necesita ser cerrada sin dilación desde su punto de vista.

El especialista se reunió con varias autoridades en Panamá, y de ello refleja en su escrito que ”investigaciones criminales en curso contra aquellos que han creado, promocionado, administrado y se han beneficiado del sistema amañado se han limitado a unos pocos abogados y no por el rol en el sistema, sino por su involucramiento en lavado de dinero junto con otros delitos”.

Bohoslasvsky es de la opinión que el sector financiero y bancario todavía necesita ser integrado a la agenda de lucha contra los fondos ilícitos en Panamá. El sector bancario representa el 7% del Producto Interno Bruto, con 90 bancos operando, la mayoría con licencia para hacer operaciones domésticas e internacionales. Por eso se pregunta, qué papel juega este sector en en los flujos de dinero que los instrumentos societarios facilitan.

Encuentra importante que Panamá debería tener la obligación extraterritorial de no facilitar impacto fiscales negativos en otras jurisdicciones dado al principio de territorialidad en que se basa nuestros sistema tributario.

El relator identifica otro reto, explica que detectó conflictos de intereses en las entidades que deberían fiscalizar los sectores financieros y no financieros puesto que estos funcionarios también forman parte del sector.

Finalmente la evasión de impuestos a nivel interno se refleja en la población del país que el relator ha estratificado en cuatro grupos: uno reducido a la ciudad rico, otro grupo urbano pobre, otro grupo aún más pobre a nivel rural, y los que en peor situación están son las comarcas. “Es difícil o inadmisible que el país que ha crecido a un ritmo furioso en los últimos 10 años registre estos niveles de desigualdad, el Estado tiene una obligación de hacer algo al respecto. Son decisiones políticas, yo recomiendo poner el ojo en la política tributaria como herramienta de redistribución interna de la riqueza”.

LOS PAÍSES DESARROLLADOS Y SU ROL EN LA EVASIÓN
El estudio final sobre las corrientes financieras ilícitas que presentó Juan Pablo Bohoslasvsky, en el año 2016 ante la Asamblea General de la ONU, incluía recomendaciones específicas para los países de origen que se quejan de que los paraísos fiscales son quienes esconden las riquezas que deberían aportarse a sus arcas.

Entre ellas recomienda a estos Estados evaluar el impacto de sus políticas fiscales para que no tengan efectos negativos en otros países. Esta verificación debe ser periódica y con la participación pública, proyectar así las consecuencias para las corrientes de ingresos y los efectos distributivos que el régimen tributario del país puede tener en otros países.

Otra sugerencia plasmada en el informe conssite en prestar apoyo a las iniciativas de creación de otras esferas para luchar contra la evasión fiscal. En este sentido, poner coto a la emisión de facturas comerciales falsas a través de una base de datos mundial sobre los precios del comercio que permita a los funcionarios de aduanas conocer los precios medios mundiales de los productos. Proporcionar asistencia financiera y otras formas de capacitación y equipamiento de los departamentos de audanas para detectar el suo deliberado de facturas falsas en las transacciones comerciales.

Aunado a esto, a largo plazo adecuar el sistema por el que se grava a las filiales de una empresa trasnacional como entidades separadas debe sustituirse por otro en el que cada empresa trasnacional tribute como una empresa única.

‘DERECHOS HUMANOS NO SE PROTEGEN CRIMINALIZANDO LA EVASIÓN FISCAL’
Los burócratas "progresistas" de la ONU- OEA, OCDE, FMI, - en vez de estar preocupados por la situación política en Venezuela y Siria, para mencionar solo estos dos ejemplos, se preocupan unicamente en convertir a Panamá, y al resto de los países en infiernos fiscales para beneficio de sus países de origen (Europa de la OCDE) y mantener así sus altos salarios libres de impuestos y privilegios. Los derechos humanos y la redistribución de la riqueza no se protegen ni garantizan imponiendo altos impuestos y mucho menos criminalizando la evasión fiscal, sino por medio del Estado de Derecho, la igualdad ante la ley y la protección de la propiedad privada. La evasión fiscal no es un problema global sino del contribuyente que evade el impuesto y la oficina de rentas internas del país respectivo. La supuesta "guerra" contra las drogas, la evasión fiscal, el financiamiento del terrorismo y las armas de destrucción masiva han sido inventadas e impuestas para su propio beneficio económico y como pretexto para imponernos regulaciones y leyes que muchas veces ni ellos cumplen, pero sobre todo para imponernos sus propios intereses geopolíticos y comerciales. Y ante el inminente fin de la guerra contra las drogas ahora nos quien embutir la guerra contra la evasión fiscal. Por otro lado, no entiendo cómo nuestras autoridades siguen permitiendo que vengan supuestos "expertos" a restregarnos en nuestra cara, las supuestas revelaciones de evasión fiscal, cuando lo único que se revelo con los Papeles de Panamá es el uso de sociedades anónimas. Lo cual no es un delito y en Panamá esta garantizado por nuestra Constitución. Pareciera que el fiasco Joseph Stiglitz todavía no lo hemos comprendido. Los únicos delitos revelados y comprobados, pues hubo confesión de parte, fue el robo de información privada y la violación del derecho a la privacidad de miles de personas que confiaron en Panamá para administrar sus actividades financieras y comerciales como sucede en todas partes del mundo.

Por otro lado el problema de la deuda externa de los países no es producto de una supuesta evasión sino del despilfarro y saqueo de las impuestos de los contribuyentes de parte de los políticos que por mantenerse en el poder establecen políticas publicas populistas creando subsidios a diestra y siniestra con plata ajena y financiados por regímenes fiscales confiscatoris. Si, ajena, pues los fondos públicos no le pertenecen al gobierno ni a los políticos sino a los contribuyentes quienes somos los que la producimos con el sudor de nuestra frente.Y como prueba indudable de la contaminación ideológica que sufren todos estos organismos, nos vienen con el cuento de que es el Estado por vía de altos impuestos como se garantizan los derechos humanos, lo cual es ademas de una aberración económica, un ejemplo de descaro e hipocresía ya que ninguno de estos burócratas paga impuestos, sus salarios son tax free. De verdad que el problema no es que piensen que somos país, sino que nos comportemos como tal.

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